Ciencia

Falta de cultura de prevención, eje del problema del VIH: especialista

  • Antes de la pandemia, el 35% de los casos eran diagnósticos tardíos, actualmente es del 55%, aseguró Uri Torruco García 
  • El infectólogo del programa de VIH del estado de Veracruz, lamentó el retroceso de 10 años en la atención de la enfermedad 

 

Uri Torruco García destacó falta de cultura de la prevención en problema del VIH

 

José Luis Couttolenc Soto 

Fotos: Luis Fernando Fernández y cortesía Uri Torruco 

 

05/04/2024, Xalapa, Ver.- Uri Torruco García, infectólogo del programa de VIH del estado de Veracruz, opinó que la cultura de la prevención y autocuidado respecto a este padecimiento “es malísima, prácticamente nula”, y lo consideró como eje del problema en el aumento de casos de virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). 

El Maestro en Educación en Ciencias de la Salud por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofreció la conferencia “¿Dónde están los que nos faltan? Diagnóstico temprano y prevención del VIH”, a invitación del Instituto de Investigaciones Psicológicas de la Universidad Veracruzana (UV), a través del cuerpo académico (CA) Género y Salud Comunitaria. 

Expuso que, como la mayor parte de los diagnósticos tardíos que se hacen en personas con alguna enfermedad avanzada, el caso del VIH no es diferente, lo que ha propiciado que Veracruz se encuentre entre los seis primeros estados del país con mayor incidencia, y en cuanto a números brutos y por el número de población ocupa el segundo lugar. 

Uri Torruco precisó que hasta antes de la pandemia por COVID-19 se diagnosticaba tardíamente el 35% de los casos, y en la actualidad la cifra ascendió al 55%, lo que lleva a considerar a los expertos que se retrocedió 10 años en la atención al VIH.

 

Los estudiantes de posgrado interactuaron con el conferencista

 

Refirió que después de adquirir el virus, el periodo de incubación lleva de siete a 10 años provocando la baja paulatina de las defensas, incluso por debajo de las de un bebé o una persona de 90 años. 

Entre las afectaciones que se pueden presentar se encuentran: infecciones de transmisión sexual, hepatitis B o C, Toxoplasmosis  cerebral, neumonía por Pneumocystis, cándida oral (algodoncillo), condilomas anales, entre otras. 

El experto en infectología puntualizó que con una detección oportuna y tratamiento adecuado, la persona puede llevar una vida normal; existe información que menciona una supervivencia de hasta 80 años y aclaró: “para diagnóstico y tratamientos hay recursos en nuestro país”. 

Para enfrentar el problema se realizan más escrutinios, existe una estrategia de tratamiento preventivo en personas que se reconoce en riesgo de adquirir VIH; se da también tratamiento post-exposición, es decir, a quienes sostuvieron una relación de riesgo en las 72 horas previas.

 

En VIH no se realiza un diagnóstico temprano para atender el padecimiento con oportunidad

 

Las poblaciones clave con mayor riesgo son: hombres que tienen sexo con hombres (12.4%), mujeres trans (8.2%), hombres trabajadores sexuales (6.1%) y mujeres trabajadoras sexuales (1.3%); es ahí es donde se deben concentrar las medidas de prevención. 

Dio a conocer que hasta 2016, en México alrededor del 50% de las personas tenía factores de riesgo “clásicos” (personas trans, HSH, usuarios de drogas, trabajo sexual, personas privadas de la libertad); no obstante, “estos datos pueden estar lejos de la realidad, dado que la gente no se siente cómoda al revelar información sobre su sexualidad, y es un dato (obtenido) por interrogatorio”. 

A manera de ejemplo, expuso que una persona puede tener condilomas anales pero dice ser heterosexual, tiene tres hijos y una esposa, por lo tanto podría provocar una catástrofe en su hogar al revelar su diagnóstico, si es que lo hace.

 

Tras la pandemia se retrocedió 10 años en la atención al VIH

 

La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que quienes hayan iniciado vida sexual se realicen una vez al año la prueba de VIH, en tanto que los grupos de riesgo dos veces por año. En comparación con países como Brasil y Argentina, México tiene baja incidencia en esta enfermedad, el 0.26% vive con el virus; de este porcentaje, el 11 al 19% se reconoce como gay y el 20% mujeres trans. Esto, para personas expertas en diversidad, no es raro ni poco habitual, pero para los pacientes es una angustia permanente. 

En conclusión, Uri Torruco García expresó: “No estamos apuntando en el lugar correcto, pero el trabajo como sociedad es esencial”.