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Movimientos sociales, parte del mismo conflicto: estudiante

  • Jesús Eduardo Medina Gutiérrez cursa el tercer semestre de la Maestría en Ciencias Sociales y basa su hipótesis en tres hechos: el movimiento magisterial, el de Ayotzinapa y “#YoSoy 132”
  • El estudio de dichos fenómenos permite entender la política nacional y el camino que institucionalmente se sigue

 

Jesús Eduardo Medina Gutiérrez cursa el tercer semestre de la Maestría en Ciencias Sociales

 

Claudia Peralta Vázquez

02/02/19, Xalapa, Ver.- Al hablar de su estudio basado en los movimientos sociales registrados entre 2012 y 2016 en México, Jesús Eduardo Medina Gutiérrez, estudiante de la Maestría en Ciencias Sociales de la Universidad Veracruzana (UV), señaló que a pesar de sus diferencias y características particulares, estos fenómenos deben ser entendidos como parte de un mismo conflicto social resultado de varios factores.

Su experiencia como militante de estos grupos llamó su atención para entender los procesos de movilización social como un todo complejo, cuál es el entorno político que vive el país y cómo esas corrientes inciden en la realidad que vivimos.

Al presentar los avances del tema que desarrolla como parte del posgrado adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S), precisó que plantea analizar los procesos de movilización social presentes en el país durante ese periodo y su relación con las políticas neoliberales del Estado mexicano instauradas a partir de las reformas estructurales.

Dicho proyecto se basa en tres procesos particulares: el movimiento anti-imposición “#YoSoy132”, conformado en su mayoría por estudiantes de educación superior, tanto de instituciones públicas como privadas y residentes en México; el conflicto magisterial surgido ante el descontento de los miembros de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) por la reforma educativa impulsada por el gobierno de Enrique Peña Nieto.

Éste se extendió por tres años y ocasionó plantones, despidos, la detención de líderes magisteriales, pérdidas económicas y fallecimientos a causa de los altercados suscitados.

El movimiento de Ayotzinapa en 2015 fue otro de los acontecimientos que marcaron el rumbo de la historia nacional, ante la desaparición y asesinato de 43 estudiantes de la Escuela Normal Rural “Isidro Burgos” de Ayotzinapa, ubicada al sureste de Iguala, Guerrero.

Destacó que la existencia de estas movilizaciones es atribuible a varios factores: el entorno de pobreza y violencia a raíz de la guerra contra el narcotráfico y de la fallida política económica del país; el proceso neoliberal que se estructuró con las reformas y afectó a una gran parte de la población mexicana.

Lo anterior amplió el descontento social nutrido por la longeva actividad de organizaciones como: la CNTE o la Federación de Estudiantes Campesinos Socialistas de México (FECSM), así como de diversas asociaciones estudiantiles que impulsaron la movilización social.

Hasta cierto punto, dijo, éstas se vieron rebasadas por la afluencia de nuevos actores que antes no se movilizaban.

El egresado de la Licenciatura en Sociología de la UV puntualizó que al interior de cada uno de esos procesos no hubo una claridad total de los objetivos y formas de acción, “ni siquiera de identidades colectivas, sino que cada uno de ellos aglutinó en su interior diferentes tendencias políticas, a la vez que pugnaban por objetivos generales y comunes, dieron una lucha política al interior, lo cual lejos de limitar los procesos de movilización los enriquecieron”.

Este panorama, dijo, no es particular de México, sino del resto del mundo; sin embargo, la complejidad de la movilización social con actores cada vez más heterogéneos y plurales obliga al estudio de dichos fenómenos para entender la misma política nacional y el camino que institucionalmente se sigue.

Al ahondar sobre la relación que existe entre el entorno de conflicto social del sexenio de Peña Nieto con la virtual y amplia victoria del Movimiento Regeneración Nacional (Morena) en 2018, comentó que estos sucesos no están directamente ligados pero sí contribuyeron a la creación de una contrahegemonía al poder institucional.

“No podemos plantear los factores económicos y políticos como una determinante, porque eso haría que los actores fueran un simple reflejo del entorno, pero sí tiene que ver en la influencia, sobre todo para que la actividad organizativa, política e ideológica de algunas organizaciones que han estado movilizadas durante años tengan mayor capacidad de impacto entre la población.”

Comentó que durante este periodo de cuatro años observa un crecimiento de la movilización social, principalmente de manera masiva con tres procesos de carácter nacional y que no se desarrollaron en el centro del país o en el sur, sino que se expandieron y llegaron a involucrar a capas sociales que antes no se habían movilizado.

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