Entrevista

Inició sexta extinción masiva: Rodolfo Dirzo

  • La defaunación es un elemento crítico que no podemos revertir, a diferencia del cambio climático, expresó el profesor de la Universidad de Stanford

 

Rodolfo Dirzo Minjarez, académico mexicano de la Universidad de Stanford en California

 

David Sandoval Rodríguez

 

10/01/2018, Xalapa, Ver.- Para el investigador Rodolfo Dirzo Minjarez, profesor del Departamento de Biología en la Universidad de Stanford en California, Estados Unidos, nos encontramos en los linderos de una sexta extinción masiva en el planeta y una de sus señales es la desaparición de especies a una escala sin precedentes.

Así lo manifestó en entrevista para Universo al finalizar su participación en el 2° Congreso Internacional Sobre Pensamiento Evolucionista “Intencionalidad y evolución: el impacto humano sobre la biodiversidad”, organizado por la Universidad Veracruzana (UV), el Centro de Estudios Filosóficos, Políticos y Sociales “Vicente Lombardo Toledano” y la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

En su conferencia magistral titulada “El antropoceno: perspectivas desde la ecología evolutiva”, expresó que desde el punto de la historia geológica y de la vida en el planeta, el momento actual es “verdaderamente fascinante”, porque nunca antes, en los cuatro mil millones de años de la historia de vida del planeta, había existido tanta diversificación de especies como la que existe en este momento.

Dirzo Minjarez, quien es miembro de la Academia Mexicana de Ciencias (AMC), de la Academia Nacional de Ciencias de Estados Unidos (NAS) y de la Academia de Ciencias en California, realiza una estancia sabática en la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio).

Su campo de trabajo abarca, desde hace décadas, la ecología tropical y la conservación biológica, y ha participado en proyectos colaborativos con investigadores alrededor del mundo.

Usted planteó que ya es posible medir científicamente el antropoceno, es decir, la era geológica creada por la especie humana…

Así es, porque para referir que existe el antropoceno, al día de hoy existe una firma estratigráfica en los sedimentos y esto era uno de los requisitos demandados por geólogos y paleontólogos. En este momento se puede medir físicamente la evolución de lo que podemos llamar tecno-fósiles, que registran un periodo de vida particular.

Estos tecno-fósiles son nuevos elementos distribuidos globalmente y son completamente nuevos en la historia de la tierra, algunos de ellos cuentan con un registro estratigráfico desarrollado y los factores que disparan su presencia son la expansión poblacional, el sobreconsumo de recursos y el desarrollo tecnológico.

¿Qué tipo de evidencias podemos ver? Si sacáramos muestras estratigráficas, como lo hacen los geólogos, hallaríamos aluminio, concreto y plásticos, tecno-fósiles que demuestran el antropoceno.

Algunos expertos dicen que estos fósiles se remontan al inicio de la agricultura, hace seis mil años, y otros dicen que es más reciente, que sucede cuando Cristóbal Colón descubrió América, y otros señalan que inicia con el surgimiento de la Revolución Industrial y algunos más lo fechan con el inicio del siglo XX.

Yo digo que no es tan relevante este debate, si lo comparamos con la escala geológica de los cuatro mil millones de años, estas diferencias son peccata minuta en la discusión; por el contrario, varios factores actuales son manifestaciones del antropoceno, como la deforestación, el cambio de uso de suelo y la vertiginosa pérdida de la biodiversidad, además del cambio climático, al que se le ha dado mayor relevancia.

¿En qué radica la importancia de tener en cuenta el antropoceno?

Tenemos bastante evidencia de cómo las actividades humanas han tenido un impacto sobre el planeta, lo que no hemos hecho bien es entender cómo interactúan estos factores entre sí y de cara al futuro. Lo que tenemos como una agenda brutalmente importante en el área de las ciencias naturales, y obviamente ello escala a las ciencias sociales e incluso a la filosofía, es comprender cómo interactúan todos los factores que nos llevarán indudablemente hacia un mundo más pálido y mucho más pobre.

Para nosotros los ecólogos, el cambio de uso de terreno es un factor verdaderamente crítico porque aproximadamente el 40 por ciento de la superficie terrestre, aquella no cubierta por hielos, ha sido transformada, al igual que una gran superficie oceánica.

