Entrevista

Escribir sobre música, un documento con visión latinoamericana

  • Entrevista a Luca Chiantore
  • “No pretendemos pontificar, aunque sí aportar normas de escritura e investigación al redactar en castellano”
Luca Chiantore

Luca Chiantore

 

Jorge Vázquez Pacheco

 

Luca Chiantore, pianista y musicólogo de origen italiano, indicó que el libro Escribir sobre música –del cual es coautor junto con Áurea Domínguez y Silvia Martínez– es producto de una recopilación de nueve años de inquietudes.

“Somos de edades y perfiles distintos pero, a la vez, complementarios. El volumen refleja muchas de nuestras dudas, desde cómo escribir los nombres de compositores, el empleo de minúsculas o mayúsculas al escribir la tonalidad de las obras, hasta cómo abordar una investigación y cómo referenciarse en lo que a los textos se refiere.”

Recientemente Chiantore visitó Xalapa para la presentación del libro y concedió la presente entrevista para Universo. Dijo que la redacción sobre asuntos musicales puede efectuarse desde diversos ángulos del quehacer literario, y éstos pueden ser la divulgación, la investigación o el periodismo.

“La cuestión es contar con criterios claros y ésa es nuestra intención. No tanto proponer una regla, sino orientar en torno de qué camino tomar; nos pronunciamos a favor de otras maneras y otras opciones para abordar todo eso.”

¿Qué atención le merecen los nombres rusos y la propuesta de escribirlos de acuerdo a su fonética en castellano?

Eso es un buen ejemplo del tipo de problemas que plantea el alfabeto cirílico y su romanización, porque las normas oficiales de transcripción que se pueden emplear en el italiano no funcionan con el ruso. Podemos escribir Rajmaninov y nadie se escandalizará, pero el asunto cambia cuando hablamos del pianista ruso Sviatoslav Richter, ¿escribiremos Rijter? Eso nadie lo ha visto así y resulta inaceptable para muchos.

Independientemente del instinto o la tradición –que finalmente son muy importantes–, necesitamos de una regla flexible y capaz de funcionar abiertamente; es asunto de entender la lógica de un empleo común y no de adoptar criterios encontrados por aquí o por allá, o porque así vimos el nombre escrito en la portada de un disco. De eso trata también nuestro libro, de entender que existen más vías que nos hacen más libres de preocuparnos de lo que realmente importa, que es el contenido.

¿Qué hay de nuestro lado en esta mesa, el periodismo cultural?

Desde luego que nos orientamos hacia un amplio abanico de lectores, desde los estudiantes de Música que al final de su carrera deben presentar un trabajo redactado, o de quienes escriben las notas al programa de un concierto o un experto en la redacción periodística que se mueve necesariamente en los terrenos de la musicología y la educación.

Un comunicador hábil es capaz de encontrar esa cercanía que, a la vez, está llena del rigor que hace al investigador profesional plantearse las mismas preguntas.

¿Qué otros puntos importantes a destacar encontramos en el libro?

Es un documento “militante”, en el sentido de que no sólo aporta herramientas prácticas y casi de manual, sino también trata de cambiar ciertas cosas que parecen necesarias.

Ciertamente ha sido escrito desde España, pero con la vocación de pensar de forma por demás incluyente hacia el mundo iberoamericano. En el continente americano existen 22 países que hablan español, y eso para nosotros es importante. Hemos hecho un esfuerzo para que esos países sean visibilizados, porque hay gente que publica libros en Ecuador, Bolivia, Chile, y también tienen que estar sus especificidades.

No intentamos pontificar, pero varias de las experiencias recogidas en nuestros viajes por Latinoamérica están plasmadas en este libro.

El lado femenino, la música de corte popular, ¿tienen cabida en su publicación?

Nos interesa también la diversidad, el lado femenino. Nos encontramos con la idea de que quienes escriben sobre arte musical son varones nada más y eso no se ajusta a la realidad. Hay muchas mujeres, aunque sólo por costumbre se nos ocurra que son hombres quienes ejercen este tipo de redacción. La producción de mujeres es necesaria e importante, sobre todo en México.

Sobre la denominada “música popular”, estamos en el entendido de que hablar de música es hablar de toda la música. Casi no acostumbramos escribir en torno de fenómenos muchos menos ligados a eso que conocemos como “alta cultura”, pero que son muy interesantes.

A todos se les ocurrirá escribir una tesis sobre la música barroca, aunque pienso que también debemos intentar comprender acerca del reguetón como fenómeno social, como una forma que parece primaria y sencilla pero que nos ayudará a entender mejor a la música como parte de la sociedad.

Hay mucho trabajo pendiente al respecto, en un contexto en que nos encontramos lo mismo con Silvestre Revueltas que con Vicente Fernández, con Bach y con Rubén Blades. Tenemos la voluntad de diversificar la visibilidad de esas formas de música, de ayudar a escribir sobre elementos diversos.

 

 

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