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En su obra, Gallo Molina narra el abismo de los 27

  • Su novela Mientras viva en la tierra fue ganadora del Premio Bellas Artes Juan Rulfo de Primera Novela 2023 

 

Gallo Molina compartió en entrevista sobre su proceso de escritura, sus dudas e las ideas que rodearon Mientras viva en la tierra

 

Nuria Martínez Cabrera 

Fotos: Rodolfo de Jesús Pérez Carmona 

18/06/25, Xalapa, Ver.- Los veinte son, indudablemente, una época de desencuentros, dudas y crisis; cuestionarse sobre el cumplimiento de expectativas propias atormenta, en muchas ocasiones. Gallo Molina no fue la excepción y de esa etapa surgió Mientras viva en la tierra, ganadora del Premio Bellas Artes Juan Rulfo de Primera Novela 2023. 

En entrevista, José Antonio Molina Vega, mejor conocido como Gallo Molina, compartió que la novela nace a partir de la incertidumbre que vivió a los 27 años. 

“No me hallaba en un punto de mi vida en el que me sintiera realizado, a gusto, pleno, sentía que no estaba cumpliendo con mis propias expectativas o en donde se supone que debería estar según lo que uno quiere hacer, y tampoco sentía que estaba cumpliendo con las expectativas sociales de mis círculos cercanos”. 

Fue durante ese momento que se reencontró con el Club de los 27, ese grupo de celebridades que murieron a los 27 años —Brian Jones, Janis Joplin, Jim Morrison, Jimi Hendrix, Kurt Cobain, Amy Winehouse—, del cual sólo tenía conocimiento por la cultura popular. 

“Me llama la atención encontrarme en esa situación a los 27 y entonces empiezo a notar ciertas similitudes y muchísimas diferencias con los miembros del Club. Me cuestiono qué pasaría si yo muriera a los 27 como ellos, pero en un contexto y una circunstancia totalmente opuesto porque yo no era nadie y ellos son leyendas de la música. Explorar la idea de qué sucede a esa edad que nos encontramos en un periodo tan extraño”.

 

Es autor de Mientras viva en la tierra, ganadora del Premio Bellas Artes Juan Rulfo de Primera Novela 2023

 

Gallo es guionista y copywriter además de escritor. Por ello, si bien el libro siempre fue pensando como una novela —género que no había explorado y que le permitía sublimar sus impresiones—, también lo construyó desde una mirada cinematográfica. 

“Ya me encantaba leer novelas y dije, creo que es una muy buena forma de sublimar esto porque no hay límites, la literatura permite explorar básicamente lo que quieras, en cuanto al uso de las palabras. La empecé a vislumbrar desde el principio como algo más cinematográfico, ya en mi mente cuando iba escribiendo las escenas o los capítulos ya iba imaginando cómo sería si fuera una película. Entonces siempre digo que es una especie de novela-guion, está todo ahí para convertirse en un guion de película que es algo que me gustaría hacer, pero sí fue novela desde el principio”. 

Entre las muchas cuestiones que se discuten dentro del libro, el autor reflexiona sobre el hecho de que los y las integrantes del Club de los 27 sintieron y experimentaron la fama a niveles inimaginables, en contraste con la vida “normal, común y corriente” de su personaje principal, Lucas, e incluso de él mismo. 

“El acceso a las cosas que te da estar en ese estándar sirvió más para contrastarlo con mi vida totalmente normal y común y corriente con ese extremo al que tal vez uno en una situación de crisis dirías como que yo quiero todo eso, pero luego ya quien sabe, porque tenerlo todo no significó para ellos ser feliz”. 

Sobre la escritura como proceso catártico, Gallo resaltó que escribir, incluso algo que no está planeado, ya es en sí una forma de terapia. Si bien no sustituye la terapia profesional, sí es un buen inicio de acercamiento a entender lo que uno experimenta.

 

La novela nace a partir de la incertidumbre que vivió a los 27 años

 

“La novela en sí fue un proceso terapéutico porque, al principio, me costó mucho trabajo diferenciarme del protagonista, yo no quería que fuera una novela autobiográfica porque entonces para qué hace uno ficción sino va a ficcionalizar las cosas. Pero me costaba muchísimo trabajo y tuve que tratar ese tema con mi terapeuta real, quien tuvo apertura y empezó a tratar a mi personaje y a mí por separado, entonces, suena un poco esquizofrénico, pero ayudó muchísimo a que me liberara de y empezara a verlo como alguien aparte que tiene su propia historia. 

” Disfruto poder compartir un poco de lo que viene en la novela y que la gente se interese por leerla; considero que no es una novela para cambiarte la vida ni de autoayuda, yo creo que es una buena acompañante como debería ser un libro, entonces, me gusta contarla y compartir lo que sentí al crearla”. 

Gallo decidió mantener su apodo de primero de primaria porque, afirmó, si hubiera puesto su nombre real no lo habrían reconocido. El sobrenombre nace de una historia infantil en la que su profesor no recordaba su nombre y -como se acostumbra en Mérida- utilizó el término “gallo” para referirse a él. Así, simbólicamente, el nombre que nació del desconocimiento ahora es su nombre de pila como autor. 

“Desde ahí se quedó y todo el mundo me dice así, entonces si hubiera puesto mi nombre como autor de la novela nadie sabría quién soy. Ojalá lean la novela y sea un buen acompañante, vayan a las ferias que puedan en donde estén porque siempre es gratificante y bonito conocer el cómo la gente se acerca a la literatura desde otras partes del país”.