Universidad Veracruzana

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Geografía y traza urbana, causas del congestionamiento vial

Paola Cortés Pérez

En la última década, el tráfico vial se agudizó en la ciudad de Xalapa, especialmente en la zona centro, donde en ocasiones resulta imposible circular en las horas consideradas «pico», esto ha traído efectos negativos no solamente en las principales vialidades sino en el estado de ánimo y económico de los habitantes.

Debido al estrés con que viven diariamente los cientos de automovilistas, así como quienes se transportan en vehículos públicos, son altamente propensos a padecer depresión e inclusive un deterioro cognitivo.

Mientras que las implicaciones económicas van desde la pérdida de 84 horas hombre al mes hasta el cierre de algunos negocios, ya que difícilmente las personas van por placer al centro de la ciudad, sino para realizar algún trámite administrativo.

Algunos especialistas han concluido que esta problemática vial es derivada del trazo original xalapeño, de la concentración de las actividades económicas, administrativas y culturales, además del número creciente de automóviles que puede ser mayor que el número de habitantes.

También se ha presentado un sinnúmero de propuestas para solucionarla, entre las que destacan el «Hoy no circula», prohibir estacionarse en las vialidades con mayor tránsito, construcción de más vialidades y puentes a desnivel, pero todas ellas sin éxito.

Por tal motivo, Universo entrevistó a investigadores de la Universidad Veracruzana (UV) para entender las consecuencias y posibles soluciones a este mal. Los entrevistados fueron: Juan Francisco Rodríguez Landa, investigador de tiempo completo en el Instituto de Neuroetología; Gustavo Lorenzo García López, del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores de las Ciencias Administrativas (IIESCA); Manuel Enrique Rodríguez Achach, director de la Facultad de Física, y Rafael Vela Martínez, del Instituto de Investigaciones y Estudios Superiores Económicos y Sociales (IIESES).

Causales
Los especialistas coincidieron al señalar que una de las principales causas son la geografía y traza urbana que tiene Xalapa, lo cual dificulta que los coches circulen fluidamente; el crecimiento desordenado de la ciudad; la falta de disposición de los semáforos y la distracción de algunos conductores complican la situación vial.

«Las ciudades con lomas, como Xalapa, no se prestan para un tráfico pesado, desde ahí comienzan las dificultades; el trazado de las calles no es sencillo y si a esto sumamos el crecimiento de la ciudad un tanto desordenado; a la gente le gustan mucho los automóviles, es la ciudad con más automóviles per cápita, además los ciudadanos somos poco educados, todas esas cosas se conjuntan para que el problema se maximice», indicó Rodríguez Achach.

«Una de las causas del congestionamiento vial en Xalapa tiene que ver con la cuestión de diseño de la ciudad, pues en el centro geográfico de la ciudad hay otros centros, es decir, además del centro urbano está junto a él el centro de los gobiernos estatal y municipal, así como el comercial, religioso, el cultural y el bancario, todos ellos coinciden en un mismo espacio», reiteró Rafael Vela.

De ahí, comentaron, la situación se complicará cada vez más, mientras que las autoridades municipales continúen pensando que la solución a este mal es construir más calles y aplicar programas como el «Hoy no circula», que sólo ha ocasionado la compra de más automóviles.

Las pérdidas económicas
Hace algunos años tomaba entre 10 y 15 minutos trasladarse al centro de la ciudad desde cualquier punto de la misma, en la actualidad el recorrido es de 45 minutos, pero si un trabajador se mueve en promedio cuatro veces al día, pierde aproximadamente tres horas sólo en trasladarse, destacó Vela Martínez.

«Hoy desde cualquier punto periférico de la ciudad pierdes tres horas diarias en el traslado y si las multiplicas por una semana, son 21 horas semana-hombre, y si se calcula por 15 días son 42 horas, en total cada xalapeño pierde alrededor de 84 horas al mes de trabajo», abundó.

Cabe mencionar que la población económicamente activa son poco más de 100 mil personas, esto es, que alrededor de ocho mil 400 horas es la pérdida económica real de Xalapa por este mal.

No obstante, dijo, anteriormente el caos era aprovechado por los empresarios del área céntrica de la ciudad, ya que al aglomerarse los camiones se generaba una cantidad importante de consumidores, pero en últimas fechas esta situación ya no es rentable porque gran parte de la población no quiere ir al centro, «nadie está dispuesto a perder un minuto de su tiempo porque deja de percibir recursos».

