• Abdellatif Miraoui habló de los desafíos de la enseñanza universitaria en 2030

Abdellatif Miraoui en la USBI-Xalapa

Karina de la Paz Reyes Díaz

25/04/18, Xalapa, Ver.- Abdellatif Miraoui, rector de la Universidad Cadi-Ayyad, en Marrakech, Marruecos, ofreció la conferencia magistral “Los desafíos de la enseñanza universitaria en 2030”, el 25 de abril en la Unidad de Servicios Bibliotecarios y de Información (USBI) de la Universidad Veracruzana (UV), y destacó que las instituciones de educación superior deben ser transmisoras de saber y no sólo formadoras de personal.

“La universidad del mañana ya no será aislada y centrada en sí misma; se moverá en un ecosistema vinculada con empresas, gobiernos y con los demás proveedores de educación; diseñará los programas del siglo XXI en colaboración con sus socios”, afirmó el también presidente honorario de la Agencia Universitaria de la Francofonía.

Comentó que la revolución tecnológica influirá en el desarrollo socioeconómico, geopolítico y demográfico en los próximos cinco años, de ahí la urgencia de que las universidades actúen para adaptarse “ahora mismo”.

La conferencia fue convocada por la Dirección General de Relaciones Internacionales de la UV y se realizó en la sala de videoconferencias de la USBI, con transmisión simultánea al resto de las regiones universitarias y contó con un servicio de interpretación francés-español.

Abdellatif Miraoui habló de los contextos y cambios paradigmáticos de la llamada Cuarta Revolución Industrial. Entre los factores está el tecnológico, demográfico, socio-económico y comercial, mismos que implican nuevos paradigmas, toda vez que se generan transformaciones del paisaje laboral y de las exigencias en competencias.

“Para la llamada Industria 4.0 (Cuarta Revolución Industrial) la universidad debe transformarse para anticipar todos estos cambios, que los jóvenes de familia modesta puedan ser competitivos y darles a todos una misma oportunidad, si queremos que la competencia sea leal y justa.”

Si bien, dijo el también miembro de la Sociedad Científica Americana, son varios los desafíos de la educación superior con miras al 2030, centró su charla en siete: Demografía, Societales (relativo a la sociedad) y ambientales, Digital, Pedagogía-profesionalización, Economía de la emoción, Investigación e Internacionalización.

Respecto al primero, por un lado celebró que cada día vaya en aumento el número de jóvenes que ingresa a la universidad, sobre todo los que provienen de familias modestas; sin embargo, dijo que de nada sirve que lleguen y obtengan un título con el que no saben qué hacer. “Eso sería injusto, hay que darles títulos que puedan utilizar para su vida personal, ése es el desafío, el trabajo que tenemos que hacer”.

En el caso del desafío Societales y ambientales, hizo hincapié en que la universidad debe estar arraigada a su región y mantener relaciones más estrechas con los actores territoriales, incluso que dentro de sus acciones estratégicas estén las preocupaciones ambientales.

Asimismo, abordó la necesidad de mejorar las condiciones de vida y de estudio de los miembros de la universidad, e infundirles valores de igualdad y equidad, así como garantizar paridad.

En el caso del desafío Digital, subrayó que su papel es primordial, pero aclaró que se trata de una herramienta que modifica el paradigma clásico, de ahí la importancia de utilizarla para las necesidades de cada institución. “En la universidad del mañana se desarrollarán nuevas pedagogías en las que lo digital será herramienta fundamental”.

En la Pedagogía y la profesionalización, habló del desempleo y la deserción, que en consecuencia trae el reclamo a las universidades para que los estudiantes tengan la posibilidad de adquirir, más allá de los conocimientos, competencias profesionales y transversales que les permitan ser operacionales eficaces y así insertarse más fácilmente en el mercado laboral.

Profundizó que es necesario eliminar lo obsoleto e integrar nuevas tecnologías, por un lado, pero también ser un “estudiante actor” que no sólo toma la clase, sino discute y analiza con el maestro los temas de su interés. “Es por eso que el paradigma de la pedagogía debe evolucionar para que podamos satisfacer estas necesidades que son de ruptura y acompañar esos cambios”.

En lo que respecta a la Economía de la emoción, citó el carácter crucial de las condiciones humanas para enfrentar el “tsunami tecnológico”. “¿Qué distingue hoy a un buen estudiante de otro en el mercado laboral?: su capacidad emotiva y emocional; su competencia transversal, apertura y manejo de lenguas extranjeras. Todos pueden conseguir un título, el problema es que la universidad debe acompañar en la construcción del individuo, debe ser la clave para la igualdad de oportunidades”.

Sobre la Investigación, sintetizó que no hay universidades sin ésta; es más, se trata de “la espina dorsal, el corazón” de las instituciones de educación superior. Para él, la universidad del mañana debe ofrecer mayor competitividad y ser parte de la red de excelencia regional e incluso internacional.

En el caso de la Internacionalización, remarcó que se trata de un eje esencial de las universidades. A manera de ironizar, dijo que pasó de ser el postre al plato fuerte pues permite –a través de los académicos y estudiantes que realizan movilidades internacionales– ser parte de un ecosistema de universidades en expansión, mantener relaciones, intercambios y flujos transfronterizos pluridisciplinares e integrados de investigación moderna.

Abdellatif Miraoui dijo que para la Industria 4.0 debe haber una Universidad 4.0, lo cual implica trabajar la cultura del cambio entre el personal docente y administrativo de las universidades.

“La universidad debe evolucionar en un ecosistema vinculado con las empresas, los gobiernos y de forma más amplia a toda la sociedad. La universidad no es un microcosmo, debe ser un macrocosmo que pueda servir a la nación y la sociedad en su totalidad”, concluyó.

A la conferencia asistieron autoridades universitarias, académicos y estudiantes