- La innovación consiste en el desarrollo de un recubrimiento para aumentar la vida de alimentos en anaquel
- Fue desarrollada en cotitularidad con la Pontificia Universidad Católica de Chile; está hecha a base de harina de quinoa y aceite esencial de naranja
Claudia Peralta Vázquez
14/03/2021, Xalapa, Ver.- Integrantes del cuerpo académico (CA) en consolidación Biología, Química y Funcionalidad Molecular de Metabolitos Vegetales, adscrito al Instituto de Ciencias Básicas (ICB) de la Universidad Veracruzana (UV), desarrollaron hace tres años una película comestible para frutas y verduras, la cual se encuentra en proceso de ser patentada por el Instituto Mexicano de la Propiedad Industrial (IMPI).
Alma Vázquez Luna, representante del CA conformado por: Eduardo Rivadeneyra Domínguez y Rafael Rufino Díaz Sobac, dio a conocer que este trabajo, realizado en cotitularidad con la Pontificia Universidad Católica de Chile (PUC), lo emprendió en 2016 Diana Iveth Caudillo Contreras, estudiante de la Maestría en Ciencias Alimentarias del ICB.
El nombre que se le dio al proyecto fue “Conservación poscosecha de fresa utilizando recubrimientos formulados con quitosano-quinoa”, cuyo aporte es la prolongación de la vida poscosecha de frutas y vegetales.
Ésta es resultado de las Líneas de Generación y Aplicación del Conocimiento (LGAC) del CA: “Elaboración de películas y recubrimientos” y “Aprovechamiento de biomoléculas y metabolitos presentes en quinoa”.
Dentro del posgrado, y después de haberse formulado el recubrimiento comestible a base de quinoa (pseudocereal originario de Chile), la egresada hizo una estancia en la PUC, donde fue probada la invención a escala piloto, pues en la UV su eficiencia ya había sido validada a nivel de laboratorio.
“Allá nos dieron todas las facilidades para hacer esas pruebas, ellos tienen un centro de innovación y un concurso en el que participan diferentes trabajos de investigación, de tal manera que los que sean viables pueden ser presentados como patente, la condición es que obtengan el primer lugar.”
De esa manera, la propuesta resultó ser la más viable, por lo que la PUC, al igual que la UV, inició el proceso para registrarla y patentarla a nivel internacional.
Para ello, los investigadores contaron con el respaldo de la Dirección General de Vinculación (DGV), a través de la Oficina de Transferencia de Tecnología (OTT), con la que también sostienen pláticas sobre la transferencia tecnológica y así la innovación sea aprovechada por la iniciativa privada.
Alma Vázquez comentó que hoy en día continúan las investigaciones de este producto probado inicialmente en fresas, a otros alimentos listos para comerse como el chayote y la jícama.
Esto, debido a que al grupo de trabajo le solicitaron realizar otro tipo de pruebas para que el nombre de la patente abarcara más productos y cumpliera con las condiciones necesarias para ser internacional.
La innovación de este recubrimiento tiene que ver con el empleo de harina de quinoa y aceite esencial de naranja, lo cual lo hace comestible sin la necesidad de retirarlo o lavar el producto.
En este sentido, la investigadora con Doctorado en Biología Experimental por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), aseguró que el producto es inocuo, es decir, no tiene ningún agente tóxico o cancerígeno como en la mayoría de los casos, razón por la cual su consumo es seguro.
“Otros recubrimientos como los usados en los limones llegan a ser tóxicos y en algunos casos cancerígenos porque contienen sales de amonio. Simplemente al tacto, las personas que aplican el recubrimiento pueden sufrir problemas de salud.”
Al hablar de los beneficios de la película, dijo que, en el caso de las fresas, después de que son presentadas en el anaquel duran un promedio de cuatro a cinco días; con el uso de este recubrimiento lograron prolongar su vida hasta tres semanas.
“A veces, los recubrimientos o películas únicamente pueden conservar la parte externa de la fruta, pero no la interna, y la nuestra tiene este doble efecto.”
Asimismo, la quinoa brinda a la fruta un valor agregado porque es rica en aminoácidos, libre de gluten y no tiene azúcares reductores disponibles.
Anteriormente, el recubrimiento también fue probado con otros elementos, pero finalmente se decidió agregarle aceite esencial de naranja para suplir las propiedades de los otros agentes, generalmente tóxicos.
Otro de los componentes analizados fue el quitosano, reportado en la literatura como inhibidor del crecimiento de hongos y de microorganismos en general, logrando obtener la consistencia deseada. “Finalmente se encontró la formulación, incluso cuando se aplica sobre la fruta, ésta brilla”.
En resumen, este producto tiene la ventaja de prolongar la vida de anaquel, aproximadamente tres veces más que uno normal; y es comestible, no es necesario retirarlo de la fruta para que la persona lo consuma.
Lo más importante es que la harina de quinoa le da un valor agregado, pues no sólo se trata de un carbohidrato, sino que tiene un valor nutrimental, además del aceite esencial de naranja.
En representación de los integrantes del CA, Vázquez Luna expresó: “Nos enorgullecemos de representar a la institución porque es un logro académico e institucional, y el hecho de traspasar las fronteras también dice mucho de nosotros como Universidad Veracruzana”.
Destacó que como CA tienen otros dos proyectos en puerta ante el IMPI, relacionadas con el empleo de lacasas (enzimas producidas por hongos) para la degradación de materiales contaminantes como las vinazas, y desde luego con la quinoa, debido a las nuevas tendencias de alimentación vegana y vegetariana.
La docente de la Licenciatura en Química Farmacéutica Biológica y del posgrado de Ingeniería Química, puntualizó la importancia de que los investigadores den el crédito a sus estudiantes, pues sin ellos no podrían abarcar tantos aspectos.
“Ellos representan una parte muy importante de las investigaciones que desarrollamos, en nuestro caso siempre les damos la validez que requieren.”
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