Continuó al decir que desde siempre el tiempo ha sido considerado un recurso escaso, es decir, «entre más tiempo pierdes, menos ganas», pegándole a la economía familiar y a la dinámica económica de la ciudad.

De ahí que propuso como solución definir un proyecto de desconcentración de las oficinas administrativas del gobierno estatal, bancarias y comerciales, lo que permitirá tener mayor crecimiento económico y generación de más empleos.

«En el momento que se desconcentren las oficinas al llevarlas a otras áreas de la ciudad, lo que se hace es extender la ciudad y lo que se generará es una actividad económica que se distribuye, porque ahora está encapsulada, lo que derivará en un crecimiento económico, nueva dinámica económica y más empleos», recalcó.

Y añadió: «Todas las ciudades modernas así operan, lo que pasa es que tenemos un sistema de distribución espacial tradicional que viene desde antes de la Colonia, todo concentrado en un mismo punto, pero hoy en día no se requiere de esto, sobre todo con las revoluciones tecnológicas en materia de comunicación».

Asimismo, planteó la construcción de un periférico o circuito metropolitano, porque la actividad económica de Xalapa está ligada a los municipios aledaños y podría concretarse con recursos provenientes del Fondo Metropolitano.

«No debe seguir pensándose como un municipio hacia dentro, ése ha sido el error de los gobernantes, que piensan el municipio como un problema de Xalapa y de los xalapeños, es un problema metropolitano, por ello no sólo debe intervenir el gobierno municipal, sino el estatal e incluso el federal.»

Rafael Vela, investigador del IIESES

La urbanización
Como se ha mencionado, la traza urbana de la ciudad se ha conservado igual desde la Colonia, no fue planeada para la cantidad de vehículos que hoy en día tiene, lo que dificulta su circulación, apuntó Gustavo Lorenzo García.

Abundó que las personas quieren desplazarse de una manera cómoda y al no tener una alternativa de transporte público de calidad, entonces se toma la decisión de adquirir un vehículo.

De acuerdo con una investigación que García López realizó en 2001, la cantidad de autos que circulaban en ese año eran casi 16 mil de carga y más de 800 camiones de pasajeros, es decir, alrededor de 67 mil circulaban en la capital veracruzana, «ahora estaríamos hablando de 490 mil, a los que se suman los provenientes de las zonas conurbanas».

Al preguntarle si uno de los remedios a este mal es el uso de la bicicleta, el urbanista respondió que la topografía no lo permite, lo que sería más idóneo –expuso– sería ubicar zonas peatonales, ya que se deben buscar acciones que mejoren la vida de las personas, «la visión que se debe tener para diseñar una ciudad no son los objetos, somos las personas».

Finalmente, cree que la solución está en el transporte público y en la creación de zonas peatonales, al mismo tiempo que se consideren las necesidades de las personas discapacitadas y de la tercera edad.

«La movilidad no está en hacer más calles ni pasos a desnivel, porque lo que se haga de calles se van a llenar con vehículos, lo correcto es una dupla donde hay que desalentar el uso del vehículo y simultáneamente solucionar el transporte público, es decir, me haces más difícil ir al centro en coche pero me lo solucionas poniendo un buen servicio de transporte público», reflexionó.

Gustavo Lorenzo García López, especialista en urbanismo e investigador en el IIESCA

Problema vial y el estrés psicosocial
El problema vial también es un factor determinante para ocasionarle a las personas estrés psicosocial, que puede derivar en un deterioro cognitivo, informó Juan Francisco Rodríguez.

El investigador de tiempo completo en el Instituto de Neuroetología explicó que el estrés psicosocial es toda alteración del organismo, donde el desencadenante es totalmente emocional, y dijo que es parte de nuestra vida diaria, se vive incluso durante los preparativos para ir a la escuela o durante el transcurso de la casa al trabajo, «el que diga que no lo tiene, no es de este planeta.

Finalmente, cree que la solución está en el transporte público y en la creación de zonas peatonales, al mismo tiempo que se consideren las necesidades de las personas discapacitadas y de la tercera edad.

