Entrevista

La literatura ha perdido su razón de ser: Edgar Sánchez Hernández

  • “Me aterra la idea de que la lectura se convierta en un ejercicio elitista”, añadió el Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo” 2022 
  • Para él, Cuba es la gran novela que está en una gaveta 

 

“La literatura, sobre todo en sus orígenes, siempre fue un reflejo de la realidad”

 

Karina de la Paz Reyes Díaz 

Fotos: César Pisil Ramos y Luis Fernando Fernández 

21/09/2022, Xalapa, Ver.- Con Las lluvias de Estocolmo, el escritor cubano Edgar Sánchez Hernández ganó el Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo” 2022. La obra, más allá de la trama de la historia, es una suerte de apuesta por recuperar el sentido que en sus orígenes tuvo la literatura y que a la fecha se ve diluido ante los lenguajes audiovisuales y virtuales. 

De acuerdo con el jurado, la novela ganó por “su notable solvencia narrativa que la suscribe a una tradición literaria mexicana que abreva de Pedro Páramo”. Consideraron, también, la potencia de su anécdota, en la que se dibuja un universo narrativo lleno de crueldad y violencia, así como la construcción del ambiente de suspenso y la crítica al fanatismo religioso. 

A este premio convoca la Universidad Veracruzana (UV), a través de su Dirección Editorial y la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU). El reconocimiento le fue entregado en el inicio de la también llamada gran fiesta de las letras de la institución, a principios de septiembre. 

En su discurso, se pronunció porque la literatura esté comprometida con la realidad: “Vivo convencido de que hoy, la literatura debe ser menos complaciente; debe ser más valiente, sincera y comprometida”, dijo ante autoridades universitarias y la audiencia. 

Abordado en los pasillos de la FILU 2022, comentó que un premio literario siempre representa un espaldarazo para quien lo gana y si alguien dice que eso no le importa, “miente”. 

Más todavía, apuntó, lo premios tienen que existir, pero sobre todo los que son como éste, a ópera prima: “Es una excelente oportunidad para quienes comenzamos con la novela –sobre todo para los más jóvenes, evidentemente, no es mi caso–, pero creo que sí es un espacio de apertura, que deben permitirse y mantenerse siempre”. 

Al menos en la región latinoamericana, son contados los premios a primeras obras, pese a su importancia, de ahí que le deseó al “Sergio Galindo” larga vida y que continúe el éxito. 

 

En su discurso, se pronunció porque la literatura esté comprometida con la realidad

 

 “¡El problema es cuando ya se perdió esa inocencia! 

En la premiación, exclamó que la literatura debe ser más comprometida y dejó en claro que con ese dicho no inventa el hilo negro. 

“La literatura, sobre todo en sus orígenes, siempre fue un reflejo de la realidad. Pensemos en la Ilíada, en la Odisea. Evidentemente dentro de un marco fantástico, pero era un reflejo de la época que tocó vivir y yo sólo pido retomar eso.” 

De unos cuantos años para acá, concretamente a partir de que se creó la simbiosis entre películas, series de medios audiovisuales y la literatura, se percibe una especie de “jugar a lo seguro”. 

Comenzó, quizás, siendo hasta cierto punto una situación “inocente”, pues se escribía una obra literaria y más adelante, si era conducente, alguien la llevaba al cine o la televisión. 

“¡El problema es cuando ya se perdió esa inocencia! El problema es cuando ya te sientas a escribir pensando en complacer. Te sientas pensando ‘esto va a gustar a la audiencia’. Las grandes editoriales lo que buscan es eso.  

”Creo que la literatura ha perdido su razón de ser para buscar el camino fácil, el camino de agradar. Narcos, por ejemplo, tú puedes decir que es un tema sensible, por las implicaciones negativas que trae, pero si te fijas, la literatura le ha dado la vuelta y ahora resulta que son buenos, que son buena onda y eso está influyendo negativamente en los jóvenes”, planteó.  

Por ello su apuesta y propuesta de que la literatura –en general, no sólo la novela, incluso la poesía– transgreda los cánones que se están implantando para “volver a sus orígenes”. 

 El periodismo debería ser menos rígido 

A propósito de su quehacer periodístico, también se le preguntó sobre el maridaje de éste y la literatura. De inicio, dejó en claro que para él no existe la literatura de no ficción y más bien se trata de un término conveniente para decir que el texto está apegado a la realidad. 

