• Rubén Darío Jiménez Rosado participó en el VIII Coloquio Salud, Arte y Comunidad, organizado por la Facultad de Psicología 

Rubén Darío Jiménez Rosado, coordinador de programa de posgrado en la Facultad de Psicología

José Luis Couttolenc Soto 

Foto: Omar Portilla Palacios 

04/02/2022, Xalapa, Ver.- Rubén Darío Jiménez Rosado, coordinador de posgrado en la Facultad de Psicología de la Universidad Veracruzana (UV), expuso en el VIII Coloquio Salud, Arte y Comunidad los avances de su investigación “Reduccionismo evolucionista en las nociones contemporáneas de emoción y su impacto en las visiones comunitarias de salud”, el viernes 28 de enero. 

Psicólogo de formación, con Maestría y Doctorado en Filosofía de la Ciencia, Jiménez Rosado destacó que desde el área de la psicología clínica, ha trabajado principalmente dentro del contexto comunitario, de calle, y las adicciones. 

Desde el ámbito de la filosofía, se ha enfocado en cómo se perciben las intervenciones en salud que, en su opinión, han asumido de manera crítica una visión desde el biologismo, expulsando eventualmente al propio ejercicio psicológico de su lugar de acción. 

Su investigación aborda la manera en que algunas visiones que empiezan a ganar terreno en el campo de la psicología biológica, buscan redefinir el concepto de salud en aspectos sociales o comunitarios, y ello ha impactado en cómo se ven los fenómenos propios de este rubro. 

Desde una concepción radicalmente biológica, regularmente se ve a los procesos sociales problemáticos como resultado de expresiones de seres biológicos aislados de la cultura, y ésta toma un grado de importancia secundario. “En mi investigación hago una crítica, señalando que las otras ideas biológicas, como podrían ser las derivadas de la ecología, sustentarían que las emociones están reestructuradas constantemente por el tránsito en la cultura y con el lenguaje”. 

Jiménez Rosado refirió que las emociones, en lugar de ser una entidad biológica, son entidades de naturaleza ética con sustento biológico, sin las cuales muchos de los procesos que se asumen como cognitivos y naturales no podrían ser posibles; tal es el caso del lenguaje y la empatía. 

“Por un lado, se mira a la emoción como cercana al instinto o la irracionalidad; por otro, se toma a las operaciones racionales y al pensamiento lógico como aquello propiamente humano, y esa dicotomía impacta de manera negativa en las visiones de intervenciones de salud comunitaria”, expresó. 

Para concluir, planteó que las funciones valorativas de las expresiones afectivas tienen efectos observables en el mundo, conformados como “proposiciones de evaluación”, debido a las condiciones transaccionales efectivas en las que surgen.