«La movilidad no está en hacer más calles ni pasos a desnivel, porque lo que se haga de calles se van a llenar con vehículos, lo correcto es una dupla donde hay que desalentar el uso del vehículo y simultáneamente solucionar el transporte público, es decir, me haces más difícil ir al centro en coche pero me lo solucionas poniendo un buen servicio de transporte público», reflexionó.

Problema vial y el estrés psicosocial
El problema vial también es un factor determinante para ocasionarle a las personas estrés psicosocial, que puede derivar en un deterioro cognitivo, informó Juan Francisco Rodríguez.

El investigador de tiempo completo en el Instituto de Neuroetología explicó que el estrés psicosocial es toda alteración del organismo, donde el desencadenante es totalmente emocional, y dijo que es parte de nuestra vida diaria, se vive incluso durante los preparativos para ir a la escuela o durante el transcurso de la casa al trabajo, «el que diga que no lo tiene, no es de este planeta.

«Suele presentarse cuando tenemos a un familiar enfermo, donde nosotros no tenemos dolor físico, pero estamos pensando en lo que está sintiendo la otra persona, es el dolor moral, eso sería una definición práctica, involucra la parte psicológica y nuestro entorno social, pero de forma emocional», detalló.

El nivel de intensidad dependerá del contexto social en que se presenta; por ejemplo, si la persona durante el traslado de su casa al trabajo o la escuela se topa con problemas viales serios, inmediatamente se angustia, su presión cardiaca se eleva, lo que propicia irritabilidad e inclusive agresividad en las personas. Lo mismo puede sucederles a quienes viajan en autobús o caminan por las calles.

Juan Francisco Rodríguez Landa, investigador del Instituto de Neuroetología

Beneficios y fases
De acuerdo con Rodríguez Landa, el estrés es benéfico para el organismo porque nos mantiene alertas para dar una respuesta inmediata, pero cuando el estado de estrés es constante deja de tener la capacidad de reaccionar, empieza a haber modificaciones a nivel fisiológico y daño neuronal.

Cuando se habla de estrés psicosocial o físico, enumeró, generalmente se desarrollan tres fases.

La primera, denominada de alerta, mantiene al cuerpo en alerta y atento para que en cualquier situación de peligro se dé una respuesta adecuada. Este estrés generalmente es bueno, porque ayuda a que se activen nuestras estructuras cerebrales.

La segunda, de defensa, es donde se prolonga el estrés psicosocial o físico, el organismo resiste pero ocasiona daño físico (problemas cardiacos y pequeñas úlceras en el aparato digestivo).

Crónica o de agotamiento, es la tercera fase, cuando el estrés es constante e intenso, lo que genera padecimientos emocionales como irritabilidad continua, ansiedad patológica, que finalmente derivará en una depresión grave o enfermedades psicológicas.

Relación estrés-tráfico vial
En la ciudad de Xalapa, mencionó el investigador, el tráfico vial se ha vuelto una situación drástica e insoportable para las personas que viven en este lugar hace más de 30 años, porque ahora no pueden caminar o trasladarse tranquilamente por las calles, están muy estresadas psicosocialmente.

«En cambio, los jóvenes se van adaptando a este tráfico y lo van haciendo parte de su vida, pero en ocasiones por la alimentación, el entorno familiar y la carga genética pueden ser vulnerables al estrés y caen en esas enfermedades patológicas empezando por la irritabilidad y luego la ansiedad, de no controlarse pueden llevar a una fuerte depresión», indicó.

Quiso aclarar que no sólo los automovilistas desarrollan este mal, también pueden padecerlo quienes caminan en las calles o viajan en los autobuses, ya que el olor, sudor y golpes es una forma de hacinamiento que causa estrés.

«Lo que sabemos es que quienes se trasladan todos los días de un lado a otro viven en estrés crónico, por lo que están todo el tiempo enojados y no tienen un buen rendimiento», destacó.

Al cuestionarlo sobre los efectos directos que tiene el estrés psicosocial en una persona que lo vive constantemente, Rodríguez Landa abundó que si no es manejado adecuadamente tendrá un deterioro cognitivo, esto es, se modificará la neuroquímica cerebral, específicamente de algunos neurotransmisores como dopamina, serotonina y gaba, todos con papeles importantes en la regulación del comportamiento, la cognición y las emociones, lo que a largo plazo modificará las conexiones sinápticas entre las neuronas.

