• En sus obras está presente el perjuicio que crea la violencia y sus secuelas, dijo el escritor Hiram Ruvalcaba 

Hiram Ruvalcaba y César Gándara conversaron sobre el libro de cuentos Los inocentes, autoría del primero

David Sandoval Rodríguez 

Fotos: Luis Fernando Fernández 

05/06/2025, Xalapa, Ver.- El gran problema de nuestra patria es el desprecio por su propia tierra y desde el arte se trata de recuperar algunos espacios, expresó Hiram Ruvalcaba, autor del libro Los inocentes, durante la presentación de la obra, en compañía del narrador sonorense César Gándara, quienes conversaron sobre los relatos que integran el volumen. 

En la Feria Internacional del Libro Universitario (FILU) 2025 de la Universidad Veracruzana (UV), dijo que hay u na necesidad creciente de los escritores mexicanos de reconocer el propio territorio como un espacio de relevancia simbólica, retomando el legado de Juan Rulfo, así como también a los autores del norte literario mexicano, que está bien definido como desértico, fronterizo, violento. 

El autor es originario de Zapotlán, Jalisco, y creó una localidad ficticia: Tlayulan, para referir sus historias

“El suelo de Jalisco ya tiene una cualidad mítica, impresa por las obras de Juan Rulfo y Juan José Arreola, y me da la impresión de que los autores de mi generación y los más jóvenes estamos reconociendo la depredación, el crimen cometido contra el territorio. Por eso me parece importante señalarlo.” 

El también Premio Nacional de Narrativa “Mariano Azuela” 2016 y Premio Nacional de Cuento Joven Comala 2018, reconoció que trabajar un libro de cuentos es más complejo para él que trabajar en una novela.

Hiram Ruvalcaba reconoció que es más complejo para él escribir un libro de cuentos que una novela

Dijo que durante muchos años la discusión entre cuento y novela –el primero privilegia la anécdota y la segunda, al personaje– “nos ha llevado a creer que un cuento no se preocupa tanto por los personajes, y yo creo que más bien el cuento tiene que hacer uso de momentos más específicos para definir la totalidad”. 

Para enfocarse en trabajar el género del relato, opinó, “lo que tenemos que hacer los autores es ejercer una desconexión más rápida; en el cuento es el punto final y a lo que sigue. Se comienza de nuevo a diseñar el espacio, los valores, vicios y carácter; creo que, en parte, por eso he decidido escribir siempre desde el territorio, como Tlayulan, la ciudad –ficticia– que yo creo al sur de Jalisco”.

Los inocentes, de Hiram Ruvalcaba