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Naciones desarrolladas usan ciencia para obtener beneficios sociales 

 

  • El científico de la Facultad de Física de la UV participó en el 1er Foro Veracruzano de Ciencia y Tecnología, organizado por la LXVI Legislatura del Congreso del Estado 

 

“No tenemos un programa completo de ciencia y tecnología donde apliquemos los conocimientos que poseemos”, explicó

 

05/05/2022, Xalapa, Ver.- Países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra o China se han desarrollado paralelamente como sociedad y en términos tecnológicos, a tal grado que la ciencia para esas naciones no sólo consiste en entender “curiosidades de la naturaleza”, sino también obtener beneficios sociales, afirmó Héctor Cerecedo Núñez, profesor-investigador del Laboratorio de Óptica Aplicada de la Facultad de Física de la Universidad Veracruzana (UV). 

Sobre este tema habló minuciosamente en el 1er Foro Veracruzano de Ciencia y Tecnología, organizado por la LXVI Legislatura del Congreso del Estado de Veracruz, el jueves 28 de abril. 

Su participación la tituló “Comercialización de la ciencia básica”, enfocándose en los problemas que impiden llevar el conocimiento generado a través de la ciencia básica, al desarrollo de tecnología. Para él, fue una buena oportunidad que le permitió discutir la situación de la ciencia en el país. 

Ejemplificó: Un celular resume lo que una nación hace en materia de desarrollo científico y tecnológico, pues concebirlo requiere inversión en instituciones educativas para generar y desarrollar conocimiento, y posteriormente comercializarlo. No es casualidad que a la fecha México no tenga una marca de telefonía móvil, planteó  

De acuerdo con él, ésta es sólo una muestra del atraso en materia de desarrollo científico que vive el país y que, calcula, es de 50 años o más, comparándolo con el de otras naciones que sí tienen este rubro como una prioridad. 

Países como Estados Unidos, Alemania, Inglaterra o China se han desarrollado paralelamente como sociedad y en términos científicos, a tal grado que la ciencia para esas naciones no sólo consiste en entender “curiosidades de la naturaleza”, sino también obtener beneficios sociales. 

“A eso me refiero cuando digo que en el país tenemos un atraso científico, porque en México no hemos podido hacer desarrollos con la ciencia que conocemos. No hemos logrado tener una industria de nuestros propios láseres o que esté asociada a un programa espacial, por ejemplo.” 

 “No tenemos un programa completo de ciencia y tecnología donde apliquemos los conocimientos que poseemos”, explicó en posterior entrevista. Tal programa, añadió, debe involucrar a la comunidad académica y científica, así como a los sectores industrial y gubernamental. 

Utilizó una metáfora: en los tiempos del confinamiento por la pandemia de la COVID-19 las familias que tenían la posibilidad se preguntaban qué era mejor, cocinar o comprar sus alimentos. 

“La ciencia es más o menos así. Podemos pensar qué nos conviene: hacer nuestra propia ciencia, que eso nos dé más aprendizaje y genere más científicos, o simplemente la pedimos y compramos. Nos resulta más caro solamente comprar sin tener mucha noción de cómo está constituida esa tecnología que estamos comprando.” 

Aclaró que países más avanzados en este ámbito experimentan ambas situaciones: tienen a su comunidad científica que genera el conocimiento, y también lo consumen de otros. 

“No quiero decir que en México no se hayan hecho intentos de integrar todos estos elementos para tener un programa científico. Se hacen iniciativas, desarrollos tecnológicos, pero nos falta, no estamos logrando consolidarlo. 

”Tenemos que continuar haciendo el esfuerzo para que eso se consolide; de lo contrario, seguiremos dependiendo, lo cual está ligado con el atraso.” 

Dos son los problemas que ve el científico: la falta de recursos, así como la “disputa” que hay por obtenerlos entre instituciones; y el escaso reconocimiento por parte de diferentes sectores de la sociedad de que la ciencia debe ser algo prioritario, como la salud, la educación o la seguridad. 

Al preguntarle por qué debería verse como prioridad, respondió: “Los costos de la tecnología podrían ser más accesibles y, por ende, los beneficios en salud, en tecnología y otros servicios. También favorece la retroalimentación en educación, porque lo que se aprenda en desarrollo tecnológico va directamente a las escuelas y a que los estudiantes generen más ideas”. 

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