Buscar a los desaparecidos: una política de estado

 

Por Cuauhtémoc Jiménez Moyo

 

Quienes somos padres, alcanzamos a comprender: la ausencia de un hijo es el pesar más profundo que un ser humano puede sentir. Quienes han perdido a un hijo coinciden que se trata de la experiencia más dolorosa, más incomprensible. En México, país tan bello, lamentablemente se ha vuelto cotidiano que muchos padres pierdan a sus hijos; la violencia demencial que se vive en nuestro país ha tocado a muchísimas familias.

Ante esta realidad atroz, los ciudadanos debemos tomar una postura. Debemos solicitar que nuestros gobernantes contemplen en sus agendas, como una acción prioritaria, buscar a los desaparecidos. La exigencia de que hijos, hermanos, familiares y amigos aparezcan no necesita estar acompañada de argumentos; sin embargo, intentaré dar algunos para facilitar, a quienes toman decisiones, la incorporación de esta urgente política pública.

Primero: la función prioritaria del Estado es brindar seguridad a sus ciudadanos. No puede avanzar armónicamente ningún gobierno, si los ciudadanos están acompañados, primeramente, por una sensación de inseguridad y, por otro, por una sensación de vacío, por la falta de un ser amado. Segundo: El descontento social podría derivar en violencia; es responsabilidad de las instituciones del estado, reconocer el riesgo que sus mismas instituciones corren si no se atiende esta vital problemática. Tercero: ante el gran descontento social por varias razones, pero sobre todo, porque muchísimas familias desconocen el paradero de sus hijos, la democracia formal puede estar en riesgo. Al menos en nuestro estado, viviremos elecciones para gobernador y, seguramente, si vemos que se reconoce nuestra preocupación y se trabaja por una política sensible a la problemática, podríamos dar un voto de confianza.

Los directamente afectados: padres, hermanos, amigos, no necesitan agenda sobre el punto. Ellos no cesarán en buscar jamás. Cada lágrima es una huella que seguir; cada corazonada es una razón para renovar la esperanza. La petición de este artículo es un clamor del resto de ciudadanos que queremos apoyar en algo a los incansables ángeles, a su inexorable voluntad.