El cambio climático está en el interés de todos, menos de un presidente al norte de este país, y creo que debemos poner atención en el otro cambio que se menciona poco: la extinción de la biodiversidad, porque una vez que los ecosistemas se extinguen, prácticamente no hay vuelta al principio y ahora tenemos el mayor curso de extinción biológica, por lo menos el más grande después de la famosa desaparición de los dinosaurios en el cretácico terciario.

¿Por qué es importante que conozcamos qué es la defaunación?

Es equivalente al término deforestación, incluso hasta hace años se pensaba que la defaunación era una amenaza invisible porque no hay imágenes de satélite que nos permitan ver cómo las actividades de cacería –legal e ilegal, para subsistencia o para contrabando– van terminando con las especies; en realidad es una compleja interacción de factores lo que lleva a una pérdida de la biodiversidad.

Mencionó que el origen de este concepto, la defaunación, se remonta a una estancia en Veracruz. ¿Cómo sucedió?

En realidad no ocurrió en un instante en particular, es algo que hemos venido construyendo con el tiempo. A mitad de los años ochenta empecé a hacer investigaciones de doctorado en la reserva de Los Tuxtlas, cerca de Catemaco; siendo director de ese lugar, viví físicamente en la estación y eso me permitió hacer observaciones que no son fáciles, por ejemplo: con qué frecuencia oía disparos de cacería en la noche y con qué frecuencia podía descubrirse en la selva sitios donde los cazadores observaban animales, así como casquillos percutidos. Eso me hizo pensar que ocurría un fenómeno que no debería suceder, incluso dentro de una reserva.

Esto se liga al hecho de que, estudiando la tasa de consumo de follaje de hojas, tenía valores muy bajos; algo faltaba y empecé a pensar que había un problema y la razón por la cual no existía un consumo esperado era por la cacería.

Al principio comparé esta reserva, que ha sufrido mucha deforestación, con registros de la reserva de Montes Azules en Chiapas, a donde me desplacé y ahí empecé a descubrir con estudiantes, muchos de ellos de la UV, que había realmente un fenómeno. Hicimos experimentos y mediciones muy detalladas, contrastamos los niveles de consumo de follaje por animales y encontramos que en Los Tuxtlas eran muy bajas.

La evidencia es inequívoca: hay un fenómeno serio de pérdida de animales; el término deforestación lo entiende cualquier persona, por lo que propuse un término comparable, la defaunación, y ahora Wikipedia lo asimiló y el 25 de julio de 2014, después de recolectar una gran cantidad de datos, junto con otros colegas publicamos en la revista Science el artículo “Defaunación en el antropoceno” (http://science.sciencemag.org/content/345/6195/401).

Creo que eso ha disparado una serie de estudios que demuestran este fenómeno tan prominente y que hace referencia a que en Latinoamérica ocurre algo serio: la pérdida de la fauna por el impacto antropogénico contemporáneo.

En su presentación mencionó que la cobertura mediática se enfoca más en el cambio climático y menos en la defaunación.

Tiene cierta justificación, porque el cambio en el clima es uno de los cambios globales y probablemente el más visible, el más anunciado y publicitado, el más “sexy” para ponerlo en términos coloquiales; sin embargo, hay otros y tenemos imágenes realmente impactantes por los cambios en el uso de suelos, la deforestación y demás. Hay cambios brutales desde el punto de vista de la contaminación en aguas y sistemas terrestres y además ocurre un fenómeno verdaderamente crítico, la extinción biológica, que tiene como una de sus manifestaciones la defaunación.

No quiero minimizar la importancia del cambio climático, pero es uno de los cambios globales que pudiéramos revertir si hubiera la voluntad política, organización social y modificaciones en los hábitos, pero lamentablemente lo que no se puede revertir es la extinción biológica: una vez que pierdes un ecosistema o una especie, la extinción es definitiva; entonces, desde mi perspectiva, por el hecho de ser un cambio global irreversible, el cambio en la constitución de la diversidad biológica en el planeta después de cuatro mil millones de años de evolución orgánica es un cambio dramático, igual de importante o posiblemente más que el cambio climático, porque la defaunación es irreversible.

Entre las propuestas para atender la defaunación, mencionó el disfrutar de la fauna en el planeta, ¿podría ampliar al respecto?

