Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



Recursos para escritores (Entrevista a Rosa Montero)

Por Anna Serra

A.S.: Con todos los escritores comenzamos con lo que pensamos es una pregunta crucial: ¿Por qué y para qué escribe Rosa Montero?

R.M.: Siempre digo que soy una escritora orgánica porque escribo como bebo o como respiro…. es una necesidad esencial. Escribo porque no puedo vivir sin escribir. Y uno siempre escribe para aprender, para comprender, para saber, para intentar entenderte y entender el mundo.

A.S.: ¿Cómo descubriste tu vocación?

R.M.: Como muchos otros escritores (es algo bastante habitual) empecé a escribir de niña. A los cinco años caí enferma de tuberculosis y me pasaba los días en la cama leyendo y escribiendo cuentecitos horribles de ratitas que hablaban y cosas así, todos llenos de faltas de ortografía…. Y desde entonces no dejé de escribir ficción. Desde que me recuerdo como persona, me recuerdo escribiendo.

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La huella de los libros

Por Leila Guerriero

Hay escritores que atesoran y acumulan libros, mientras otros les dejan de prestar atención una vez leídos. La formación de las bibliotecas particulares crea manías. Una serie de autores responde a la pregunta sobre el apego que se puede tener por ellos

Dos estantes de madera barata, amurados a la pared a los pies de la cama de la habitación de un niño que, cuando sea grande, será escritor. En los estantes, algunos cómics, libros de Mark Twain, de Bradbury, poesía.

La biblioteca como el rastro de una excentricidad, de una obsesión, como resguardo contra el olvido

Cinco estantes de madera barata, amurados a la pared a los pies de la cama de la habitación de un adolescente que, cuando sea grande, será escritor. A los cómics, a los libros de Mark Twain y de Bradbury, se han sumado Julio Cortázar, J. D. Salinger, Henry Miller, Mario Vargas Llosa, Gabriel García Márquez.

Seis estantes de madera barata, amurados a la pared a los pies de la cama de la habitación de un piso de soltero de un varón joven que empieza a ser escritor. En los estantes hay dos hileras de libros más varias pilas sobre la mesa de noche más cinco pilas a los pies de la cama. Los cómics, Mark Twain y Ray Bradbury se mezclan ahora con Paul Auster, Dostoievski, Henry James, Scott Fitzgerald, Flaubert, Nabokov, Barthes, Faulkner.

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10 claves para escribir bien, segun Rosa Montero

La escritora española y el autor mexicano Jorge Volpi imparten un cibertaller de escritura durante la Feria del Libro de Guadalajara. Cada día, de 16.00 a 18.00, hora peninsular española, charlan con los lectores sobre los entresijos de escribir. Montero se ha estrenado con el método de la creación literaria. Estas son sus 10 claves a preguntas, también clave de los lectores.

¿Para qué se escribe?

«Uno no escribe para decir nada, sinopara aprender algo. Escribes porque algo te emociona y quieres compartir esa emoción. Y tú sin duda sientes esas emociones que son más grandes que tú, y por eso quieres escribir, ¿no? No se trata de soltar mensajes sesudos».

¿Cómo empezar?

«Toma notas de las cosas que te llamen la atención o te emocionen. Y déjalas crecer en la cabeza. Luego, escribe un cuento en torno a una de las ideas… Para hacer dedos, también hay ejercicios. Por ejemplo, escribe un recuerdo importante de tu vida contado por otra persona. Puedes hacer ejercicios como escribir algo que hay sido muy importante en tu vida, quizá en tu infancia, pero contado desde fuera por un narrador real (por ejemplo un tío tuyo) o inventado, e incluyéndote como personaje».

¿Cómo enfrentarse a la página en blanco?

«Llamar la atención’ es el primer paso. El huevecillo. Déjalo crecer en la cabeza… Juega a imaginar en torno a eso. Consecuencias de los hechos, posibilidades… Se escribe sobre todo en la cabeza. Y cuando tengas más o menos una historia, escríbela.

En cuanto a la rutina, depende del escritor. Tienes que encontrar tu método. Yo no tengo rutinas horarias, pero para escribir desde luego tienes que trabajar. Siempre es bueno forzarte a sentarte todos los días un rato, aunque no sea a la misma hora, y aunque no escribas nada».