“Al final, le tienes que poner tu parte” y sí, es posible apegarse a la realidad, el problema es cómo se muestra. “No sólo se trata de la historia que cuentas, sino del discurso que utilizas”. 

A su parecer, el periodismo debería arriesgarse, ser menos rígido y darse un poco más de libertad. Con entusiasmo, citó las viñetas periodísticas de Ernest Hemingway. Refirió que “son pequeñas obras de arte –sobre todo las que tienen que ver con la tauromaquia, a la cual me opongo completamente–”. 

Cuando se toma de él, es evidente el “sabor” del periodismo en las obras de ficción, en la literatura, y también debería ocurrir al revés, “pero cuando tu texto –como reportero– tiene que pasar por un trabajo de edición y debes trabajar con ‘sujeto-verbo-complemento’, tienes que decir ‘El perro corrió’, si dices ‘Corrió el perro’ te dirán ‘¡Esto no es así’!”. 

Por ello, insistió en que el periodismo “ganaría muchísimo” si tomara de la literatura, tanto que ampliaría su público lector, toda vez que las noticias que circulan en redes sociales son muy seguidas por la juventud al tener un tono adecuado para esa población, pero tienen el “grave problema” de la baja o nula credibilidad. 

“Las noticias que circulan en redes sociales no tiene el tono rígido, rancio, anquilosado de la vieja escuela del periodismo. Ese crea rechazo. Los jóvenes apenas y leen periódicos, sin embargo, son adictos a las redes sociales. Creo que quien logre combinar la seriedad –en términos de credibilidad– con el tono adecuado para los jóvenes, va a triunfar.” 

 

A su parecer, el periodismo debería arriesgarse, ser menos rígido y darse un poco más de libertad

 

 “Qué tiene el poder que a todos envilece” 

Edgar Sánchez es de nacionalidad cubana, con estatus migratorio de Residente Permanente en México y asentado en la ciudad de Saltillo, Coahuila, por lo que se le preguntó sobre la isla caribeña. 

“Es imposible ser cubano y que no te pregunten por Cuba”, respondió entre risas. Para él, la isla en términos culturales ha sido muy rica, un exponente a nivel no sólo Latinoamérica, sino mundial. 

“El problema es que es como una gran novela que está en una gaveta. Cualquier manifestación artística está hecha para mostrarse, para compartirse con el público y en algunos casos –como el de la literatura– esos recursos no están presentes ahora, por lo tanto se nota una disminución en términos de propuestas culturales, no porque no esté el talento.” 

Calificó como desafortunado que la cuestión económica que allá padecen sea a causa de la política que lleva más de 60 años “enraizada”. 

Si bien admitió que cuando triunfó la Revolución cubana, en 1959, fue “un hito, un grito de esperanza”, que incluso se tomó como estandarte en toda la región latinoamericana, a la fecha el panorama no es nada halagüeño. 

En ese tenor, citó a José Martí: “Qué tiene el poder que a todos envilece”. Ahora el resultado es que “los que eran buenos, se volvieron malos y están haciendo lo mismo por lo cual lucharon –quieres el poder, pero no lo quieres soltar–.” 

Para el escritor, “la democracia cubana sí es ficción” e hizo una comparación con México, donde es “incipiente, pero existente”, mientras en la isla caribeña no se puede hablar de ella. “El gobierno cubano dirá que la culpa es de Estados Unidos, evidentemente, nuestro enemigo más querido”. 

Dejó un mensaje a la comunidad universitaria: “Lean. Lean aunque sea recetas médicas. Siempre es bueno que el hámster que está allá adentro, en el cerebro, tenga con qué generar ideas. Es un ejercicio que no harás con la televisión, la radio o el cine, menos con videojuegos. Lean de ser posible literatura de calidad”. 

De pronto, con esa última frase se dijo absolutamente convencido de que la literatura no se extinguirá, que habrá para siempre, pero exclamó: “¡Me aterra la idea –y a eso sí podemos llegar– que la lectura se convierta en un ejercicio elitista!”. 

Cabe recordar que el Premio Latinoamericano de Primera Novela “Sergio Galindo” consiste en la publicación de la obra por parte de la Editorial UV, un estímulo económico y un diploma. Por tradición, la obra se presenta en la FILU próxima siguiente, por lo que Las lluvias de Estocolmo de Edgar Sánchez Hernández saldrá a la luz en 2023.