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Movimiento de 1968, referente de la apertura democrática

  • Rogelio de la Mora, investigador del IIH-S, sostuvo que los jóvenes de hoy son igual de participativos que la juventud de 1968, pero hay una ausencia de conciencia colectiva

 

Rogelio de la Mora, investigador del IIH-S

 

Paola Cortés Pérez

 

03/10/2017, Xalapa, Ver.- El movimiento de 1968 representó para México un parteaguas en su historia contemporánea y un referente en la apertura democrática, señaló Rogelio de la Mora Valencia, investigador adscrito al Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV).

En entrevista, comentó que el 2 de octubre de 1968 culminó una fase recurrente en la historia del país: la violencia. Agregó que a menos de un año de conmemorar medio siglo de la matanza de centenas de estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas, las reflexiones han estado marcadas por las emociones y las deudas ideológicas o políticas de los actores.

“Una vez descompuesta o apagada la memoria social y que el tiempo de los testigos se desvanezca, el tiempo de la historia tomará la estafeta de esa memoria desfalleciente; entonces, las nuevas generaciones seleccionarán de manera más fina los recuerdos y los objetos de análisis que a su juicio ameritan ser conservados.”

De la Mora mencionó que aunque la reforma política y la libertad de expresión son logros visibles, producto del movimiento de 1968, lo cierto es que muchas de las peticiones reclamadas todavía son de actualidad.

“Habría que averiguar en dónde están las huellas del cuestionamiento a los poderes políticos y, en el fondo, al perverso sistema capitalista.”

Al preguntarle si existen similitudes entre la juventud de 1968 y la actual, el investigador respondió que ambas tienen en común la movilización; sin embargo, el combate de los jóvenes de ahora está menos relacionado con valores generales y más vinculado a cuestiones que les conciernen directamente.

“Participan más en redes interpersonales, colectivos u organizaciones de la sociedad civil que en partidos políticos –sin renunciar a la vida política–, debido al descrédito de la clase política. Prefieren las manifestaciones, en lugar del compromiso político.”

Esto, indicó, ha derivado en una forma de individualismo que reduce la posibilidad de una revuelta común, porque hay una ausencia de conciencia colectiva; dicha situación se refleja en el abstencionismo en las votaciones, el cual supera el 40 por ciento en las elecciones federales y más en elecciones locales, de acuerdo al Instituto Nacional Electoral.

“De cada 10 jóvenes, ocho participan en colectivos, donde funciona muy bien la solidaridad; cabe preguntarse si es posible imaginar un movimiento de rebeldía de la misma amplitud, emprendida por los jóvenes de hoy. Sin perder de vista la contingencia del acontecimiento, hay razones para ser escéptico”, finalizó.

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