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Ana Maria Matute, Premio Cervantes 2010

Javier Rodriguez Marcos/ Rosa Mora

Ana María Matute es Premio Cervantes 2010. La ministra de Cultura, Ángeles González-Sinde, ha sido la encargada de anunciar el nombre de la ganadora del Premio Cervantes , el más prestigioso de las letras en lengua española. Hay una regla no escrita que dice que, después de que el año pasado lo recibiera el mexicano José Emilio Pacheco, este año tocaba español.

Ana María Matute Ausejo

Ana María Matute tiene 85 años y no 84 como dicen buena parte de sus biografías. «Nací en 1925», dijo recientemente a este diario. El Premio Cervantes reconoce su obra, 12 novelas y varios volúmenes de cuentos, ahora reunidos en La puerta de la Luna, desde los primeros textos de 1947 hasta 1998. «Si me dan el Cervantes daré saltos de alegría, saltos de alegría espirituales», dijo en la entrevista. Matute, una mujer fuerte de salud frágil se apoya en una muleta para andar.

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Elogio de la lectura y ficción

Mario Vargas Llosa

Aprendí a leer a los cinco años, en la clase del hermano Justiniano, en el Colegio de la Salle, en Cochabamba (Bolivia). Es la cosa más importante que me ha pasado en la vida. Casi setenta años después recuerdo con nitidez cómo esa magia, traducir las palabras de los libros en imágenes, enriqueció mi vida, rompiendo las barreras del tiempo y del espacio y permitiéndome viajar con el capitán Nemo veinte mil leguas de viaje submarino, luchar junto a d’Artagnan, Athos, Portos y Aramís contra las intrigas que amenazan a la Reina en los tiempos del sinuoso Richelieu, o arrastrarme por las entrañas de París, convertido en Jean Valjean, con el cuerpo inerte de Marius a cuestas.

La lectura convertía el sueño en vida y la vida en sueño y ponía al alcance del pedacito de hombre que era yo el universo de la literatura. Mi madre me contó que las primeras cosas que escribí fueron continuaciones de las historias que leía pues me apenaba que se terminaran o quería enmendarles el final. Y acaso sea eso lo que me he pasado la vida haciendo sin saberlo: prolongando en el tiempo, mientras crecía, maduraba y envejecía, las historias que llenaron mi infancia de exaltación y de aventuras.

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Ensueño

Emily Dickinson

Para fugarnos de la tierra
un libro es el mejor bajel;
y se viaja mejor en el poema
que en el más brioso y rápido corcel

Aun el más pobre puede hacerlo,
nada por ello ha de pagar:
el alma en el transporte de su sueño
se nutre sólo de silencio y paz.

Versión de Carlos López Narváez

Tomado de:  http://amediavoz.com



Invierno postal

Rafael Alberti

Tarjeta panorámica: el paseo,

antártico y de azul. —¿Tiene usted frío?

Sube y baja el invierno en su trineo.

Autorizadas, las peleterías

abren las jaulas del escaparate

y el oso blanco abriga los tranvías

¡Dadme un beso, románticas señoras!

¡El último, en mi frente sin sombrero,

mi digna Venus pura, protectora!

¡Cuidado! ¡A la derecha! Repetida y al volante,

Amarilis, combos rieles negros dibuja en el asfalto, huida.

¡Caballeros!: el paso, a los galanes

que libres de solapa y camiseta

muerte han dado al invierno y sus gabanes.

Rosas del frío frío, descotadas,

por las ágiles pistas de las nieves,

van, andróginas dulces, aurialadas.

¿Dónde os vi yo, nostálgicas postales?

¿En qué cine playero al aire libre o en qué álbum de buques lineales?

Tomado de: Rafael Alberti, Cal y Canto, Pag. 35, Alianza editorial.



Todos los libros a la mano

Gabriel Zaid

En el principio fue la biblioteca de Alejandría. En el presente es la inmensa, y muy polémica, biblioteca Google. En este ensayo Gabriel Zaid traza el arco que va de los rollos de papiro a los libros digitales y descubre las dificultades materiales y legales que enfrenta hoy el perdurable sueño de construir una biblioteca total.