Esto tiene que ver con un componente que se sale de la esfera de la biología, un componente emocional, personal y emotivo. Pensemos que a este planeta le tomó cuatro mil millones de años de evolución orgánica tener una riqueza biológica como la que nunca antes ha existido; es difícil transmitir la idea, pero es el equivalente a unos 800 millones de generaciones humanas, realmente es un lapso increíble para tener lo que actualmente vivimos.

Filosóficamente es una responsabilidad enorme, y si no apreciamos y destruimos esos cuatro mil millones de años de evolución orgánica, la biodiversidad será irrecuperable, tenemos que disfrutarla ahora que es posible. No hacerlo implica una serie de problemas verdaderamente profundos: sociales, políticos e incluso personales.

En ese sentido, un mecanismo muy importante es que los movimientos de conservación de la biodiversidad sean ascendentes, es decir, que no sean impuestos por una institución sino que las personas estén convencidas y lo abracen con convicción.

Para nuestro país sería muy importante, y al parecer vamos por ese camino, establecer una ciencia ciudadana, involucrando a la gente en el proceso de entender y analizar, documentar y monitorear nuestra diversidad, hecho que ha ido en aumento y es primordial porque las personas se involucran emocionalmente y pueden ver que el producto de su observación y sus capacidades de conocer los ambientes naturales es reconocido. Creo que esa fuerza vendrá desde abajo, más que una forma descendente o por imposición.

Tenemos la responsabilidad de que esto se vuelva un movimiento de la ciudadanía y que impulse una agenda de la conservación de la fauna en nuestro planeta, antes de que entremos completamente dentro del sexto pulso de extinción masiva, dado que en los últimos 550 millones de años ha habido cinco extinciones; es decir, es un fenómeno que ocurre muy espaciadamente y ha sido “gatillado” por cataclismos, el último hace 65 millones de años cuando el meteoro impactó en la península de Yucatán.

Hoy en día hay científicos argumentando que estamos entrando en la sexta extinción masiva dado lo que sabemos de las tasas de extinción, pero ahora no sucede por un cataclismo sino por una especie, la nuestra. Por eso tenemos la enorme responsabilidad de involucrar a la sociedad y que todos colectivamente entendamos todo lo que está en juego, que como sociedad nos tomemos de la mano y seamos más equitativos, más comprensivos y podamos llevar el barco a flote.

Mencionó además que el reconocimiento a las mujeres es parte de este cambio necesario.

A lo que me refiero con este reconocimiento es estabilizar la tasa de fertilidad y la equidad de género porque entre las cosas que nosotros podríamos hacer es afrontar el problema de la población, que no es sólo numérico, tiene que ver con cómo los recursos que tenemos disponibles en el mundo se distribuyen entre los diferentes sectores de la población.

Tenemos que ser más equitativos en la distribución de los recursos porque hay personas, sociedades y países que tienen mucho más de lo que se necesita, mientras que por otro lado hay aquellos que no los tienen; en este sentido, la tasa de fertilidad es muy importante porque debe servir para evitar una explosión poblacional, por ello es un punto importante de la agenda, aunque no es lo único, también debemos de cuidar la distribución equitativa.

En cuanto al problema numérico, la tasa de fertilidad, podemos hacer algo en este sentido y aquí es verdaderamente importante el empoderamiento de las mujeres, de manera que tengan ellas la capacidad de decidir y manejar el asunto de la fertilidad, lo que nos ayudará enormemente a lidiar con los grandes problemas del antropoceno desde la perspectiva del impacto de la población humana.

El empoderamiento de las mujeres con miras a estabilizar la tasa de fertilidad es un punto muy importante de la agenda, que ellas puedan decidir en compañía de sus familias tendría un impacto y además es algo inevitable, ya lo demostró Charles Darwin: las poblaciones no pueden crecer indefinidamente y cuando lo intentan hacen sufren muchísimo. Podemos evitar ese sufrimiento si empezamos a atacar los dos problemas: la distribución desigual de recursos y estabilizar la tasa de fertilidad de la población humana, en lo cual el empoderamiento de las mujeres y las decisiones que ellas tomen, además de la participación que ellas tengan en la sociedad, será muy importante.

Ante este horizonte, usted es optimista…

Sí, soy optimista y también reconozco que tenemos mucho que hacer en cuanto a los tomadores de decisiones, enfocándonos en el rumbo necesario, pero además un aspecto crítico que debemos cubrir es el trabajo interdisciplinario y multidisciplinario, es muy importante y este foro es un espacio representativo de lo que tenemos que hacer de ahora en adelante.

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