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Alumno del SARA obtuvo el Premio “Minoru Shirota” 2019

  • El trabajo de tesis de maestría de Paul Pinto Jiménez fue distinguido como el mejor protocolo de tesis en investigación en probióticos 
  • Dentro del 8th International Symposium on Probiotics, que tuvo lugar en la Ciudad de México los días 11 y 12 de abril 

 

Paul Pinto Jiménez obtuvo el Premio “Minoru Shirota” 2019 al mejor protocolo de tesis en investigación en probióticos

 

“Pienso que por eso nos dieron el premio, porque hicimos un enfoque con beneficio para la industria, ya que por medio de la quimiometría y el análisis de los sistemas podemos hacer más eficientes sus procesos”

 

Claudia Peralta Vázquez 

13/05/19, Xalapa, Ver.- Paul Pinto Jiménez, alumno de segundo semestre de la Maestría en Química Bioorgánica (MQB) adscrita a la Unidad de Servicios de Apoyo en Resolución Analítica (SARA) de la Universidad Veracruzana (UV), obtuvo el Premio Minoru Shirota 2019 al mejor protocolo de tesis en investigación en probióticos. 

Este reconocimiento le fue entregado durante el 8th International Symposium on Probiotics, que tuvo lugar en la Ciudad de México los días 11 y 12 de abril, a iniciativa de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM) y la Sociedad Mexicana de Biotecnología y Bioingeniería, con el objetivo de dar a conocer los avances científicos e importancia del buen funcionamiento de la microbiota intestinal, así como el uso y beneficios de los probióticos en diferentes áreas de la salud. 

Cabe hacer mención que Minoru Shirota fue el inventor del Yakult®, la bebida probiótica similar al yogurt que contiene la cepa Lactobacillus casei Shirota, la más estudiada por sus efectos benéficos. 

El tema de investigación de Paul se denomina “Análisis quimiométrico de bacteriocinas producidas en condiciones de estrés por microorganismos potencialmente probióticos”, el cual es dirigido por Alberto Sánchez Medina y María Guiomar Melgar Lalanne, coordinador de la MQB e investigadora del Instituto de Ciencias Básicas (ICB), respectivamente. 

Originario de la ciudad de Puebla, el ingeniero biotecnólogo agradeció la oportunidad de participar en este evento, así como el apoyo de los directores de esta tesis de ciencia básica, la cual consiste en el análisis de algunas bacterias potencialmente probióticas y la producción de compuestos antimicrobianos en diferentes medios y condiciones. 

Una vez que dicho estudio arroje los primeros resultados éstos se analizarán a partir de la utilización de la quimiometría, disciplina enfocada en la aplicación de métodos matemáticos o estadísticos sobre datos químicos. 

De esta manera se tendrán condiciones específicas para revalidar el proceso de producción antimicrobiana y optimizarla. 

Precisó que en la actualidad no hay estudios especializados en el tema, por lo que representa una nueva área para crear más información y dar a conocer nuevas viabilidades por medio de la quimiometría aplicada a sistemas biológicos. 

Pinto Jiménez señaló que esta investigación impacta directamente en el área industrial. “Pienso que por eso nos dieron el premio, porque hicimos un enfoque con beneficio para la industria, ya que por medio de la quimiometría y el análisis de los sistemas podemos hacer más eficientes sus procesos”. 

Informó que el beneficio de su estudio es indirecto pues los antimicrobianos pueden agregarse a un producto lácteo o cárnico, para que sea de mejor calidad y tenga menos consecuencias dañinas al ingerirlo. 

 

María Guiomar Melgar, Paul Pinto y Alberto Sánchez

 

La primera fase tiene la finalidad de identificar, a través de la quimiometría, la sustancia activa y después añadirla a los lácteos, cárnicos, biopelículas protectoras de alimentos, o a nivel sanitario en hospitales para evitar contaminación microbiana a fin de reducir infecciones en estos espacios, externó María Guiomar Melgar, cuya línea de investigación se centra en el efecto del estrés tecnológico en microorganismos probióticos, proyecto financiado actualmente por el Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt). 

Las sustancias antimicrobianas se van a producir a partir de cepas de lactobacilos aisladas de alimentos tradicionales mexicanos. 

Al referirse al Premio Minoru Shirota, expuso que dentro del área de probióticos es el más significativo y con prestigio científico, pues quienes evalúan los trabajos son investigadores reconocidos de diversas instituciones de educación superior del país. 

Destacó que este reconocimiento apoya el desarrollo del proyecto de investigación, mientras que al estudiante le brindará un incentivo económico una vez que concluya y entregue la tesis escrita. 

Al resaltar que este premio promueve la eficiencia terminal de los programas, Alberto Sánchez Medina subrayó que el tema de tesis vincula la parte de microbiología y probióticos con la de química y quimiometría, disciplina que él desarrolla desde 2011 en el SARA, y poco a poco ha ganado más espacios. 

La quimiometría surgió en la década de los setenta e inicialmente fue aplicada en la industria para hacer más eficientes y precisos sus procesos y determinar qué condiciones se requieren a nivel productivo. 

“Nos servirá para determinar dónde están los compuestos responsables del efecto antimicrobiano y así poder aislarlos de forma más eficiente y rápida.” 

Desarrollarlo de esa manera ayuda a disminuir costos ya que se utilizan menos materiales y reactivos químicos. 

Asimismo, también disminuye el tiempo en el que se lleva a cabo y tiene un impacto ambiental al reducir los desechos químicos que se generan. 

Actualmente, alumnos del SARA diseñan modelos quimiométricos para investigación, y en conjunto con investigadores de otros institutos la utilizan para diseñar pruebas de diagnóstico rápido de depresión en suero sanguíneo. 

 

El joven ganador acompañado de Susumu Okada, presidente de Yakult México, el día de la premiación

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