Alejandro fundó Alejandría soñando en una nueva Atenas, y su general Tolomeo (que en el reparto del imperio se quedó con Egipto) fundó una dinastía que continuó ese sueño. Los Tolomeos (que reinaron del 305 al 30 a. C., cuando murió Cleopatra sometida a Roma) crearon el Museo (lugar de las musas): una especie de think tank donde alojaban espléndidamente a poetas, artistas y sabios, con una gran biblioteca adjunta, la famosa Biblioteca de Alejandría. Se valieron para esto de Demetrio de Falera, discípulo de Aristóteles (como Alejandro); que se inspiró en la biblioteca del Liceo (al parecer, la primera biblioteca concebida y organizada como tal, no un montón de libros). Se dice que Cleopatra participaba con inteligencia en las tertulias del Museo.

Para reunir todos los libros del mundo griego, los Tolomeos tenían agentes viajeros que salían a buscarlos y comprarlos. Además, los barcos que pasaban por Alejandría eran abordados por inspectores para confiscar los que tuvieran. Si la biblioteca los tenía, eran devueltos. Si no, copiados tan cuidadosamente que, al entregar la copia en vez del original, muchos pasajeros ni cuenta se daban (Mostafa El-Abbadi, La antigua Biblioteca de Alejandría. Vida y destino).

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Inteligencia sin palabras

Gabriel Zaid

La inteligencia que conversa maravillosamente hace olvidar la inteligencia muda. La vista, el oído, el tacto, el gusto y el olfato entienden muchas cosas sin palabras ni interlocutor. Es una inteligencia íntima, incomunicable en el acto mismo de entender, aunque después sea tema de conversación.

Sabio consejo de un entrenador de box (al poeta Julio Hubard): No pienses. Razonar toma tiempo, por poco que sea. Te distrae de la realidad inmediata. Y en esa fracción de segundo te pueden noquear.

Hay una tradición milenaria que recomienda lo contrario: la previsión, el cálculo, el ponderar los pros y los contras. Actuar sin pensar se considera peligroso, inferior. Aristóteles llevó esa tradición al análisis de la inteligencia práctica y la deliberación (Ética nicomaquea). San Ignacio inventó un método para tomar buenas decisiones y llevar el control de su cumplimiento (Ejercicios espirituales). Pascal introdujo el cálculo de probabilidades como criterio para tomar una decisión (Pensamientos).

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«Escribir es servidumbre y gozo»

J. Cruz

Mario Vargas Llosa estaba ayer exultante. Pero no perdía ni el sentido del humor ni el equilibrio que le ha dado rigor a su obra. Estaba sorprendido de haber sido galardonado con el premio, y estaba agradecido, aunque temeroso aún de que fuera una broma. Durante 14 minutos tanto él como su mujer, Patricia, que están en Nueva York porque el Nobel 2010 da clases en Princeton, pensaron que el secretario de la Academia sueca era «un impostor». Y le dieron 14 minutos para que ratificara que no era una tomadura de pelo. «Cuando pasaron los 14 minutos ya pude disfrutar de esta sorpresa».

¿Una sorpresa, de veras? «Déjeme que le diga antes por qué creía que era broma. Hace años le hicieron una trastada así a Alberto Moravia, el novelista italiano. Fue una noticia fea, que a él le cogió desprevenido. Entonces, inmediatamente que me dijo Patricia que habían llamado de la secretaría del Nobel nos pusimos en guardia».

Además, ya no estaba en las listas. «Y no crea, eso me tranquilizó. Estar en las listas era una pesadilla anual, porque mucha gente llamaba para indagar si era cierto que iba a ganar el Nobel. Todo eso abonaba la idea de que pudiera ser una broma una noticia que luego resultaría tan grata».

Mario Vargas Llosa se había convencido, a lo largo de los años, de que él no era un escritor para este premio. ¿Y por qué? «¿Por qué? Porque llegué a la conclusión de que yo no estaba en la identikit del Nobel; yo soy un escritor conflictivo, tomo posiciones incómodas, me equivoque o no siempre digo lo que me parecen las cosas, y todo eso me hizo creer que no era el escritor que encajara con la manera de ver la literatura por parte del jurado».

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