«Tendremos una persona con menos capacidad de aprendizaje, le costará mucho trabajo tomar una decisión, tendrá malestar emocional (irritabilidad, ansiedad y agresividad) y, en el extremo, se producirá un abatimiento psicomotor, caerá en un estado de desesperanza y depresión.»

En relación con el daño neuronal, especificó, consiste en una disminución en el tamaño de algunas estructuras cerebrales, primordialmente del hipocampo, en las conexiones entre neuronas y en algunos casos hay muerte cerebral, afectándose la memoria, «esto dependerá de la cantidad de estrés y la intensidad, como de los factores sociales que rodean al individuo».

Asimismo, se reduce la expectativa de vida, al estar estresado y ansioso se incrementa la actividad cardiaca, hay liberación de algunas hormonas que de forma natural son favorecedoras pero que a la larga se convierten en sustancias crónicas, deterioran algunos epitelios, músculos y parte cerebral, «reduce la expectativa de vida en tiempo y calidad».
Finalmente, expresó que es muy difícil dar recomendaciones para disminuir la intensidad y lapsos de estrés, dado que los factores que lo propician son diversos, pero en el caso del tráfico vial puede prevenirse si se sale con antelación de la casa o lugar de trabajo, escuchar música agradable y tener pensamientos positivos.

Pero si la patología ya es crónica, señaló Rodríguez Landa, lo recomendable es acudir con un especialista, que en este caso sería un psiquiatra, quien aplicará una terapia farmacológica acompañada de una terapia psicológica, porque «se tratará de modificar sus pensamientos y dinámicas sociales para disminuir su estrés».

Indicó que el daño cerebral por estrés es a nivel del hipocampo, donde el deterioro celular es muy grave pues afecta directamente a las neuronas, de ahí que en la terapia farmacológica se receten antidepresivos y ansiolíticos, dado que se ha demostrado que los primeros promueven la liberación de un componente llamado factor neurotrófico derivado del cerebro que nutre a las neuronas y así hay una regeneración de las conexiones sinápticas, recuperándose la función.
«Les ayuda a estar más fuertes, a tener más contactos sinápticos y se puede recuperar la conciencia, pero hablando a nivel de un tratamiento farmacológico, porque por sí solo sería muy difícil la recuperación», finalizó.

Desde la Física
Esta problemática que resulta ser todo un dolor de cabeza constante también es estudiada desde la Física y las Matemáticas como un sistema complejo, entendido éste como cualquier sistema compuesto por diferentes entes relacionados entre sí, de tal manera que los fenómenos que se presentan están en colectividad, explicó Manuel Enrique Rodríguez.

«En el tráfico, los constituyentes del sistema son los vehículos, entonces tenemos un sistema que tiene muchas partes que son todos los coches que están en una extensión de la ciudad o la calle; están relacionados entre sí porque no se puede circular por la calle sin tomar en consideración al resto.»

Dijo que uno de los modelos que permiten estudiar este fenómeno es desde el punto de vista microscópico, esto es, que los modelos matemáticos toman en cuenta a los automóviles individuales y se sigue la trayectoria de cada uno. Posteriormente se hace una simulación por cómputo, una vez que se tiene el modelo, y se estudian las relaciones que hay entre los componentes.

Un segundo método es la dinámica de fluidos, los automóviles generan un flujo como el agua que pasa a través de un río, finalmente el agua está compuesta de moléculas individuales, entonces puedo considerar que los vehículos
son como moléculas que generan un flujo de vehículos.

Una tercera manera de verlos, indicó, es una escala intermedia, es un modelo mesoscópico donde se considera a los automóviles no como individuales ni como un todo, sino como una parte intermedia, como un gas, y se estudia desde el punto de vista de las teorías de la mecánica estadística, que es una disciplina de la Física que estudia el comportamiento de los gases.

«Las personas que toman las decisiones están en el gobierno, pero creo que en la solución al tráfico de Xalapa tendrían que tomar en cuenta muchas condiciones, no es simplemente traer un experto de afuera o invertir miles de millones de pesos, sino tratar este problema desde varios puntos de vista para tener una solución integral, para ello tendrían que allegarse de expertos en diversos temas», concluyó Rodríguez Achach.

Manuel Rodríguez Achach, director de la Facultad de Física e Inteligencia Artificial

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