Universidad Veracruzana

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UV promueve Guía para la gestión de residuos sólidos

La basura no es el problema, sino los hábitos de consumo: investigadores

Guía Institucional para la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos en las Dependencias y Entidades Académicas de la UV, elaborada por CoSustenta: www.uv.mx/sustentabilidad/documentos/index.html

Paola Cortés Pérez, Karina de la Paz Reyes

En México, según datos reportados por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), se generan más de 300 mil toneladas de basura electrónica al año, pero la cifra crece a un ritmo de seis por ciento; sin embargo, sólo uno de cada 10 kilos es reciclado.

Además, existe gran desconocimiento entre la población acerca del grado de contaminación que generan los aparatos electrónicos y de cuáles son las vías más adecuadas para deshacerse de ellos.

Expertos estiman que, en México, cada persona genera al día alrededor de un kilogramo de basura –principalmente plásticos y embalajes–, y coinciden en que atender el problema no radica en separar y confinar de manera adecuada, sino en sensibilizar a la población para que disminuya el consumo de productos que implícitamente la producen.

En este contexto, la Universidad Veracruzana (UV) ha puesto en marcha una serie de acciones orientadas a concienciar sobre la problemática. Al respecto, Lázaro Rafael Sánchez Velásquez, titular de la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad (CoSustenta) de la UV, dijo: «Somos una sociedad consumista y no relacionamos cuál es el impacto de los productos que consumimos».

Detalló que en la UV se impulsa el consumo responsable para disminuir la generación de basura –también llamada residuos sólidos–, así como la reutilización de recursos, para lo cual se han elaborado una serie de guías con recomendaciones y se trabajan diversas líneas de investigación con la academia.

La basura en México

El problema de la basura en México y el mundo no es menor y «ya no hay tiempo», sentenció el secretario académico de la UV, Porfirio Carillo Castilla, en la inauguración del 5° Encuentro Nacional de Expertos en Residuos Sólidos.

Éste se realizó del 24 al 26 de octubre y fue coordinado por Leticia Garibay Pardo, quien a su vez dirige el Programa de Manejo de Residuos Sólidos Universitarios (Resu) de la UV, con el cual desde 2006 estudiantes de Biología han colectado y clasificado nueve toneladas de basura, con la finalidad de reciclarlos y reutilizarlos.

En dicho encuentro académico, autoridades educativas y expertos en el tema coincidieron con lo planteado por las autoridades de la UV: el principal problema de la basura tiene como origen «el modelo de consumo salvaje» y para su atención se necesitan acciones urgentes.

Gerardo Bernache Pérez, investigador del Centro de Investigación y Estudios Superiores en Antropología Social de Occidente, dijo que uno de los grandes problemas a nivel institucional en materia de basura es que los programas oficiales funcionan por un periodo temporal corto, normalmente el de la administración municipal, cuando lo que se necesita es continuidad y constancia en el asunto, así como participación ciudadana.

Precisó que en 2010, en las zonas urbanas del país, cada persona generó mil 20 gramos de basura, y en las rurales 750 gramos.

Tras considerar que de acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía en México hay 112 millones 336 mil 538 habitantes, puntualizó que se generan 107 mil 849 toneladas diarias de basura; 3.2 millones mensuales y 38.8 millones anuales –considerando las zonas urbana y rural.

«Hablando de cultura ambiental, el principal problema de la basura no es la separación, no es tirar la basura en la calle, es el consumo, los patrones de consumo que hemos adoptado de la sociedad norteamericana, a pesar de que a veces odiamos o nos distanciamos de ella», acentuó.

Comentó que actualmente los alimentos una de las necesidades básicas del ser humano que se venden en los supermercados están empacados, es decir, el consumirlos implica generar basura.

Asimismo, señaló que de 1998 a 2012 disminuyó la basura orgánica de 53 a 51 por ciento, e incrementó la de empaques y embalajes de 14 a 25 por ciento.

Basura electrónica

Una es la basura orgánica –que se genera a partir de los restos de seres vivos como plantas y animales–, otra la inorgánica que en buena medida es posible reutilizar, pero hay otros tipos, como la electrónica, que a la fecha representa un riesgo por las sustancias contaminantes que contiene.

Como muestra están las lámparas fluorescentes compactas (LFC), conocidas como lámparas ahorradoras de energía, que son catalogadas como basura electrónica pero también son residuos altamente peligrosos por el contenido de mercurio gaseoso que albergan, de acuerdo con José Antonio Guevara García, integrante del Laboratorio de Investigación en Bioinorgánica y Biorremediación del Departamento de Ciencias Básicas de la Universidad
Autónoma de Tlaxcala.

El investigador también participó en el 5° Encuentro Nacional de Expertos en Residuos Sólidos; en conferencia magistral expuso que en México se estima que 20 por ciento de los hogares han instalado lámparas ahorradoras, podrían ser 26.3 millones de LFC, lo que implica un gran peligro.

«Todas las lámparas están elaboradas en China y las estamos importando, entonces llegan a tener hasta 40 miligramos de mercurio por lámpara, dependiendo del voltaje, aunque entre más watts, más mercurio», advirtió.

