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Generaciones actuales no deben olvidar el movimiento del 68: Efraín Quiñonez

  • A 49 años del mismo, es importante celebrarlo y recordarlo, porque se trató de un hecho emblemático que no sólo se vivió en México, comentó

 

El investigador explicó que las autoridades de la época no podían consentir la disidencia expresada por los jóvenes

 

Paola Cortés Pérez

 

02/10/2017, Xalapa, Ver-. Efraín Quiñonez León, investigador de tiempo completo del Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV), dijo que al movimiento estudiantil de 1968 –y a los movimientos que le prosiguieron– le debemos la posibilidad de tener una apertura y pluralidad política.

Comentó que a 49 años de la agresión a estudiantes en la Plaza de las Tres Culturas de Tlatelolco, es importante celebrarla y recordarla, porque se trató de un hecho emblemático que no sólo se vivió en México, fue un movimiento generacional que tuvo presencia en diferentes partes del mundo, con la gran diferencia de que en el país tomó la dimensión de masacre.

“Es una fecha emblemática de toda una ola de protestas por parte de jóvenes inconformes con un sistema político y un sistema de gobierno que sentían que no los representaban.”

En el otro lado, describió, estaba un gobierno sin la menor disposición a entablar una comunicación con un sector importante del país: estudiantes de las clases medias, de un sector educado que le exigió un cambio al viejo régimen.

La apertura a la participación política y un cambio en el régimen político, fueron elementos clave para que hoy se tenga una pluralidad política y, por lo mismo, este movimiento no debe ser olvidado por las actuales generaciones.

“A los jóvenes de hoy en día difícilmente les llama la atención conocer sobre este movimiento, por ello es necesario volver a reivindicar y conmemorar una gesta tan heroica como la que hicieron los estudiantes de 1968, que fue acallada mediante políticas criminales de exterminio a quien piensa diferente, a quien se atreve a desafiar al poder constituido.

”Las demandas: erradicar el delito de disolución social a través de la represión y disolver a la policía política empeñada en acosar a los movimientos sociales, en particular los movimientos estudiantiles; son cosas que podían resolverse, pero el gobierno de esa época no podía consentir la disidencia expresada por los jóvenes.”

Resaltó que este movimiento estudiantil inauguró una nueva era de liberación política y social para el país: se dio una apertura y pluralidad política –cada vez más abierta–, cambió la relación padres-hijos, e incluso se dio la liberación sexual.

“En aquella época sólo existían el PRI y el PAN, mientras que los partidos comunistas o de izquierda estaban proscritos; entonces, este movimiento liberó un poco el sistema político con la creación de leyes que permitieron la apertura a la participación política.”

Quiñonez León dijo que quizá hoy se vive un desencanto de los partidos políticos, pero “pienso que son un mal necesario, no hemos inventado otra forma de entrar en la arena política para tener acceso al poder”.

Así que, reiteró, lo que actualmente gozamos todos los mexicanos, viene de la lucha que emprendieron estos jóvenes universitarios y de los movimientos sociales que se dieron después.

 

 

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