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Inició el 8º Simposio Internacional de Neuroetología

  • En la inauguración se rindió un homenaje al desaparecido investigador de la UV, Víctor Rico Gray, quien dejó importante legado científico en el estudio de las redes ecológicas e interacción planta-animal 

 

Inició el 8º Congreso Internacional de Neuroetología

 

José Luis Couttolenc Soto 

27/09/2021, Xalapa, Ver.- El Instituto de Neuroetología de la Universidad Veracruzana (UV) inauguró este lunes 27 el 8º Simposio Internacional de Neuroetología, en el que investigadores de Latinoamérica, Sudamérica y Europa ofrecerán conferencias sobre avances en el estudio del comportamiento animal, y en el que se rinde homenaje al desaparecido investigador universitario Víctor Rico Gray. 

Domingo Canales Espinosa, director general del Área Académica de Ciencias Biológicas y Agropecuarias, destacó que a 10 años de su incorporación de la UV y con su partida, la llama de Rico Gray no se apaga porque deja un gran legado científico que junto con su actividad docente, de formación de estudiantes, colaboraciones interinstitucionales y su gran producción académica permanecerán por siempre. 

Por su parte Jorge Morales Mávil, director del Instituto de Neuroetología, dijo que la llegada del investigador a la entidad universitaria fortaleció la plantilla de académicos, se integró al núcleo básico de la Maestría y Doctorado en Neuroetología y su producción científica se mantuvo en el nivel de excelencia, lo cual se reflejó en la dirección de tesis de posgrado, ejemplo de ello es que en 2017 y 2019 los alumnos autores fueron galardonados con el Premio “Arte, Ciencia, Luz”. 

Recordó también que en 2012 y 2014 Rico Gray fue reconocido como Investigador Honorífico por el Centro Iberoamericano de la Biodiversidad de Alicante, España. 

 

De acuerdo a estudios, los coccoides son necesarios para que la planta reciba los máximos beneficios de la asociación de hormigas

 

Interacción animal-planta 

La primera conferencia estuvo a cargo de Rodolfo Dirzo Minjarez, investigador del Departamento de Biología de la Universidad de Stanford, Estados Unidos, quien ofreció el tema “Desafíos para la conservación de interacciones ecológicas en el Antropoceno”, refiriéndose de manera particular a la interacción animal-planta. 

El profesor de biología, conservacionista, ecologista y divulgador de la ciencia, mencionó que una inusual interacción se da con la alimentación de Schomburgkia tibicinis (Orchidaceae) por las hormigas; apuntó que en un artículo en el que colaboró Rico Gray, se describe el experimento en el que se utilizaron marcadores radiactivos para determinar si la tibicina de Schomburgkia puede utilizar directamente los minerales de los desechos orgánicos depositados por las hormigas. 

En el estudio se observó que los pseudobulbos huecos de Schomburgkia tibicinis sirven como domatia para muchas especies de hormigas, las cuales llenan muchos de los pseudobulbos con escombros, incluidos insectos muertos, material vegetal y arena. 

Se describe que las hormigas se alimentaron con D-glucosa marcada con C en miel, se sacrificaron y se colocaron en los pseudobulbos durante un máximo de ocho semanas; posteriormente se recogieron muestras de tejido vegetal y se analizaron para determinar la radiactividad después de una, dos, tres, cuatro, seis y ocho semanas, trasladando el material etiquetado a varias partes de la planta y demostró absorción directa de nutrientes. 

En las conclusiones de los investigadores participantes en el proyecto se determina que los coccoides son necesarios para que la planta reciba los máximos beneficios de la asociación de hormigas; sin embargo, dijo que también existen desafíos que se deben atender como son las interacciones ecológicas entre especies en el Antropoceno, que incluyen cambios en las condiciones climáticas, en el uso del terreno y el impacto antropogénico sobre la fauna. 

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