Pero, ¿qué peligro representan? El especialista refirió que al momento de romperse inmediatamente liberan más de mil nanogramos por metro cúbico de vapor de mercurio, aunque la cantidad siempre dependerá del tamaño, del fabricante y de la edad de la lámpara (el tiempo que ha funcionado).

«Es un componente muy tóxico para los niños, por eso de inmediato se tienen que abrir las puertas y ventanas; no se debe limpiar con la aspiradora, escoba o agua, de lo contrario se dispersará el mercurio que está adherido al vidrio. Las lámparas viejas generan menos vapor que las nuevas», destacó.

De tal manera, dijo, primero que nada los niños tienen que salir de la casa, posteriormente deben colocarse guantes y cubre bocas además de usar cinta canela para levantar todos los restos; todo se deposita en un envase de plástico que debe ser perfectamente sellado para finalmente llevarlo a un centro de acopio de residuos peligrosos o basura electrónica.

Éstos no son todos los efectos negativos, de acuerdo con otras investigaciones, expuso, la radiación residual ultravioleta de las LFC dañan las células de la piel, por ello no deben usarse a distancias cortas, es más seguro si están atrás de las personas y cubiertas con vidrio adicional.

«Si las llevamos a la casa, no es para que las pongamos en todos los lugares, deben estar en lugares amplios y bien ventilados, y sobre todo, no usarlas en los escritorios o cuartos de los niños», añadió.

Dijo que otro punto a destacar es que la Ley General de Residuos Peligrosos de México establece que en la etiqueta del producto debe colocarse la información de cómo disponerlas y usarlas, «ni siquiera tienen el logo de no tirarse en la basura común».

Puntualizó que «se nos había informado que había 12 mil puntos de recolección de lámparas, pero no he visto ninguno; prometieron un sitio web y una línea electrónica (www.anrecicla.org.mx y 01800 ANRECICLA), he tratado de contactarlos y no existen».

Guevara García agregó que hablando en términos de volumen, anualmente se comercializan 38 mil toneladas de computadoras, de las cuales cinco mil son depositadas en el relleno sanitario, siete mil son recicladas y 10 mil se usan como de «segunda mano».

Comentó que de las cinco mil 154 toneladas que van a los rellenos, tres mil 154.3 toneladas permanecen en dicho espacio, más de mil van a tiraderos a cielo abierto y sólo 500 toneladas son recicladas.

De 1998 a 2008, dijo, el uso de computadoras pasó de 3.5 millones a 21 millones de unidades, lo que «nos habla de que hay un potencial de reciclar siete mil toneladas de PC».

Y destacó que en el país sólo hay tres puntos donde se hace una disposición y reciclado adecuado de equipo de cómputo: Valle de México, Nuevo León y Tamaulipas.

El costo

De este volumen de desechos, dijo, pueden obtener tres mil toneladas de plomo, 10 mil de acero, 11 mil de vidrio, mil de zinc, siete de berilio y una de oro.

«En términos económicos, tenemos que tan sólo por el reciclaje del oro contenido en la basura electrónica se puede llegar a obtener 5.8 millones de dólares al año, de ahí la importancia de reciclarla», recalcó.

Por otro lado, datos consignados en el portal oficial de Semarnat revelan que un celular contamina hasta 50 veces más que una botella de PET (Poli Etilén Tereftalato, un tipo de poliéster), y que 70 por ciento de la basura electrónica del mundo es exportada a China, India y África.

Asimismo, reportan que Estados Unidos es el principal país que exporta basura electrónica en el mundo.
Lamentablemente, la forma más barata de desechar este tipo de basura es quemándola a cielo abierto, sin embargo, los gases que desprende son altamente tóxicos, pues contienen plomo, cromo, cadmio y mercurio.

Algunas opciones

Como una muestra concreta de las acciones que la institución realiza está la Guía Institucional para la Gestión de Residuos Sólidos Urbanos en las Dependencias y Entidades Académicas de la UV, elaborada por CoSustenta (www.uv.mx/sustentabilidad/documentos/index.html).

«No queremos dar un enfoque meramente ambientalista, economicista o campesinista, simplemente queremos abordar los problemas desde la sensibilidad en las personas», dijo Lázaro Rafael Sánchez.

Destacó que el problema de la basura es socioambiental, por lo que es trascendental emprender acciones, pero en una sociedad consciente; de lo contrario, tendrán pocas repercusiones favorables.

«Algunos autores consideran que esta crisis –socioambiental– es del conocimiento, y si los problemas se han logrado con este conocimiento, entonces necesitamos una forma diferente de pensar», subrayó.

Respecto de la basura electrónica, cabe destacar que en las cajas y empaques de diversos aparatos (computadoras, pantallas, celulares, grabadoras y televisiones, entre otros) viene un teléfono 01-800 al que el comprador puede comunicarse para preguntar si existe un centro de acopio a donde llevarlos cuando sean inservibles.

La propia Semarnat, en coordinación con los gobiernos municipales y estatales, ha establecido programas de acopio de basura electrónica, y por lo regular las jornadas se realizan en espacios públicos.

En Xalapa, el sábado 17 de noviembre, en la explanada del Teatro del Estado, se realizó el cierre del Reciclón de Residuos Electrónicos 2012, que en un lapso de siete horas acopió 98 toneladas de desechos sólidos.

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