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La simulación política en México inició en 1946

 

  • El académico y periodista John Ackerman presentó su libro El mito de la transición democrática en el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales de la UV

 

Cuitláhuac García, John Ackerman, Martín Aguilar y Patricio, en la presentación del libro

Cuitláhuac García, John Ackerman, Martín Aguilar y Patricio, en la presentación del libro

 

David Sandoval Rodríguez

 

Xalapa, Ver. 12/10/2016.- Al presentar el libro El mito de la transición democrática. Nuevas coordenadas para la transformación del régimen mexicano de John M. Ackerman, en la Universidad Veracruzana (UV), los invitados coincidieron en afirmar que la democracia en México tiene particularidades relacionadas directamente con el primer partido creado al finalizar la Revolución Mexicana.

El Auditorio “Gonzalo Aguirre Beltrán” del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) fue insuficiente para el público que asistió a conocer la obra más reciente de Ackerman, académico de la Facultad de Derecho de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y periodista de La Jornada, quien se dio cita en el lugar, acompañado por el caricaturista Patricio, el investigador Martín Aguilar Sánchez y el diputado Cuitláhuac García Jiménez.

El autor enfatizó en su mensaje que “el mito de la transición no inició con Carlos Salinas de Gortari, es un sistema de hipocresía institucionalizada que toma como guía a los grandes héroes: Zapata y Carranza; se corrompe el nacionalismo y se utiliza precisamente para lo contrario y este sistema de simulación institucionalizada, de neoliberalismo autoritario, inició en 1946 con el nacimiento del Partido Revolucionario Institucional (PRI), no como partido sino como sistema político, el cual aún sigue con nosotros”.

La alternancia que teníamos existía con el partido en el poder y consistía en que, para cada cambio de sexenio se intercalaba a un presidente más populista o a uno más liberal.

La llegada del Partido Acción Nacional (PAN) a la presidencia de 2000 a 2012 era más de lo mismo, como lo plantean las teorías históricas del péndulo, “pero nos dicen que hoy vivimos en democracia cuando lo que estamos viviendo directamente no es un sistema democrático: las elecciones están controladas por el narco, hay compra y coacción del voto al por mayor, el dinero fluye sin control, las instituciones electorales se hacen de la vista gorda, asesinan a periodistas, desaparecen a jóvenes, reprimen y asesinan a maestros, esto no es democracia y lo sabemos y lo palpamos”, recalcó.

La vida estrictamente institucional está agotada, no obstante advirtió que su planteamiento no es un llamamiento a las armas, por el contrario, lo que se debe generar es un verdadero bloque histórico que articule la lucha electoral y la lucha social porque tenemos que asumir nuestra responsabilidad.

“El gran fracaso nuestro, de la sociedad civil y de la izquierda, ha sido precisamente la división, el sedentarismo, el oportunismo, no podemos solamente echarle la culpa a la clase política si no participamos también directamente en política.”

En todos los países de América Latina ha habido una experimentación en la alternancia excepto en México, no se ha podido lograr por muchas razones, “este libro es precisamente una reflexión sobre los últimos 20 años para entender en qué nos ha ido mal, qué se ha logrado y cuáles podrían ser las lecciones que sacamos de esta experiencia”.

En ese sentido, Martín Aguilar, investigador del IIHS, coincidió en señalar que el discurso sobre la transición democrática está agotado desde hace varios años, “una de las cuestiones sobre el discurso de la transición democrática se basa en una articulación de pactos y fundamentalmente entre las élites económicas, las élites políticas y dejan fuera a la sociedad y los movimientos sociales”.

 

John M. Ackerman, académico de la UNAM

John M. Ackerman, académico de la UNAM

 

Planteó que este discurso agotado fue alimentado por las transiciones en los países del bloque de Europa del Este, en primer lugar, y de Latinoamérica, en segundo lugar.

Asimismo, recordó que la transición en México está sujeta a debate en la actualidad, por el hecho de que algunos teóricos sostienen que la etapa de la transición ya pasó y actualmente estamos viviendo la consolidación de la democracia.

“Ackerman plantea que el sistema de partidos se agotó, que está en crisis, en eso estoy de acuerdo, y plantea que se agotó porque hubo una infiltración de la lógica priísta, ahí no estoy de acuerdo”, puntualizó.

En su opinión, lo que sucedió es que “se sostuvo, con una larga historia para México, una política autoritaria que, con el andamiaje político del proceso electoral, no se pudo tan fácilmente hacer a un lado, el problema es muy fuerte y creo que hay un sistema político de partidos agotado y se requieren nuevas reformas y nuevos bríos”.

El caricaturista Patricio mencionó que la obra está articulada en dos partes. En la primera se exponen las causas históricas que dieron lugar a la creación del mito de la transición; en la segunda, se proponen algunas ideas para superar este momento nacional y cuáles son las opciones que surgen de la convergencia de distintas fuerzas e iniciativas para propiciar el cambio.

“El aspecto más positivo”, opinó, “es el hecho de que es un libro no sectario, que incluye desde el Ejército Zapatista de Liberación Nacional y la lucha de los maestros, hasta lo que es hoy el Movimiento Regeneración Nacional (Morena) y López Obrador; es muy amplio el espectro de las luchas que revisa y que rescata, no las ve como antagónicas sino complementarias”, precisó.

Al comentar la publicación, el diputado de Morena, Cuitláhuac García, suscribió la opinión del autor y del académico respecto a la creación del mito institucional; señaló que en el libro es posible encontrar “todos los argumentos detallados” que explican por qué es un mito la transición en nuestro país.

 

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