Cultura

Stanislaw Lem es un autor del desencanto y el humor negro: escritores

  • Por su narrativa y temas, es más cercano a Borges y la literatura latinoamericana que a la anglosajona 
  • El escritor polaco fue homenajeado con motivo de su centenario, en la Feria Internacional del Libro Universitario Virtual 

 

Lino Daniel moderó la charla sobre el centenario de Stanislaw Lem que tuvieron Alberto Chimal y Bernardo Fernández

 

David Sandoval Rodríguez 

13/02/2021, Xalapa, Ver.- Para los escritores Alberto Chimal y Bernardo Fernández (BEF), la obra del escritor polaco Stansilaw Lem (1921-2006) está más emparentada con las temáticas y narrativas latinoamericanas que con los reconocidos autores de ciencia ficción en lengua inglesa, señalaron en el conversatorio con motivo del centenario de su nacimiento, realizado en la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) Virtual 2021. 

Moderados por Lino Daniel, los escritores mexicanos recordaron sus primeros contactos con la obra del escritor europeo, quien es conocido mundialmente por sus libros de ciencia ficción. 

Chimal mencionó que su primera lectura fue Congreso de futurología, “quizá no es su libro más destacado, pero esta obra era muy distinta de la ciencia ficción que leía entonces, no dejaba a un lado la especulación pero lo hacía de un modo muy riguroso, irónico y terriblemente pesimista, todo lo contrario del discurso triunfalista de la ciencia ficción de lengua inglesa”. 

Por su parte, BEF reconoció: He sido vicioso de la ciencia ficción, es mi primer amor y fue en las circunstancias de escribir ciencia ficción que conocí a Alberto Chimal”, recordó; “he sido lector de autores anglosajones y en la universidad un profesor de fotografía, Ricardo Espinoza Orozco, me recomendó a Stanislav Lem y, aunque había visto muchas veces su nombre en los estantes de las librerías, a un lado de Isaac Asimov y Arthur C. Clarke, Lem no tiene ese espíritu juvenil, es un autor del desencanto, no tiene el espíritu jubiloso y de aventura de los autores norteamericanos”. 

Opinó que Lem se inserta en la tradición de la literatura del centro de Europa que ha sido poco traducida al castellano y está cruzada por un sentido del humor muy negro y los juegos de ingenio. “Es un perfecto ejemplo de la literatura de la Europa del Este y siempre reta al lector, contrapuesto al espíritu lúdico de la literatura norteamericana, principalmente”. 

 

Bernardo Fernández calificó a Lem como un perfecto ejemplo de la literatura de Europa del Este

 

Su obra está cruzada por la tensión que provocó la Guerra Fría y él mismo reconocía que en sus primeras obras permeaba una militancia comunista que al final de su vida reconocía de manera incómoda. 

Chimal mencionó sus libros Vacío perfecto y Magnitud imaginaria, que son, respectivamente, un libro de prólogos y el otro de reseñas de libros inexistentes; “en ese sentido, Lem es más borgiano, haríamos mejor compararlo con autores latinoamericanos que anglosajones”. 

BEF apuntó que su ejercicio va más allá de la parodia, “es sumamente elegante; sólo alguien con esa capacidad de lectura y esa erudición podría elaborar estas obras”. 

Mencionó que su novela más conocida, Solaristiene una gran complejidad tecnológica pero “está escrita de manera tan brillante que se disfruta enormemente; además, cuenta con la peculiaridad de haber generado dos adaptaciones cinematográficas, una dirigida por Andréi Tarkovsky y la segunda por Steven Soderbergh”. 

Respecto a dicha novela, Chimal planteó que tiene dos vertientes que no se han tratado en las películas, “es un tema que, sospecho, no se puede ver bien desde fuera del bloque socialista, respecto a cómo la burocracia va haciendo más difícil encontrar un punto de entendimiento entre los humanos y la imposibilidad de encontrar o entender una inteligencia ajena a la humana. Ambas situaciones las plantea Lem en su novela”. 

Para el escritor mexicano, Solaris se puede leer como una novela sobre los límites de la humanidad y subrayó: La actualidad y la vigencia de Lem está en que de muchas maneras estamos jugando su juego: recombinar, desensamblar y volver a ensamblar nuestro pasado histórico y de la cultura popular”. 

 

Alberto Chimal planteó que en Lem no hay un discurso triunfalista como el de la ciencia ficción anglosajona

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