Cultura

Las bellas artes, un bálsamo para el cáncer

  • Académicos, estudiantes, médicos, enfermeras y público en general se dieron cita en la FILU para la presentación del libro Arte y Salud

 

Portada del libro coordinado por Cuauhtémoc Méndez, Javier Petrilli y Guadalupe Buzo

 

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

04/05/18, Xalapa, Ver.- La Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2018 fue sede para la presentación del libro EMPATIaRTE. Arte y Salud, obra que recoge trabajos y experiencias de estudiantes de la Facultad de Artes Plásticas (FAP) de la Universidad Veracruzana (UV), producto de un proyecto desarrollado en el Centro Estatal de Cancerología “Dr. Miguel Dorantes Mesa” (Cecan), específicamente con niños con cáncer.

El Cecan elaboró una variedad de propuestas relacionadas e inspiradas en el quehacer de las artes visuales y el diseño, considerando las emociones, inquietudes y necesidades de quienes trabajan o acuden al hospital, incluso se contempló a familiares de los pacientes.

Tal proyecto se desarrolló en 2016 y fue liderado por el cuerpo académico (CA) Arte y Transdisciplina, conformado por Cuauhtémoc Méndez López, Javier Petrilli Rincón y Guadalupe Buzo Flores, quienes también son los coordinadores de la obra impresa.

La presentación tuvo lugar en el Salón “Juan Vicente Melo” del Complejo Deportivo Omega, sede de la FILU, la noche del 2 de mayo.

EMPATIaRTE. Arte y Salud fue comentado por Miguel Flores Covarrubias, director general del Área Académica de Artes; Ana Gabriela Ramírez Lizárraga, directora de la FAP; Norma Patricia López Pretelín, quien fungía como directora del Cecan en el momento que los universitarios desarrollaron la intervención, y Cuauhtémoc Méndez López, responsable del CA en mención, en calidad de moderador.

La asistencia fue notoriamente concurrida a grado tal que el “Vicente Melo” fue insuficiente y buena parte de los asistentes se quedaron afuera. En el proyecto participaron 61 estudiantes de la FAP, y la mayoría estuvieron presentes; asimismo, se dieron cita académicos, personal del Cecan y familiares.

“En el Cecan no teníamos una idea clara de lo que el arte podía hacer; ahora entendemos bien que nos ayuda a mirar de otra manera, a mirar no a un paciente con una enfermedad física, sino a un ser humano que necesita de nuestra aportación médica, pero también requiere de nuestra comprensión, sensibilidad y obviamente empatía. Además nos enseñaron que el objetivo del arte no es curar, ese es el nuestro, sino hacer más humano este proceso y también humanizar más el entorno”, dijo conmovida López Pretelín, actualmente directora del Hospital Regional “Luis F. Nachón”.

Ana Gabriela Ramírez habló en calidad de directora de la FAP, pero también leyó un texto de Leticia Rodríguez Audirac, quien siendo secretaria Académica de la UV apoyó tal proyecto, pero por motivos personales no pudo asistir a la presentación.

“Con EMPATIaRTE las tareas de aprendizaje se orientaron a situaciones y contextos reales, en los que las Artes Plásticas, Artes Visuales, Diseño de la Comunicación Visual y Fotografía intervinieron la realidad mediante la construcción de un grupo multidisciplinario. Es un testimonio de innovación educativa para la formación integral y para la pertinencia social. Es un documento inspirador para emprender otras experiencias docentes”, es un fragmento del texto de Rodríguez Audirac.

Por su parte, Ana Gabriela Ramírez dijo que EMPATIaRTE. Arte y Salud es un documento que conduce a la reflexión sobre la función social del arte y el papel que cumple el artista en esta sociedad cambiante. “El arte-terapia es una forma diferente para expresar las emociones, y canalizar miedos y sentimientos”.

En su intervención, Flores Covarrubias subrayó que a los alumnos participantes les cambió la vida, toda vez que se involucraron en un proyecto que les implicó un proceso de reflexión, crecimiento espiritual y emocional. “Porque en esas situaciones tan tajantes hace falta algo que atenúe y suavice; entonces, las artes llegaron a ser ese paliativo, ese bálsamo para que los familiares y pacientes pudieran pasar un buen momento”.

Para él, los estudiantes rompieron con el estereotipo que habitualmente se tiene del artista, basado en el elitismo y en habitar una nube a la cual el resto de los mortales puede acercarse. “Son alumnos que ya quedaron muy sensibilizados y entendieron que el impacto de su creación no sólo se circunscribe a la sala de exposiciones o venta de obra”.

En ese sentido se pronunció Mariana, una de las estudiantes presentes y participante del proyecto, quien pidió la palabra al término de las intervenciones de los presentadores del libro: “La enseñanza que nos dejó fue muy grande porque nos hizo darnos cuenta que en un cartel, un dibujo, en unas horas que pasábamos haciendo arte con alguien más podía cambiar la vida de esa persona y la nuestra. Sí, somos artistas y somos sensibles, pero ellos también, y combinar ambas sensibilidades para crear arte y que de ahí surja un libro es una experiencia magnífica. Como artista me cambió para siempre ”.

En la sesión de preguntas y comentarios se hizo mención de que varios de los niños con cáncer que fueron protagonistas del proyecto ya no están; no obstante, “tuvieron un instante, quizá fue el único de su vida, de acercarse al arte y eso es sumamente valioso”.

 

Los presentadores destacaron que se trata de un trabajo con pertinencia social

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