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La educación sigue un modelo del siglo XIX que es necesario cambiar

  • Gunther Dietz, investigador de la UV, dijo que es necesaria una traducción intercultural para incluir todos los saberes 
  • Participó con conferencia virtual en el IV Foro Internacional de Estudios de Traducción e Interpretación 2025 

 

Gunther Dietz, académico del IIE, impartió conferencia virtual sobre traducción intercultural en el IV Foro Internacional de Estudios de Traducción e Interpretación 2025

 

David Sandoval Rodríguez 

Fotos: César Pisil Ramos 

02/10/2025, Xalapa, Ver.- La escuela, como institución, sigue reproduciendo una forma de enseñanza del siglo XIX y las infancias actuales requieren de un enfoque que privilegie la diversidad de saberes, asentó Gunther Dietz, académico Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV). 

El catedrático impartió la conferencia virtual “Traducción intercultural y doble reflexividad como estrategias metodológicas para la docencia”, en el IV Foro Internacional de Estudios de Traducción e Interpretación 2025, organizado por el IIE. 

Señaló que la traducción intercultural no es un método específico, sino una aproximación que busca reconocer y aprovechar al máximo “las capacidades interculturales y la diversidad lingüística, entendiéndola como un prerrequisito para aprovechar la diversidad epistémica, que es lo que requieren las futuras generaciones: ampliar el horizonte cognitivo y de saberes más allá del saber occidental, que con su visión tecnocrática nos ha llevado al abismo en el que estamos actualmente”. 

Se requiere dejar de pensar en dualidades, como un esquema cognitivo del pensamiento occidental, y pensar en redes, de forma más relacional entre culturas y saberes, dando la posibilidad de visibilizar conocimientos en el aula que no se habían enseñado.

 

El ponente destacó la importancia de los saberes no universitarios como formas de identidad

 

Su preocupación, reconoció, es que “por mucho que se diversifica y amplía la institución escolar, esta apenas ha cambiado, sigue siendo una institución decimonónica para infancias del siglo XXI”. 

Entre las culturas originarias de América hay saberes que se transmiten de forma oral o escrita, mediante una ritualización o de una determinada manera; sin embargo, como la escuela y la universidad son de cuño occidental y están consideradas por la sociedad como lugares privilegiados de intercambio de conocimientos, tienen dificultades para intercambiar saberes descontextualizados y abstractos con los locales. 

Muchos saberes en Latinoamérica se transmiten de manera ritual, con el cuerpo, con las manos y no verbalizando, eso es algo que la universidad no sabe hacer, porque todo es expresión oral, agregó. 

Para descolonizar la institución del legado monolingüe y eurocéntrico se requiere un cambio de pedagogía y no la escuela del siglo XIX que transmite el conocimiento a un alumnado que aparentemente no sabe nada.

 

Detalló las pautas a seguir para generar una pedagogía intercultural

 

Dietz expresó que la función docente, “desde educación inicial hasta el posgrado, tendrá que ser mediadora y traductora entre cánones lingüísticos, epistémicos y culturales, entre saberes académicos, librescos con otro tipo de saberes”. 

Hay pautas de convivencia intercultural desde hace miles de años en la Amazonia y en otras regiones indígenas que son distintas a los saberes canonizados; por ello, es importante trabajar en cada contexto con los saberes que llegan al aula, “no puede haber un currículum intercultural como tal, no puede haber una receta o un manual para tratar la diversidad, sino que se debe trabajar con los saberes locales”. 

Su propuesta de traducción intercultural proviene de una dimensión centrada en quien aprende, su identidad, su narración, su biografía individual o colectiva; se gesta a través de la praxis y busca relacionarlo a los individuos de diferentes culturas. 

El diálogo es la herramienta para trabajar dicha aproximación, concebido como un conjunto de canales de comunicación: no verbal, de señas, oral o escrita, que busca la multidireccionalidad del intercambio de conocimientos, “porque de lo contrario sería un extractivismo cognitivo y esto significa críticamente evaluarnos si generamos una comunicación horizontal y recíproca o estamos realizando extractivismo académico”.