Cultura

Pablo Montoya compartió experiencias de traducción de obras del siglo XIX 

 

  •  Habló de las particularidades idiomáticas de El spleen de París, de Charles Baudelaire, y Tres cuentos, de Gustave Flaubert 
  •  Analizó el tema de la traducción versión en la literatura 

 

Sobre la traducción de obras de Charles Baudelaire y Gustave Flaubert, Pablo Montoya ofreció su cuarta conferencia

 

José Luis Couttolenc Soto 

 

19/11/2021, Xalapa, Ver.- Pablo Montoya, escritor y profesor de la Universidad de Antioquia, Colombia, ofreció la cuarta conferencia del V Curso-Taller de Traducción Literaria, en la que compartió sus experiencias en la traducción de dos obras de importantes escritores del siglo XIX, Charles Baudelaire y Gustave Flaubert. 

El filósofo, quien es uno de los más importantes escritores colombianos, ganador en 2015 del Premio “Rómulo Gallegos”, tradujo al español El spleen de París, que reúne 50 pequeños poemas escritos en prosa por Baudelaire, y Tres cuentos, de la autoría de Flaubert. 

Durante su disertación en el curso-taller, que forma parte de la Cátedra Interamericana “Carlos Fuentes” de la Universidad Veracruzana (UV), Montoya expuso que en el año 2000 tradujo por primera vez El spleen de París para la colección Cara y Cruz de la Editorial Norma, de Colombia, pero por problemas que nunca comprendió la versión que trabajó nunca fue publicada, “aunque me la pagaron”; reconoció que sin embargo traducir a Baudelaire le abrió puertas. 

La primera fue la comprensión de una nueva manera de escribir, la obra le pareció refrescante para quien empieza en este oficio; “es un libro liberador, provoca inquietud y sorpresa, revela secretos magníficos y terribles de una ciudad como París, para la época de Baudelaire. 

”La otra puerta fue la de la hibridación de los géneros literarios, habla de una prosa poética musical, sin ritmo ni rima, demasiado flexible y entorpecida para adaptarse a los movimientos líricos del alma.” 

La lectura pausada y comparativa de esos poemas en prosa para trasladarlos al español, le despejó dudas y le ayudó a resolver problemas de escritura que para entonces se planteaba. Años después hizo una segunda traducción de El spleen de París, trabajo que sí fue publicado. 

De Gustave Flaubert, escritor francés considerado uno de los mejores novelistas occidentales, Montoya se refirió a Tres cuentos, formado por los relatos Un corazón sencilloLa leyenda de San Julián el hospitalario y Herodías, que fueron escritos entre 1875 y 1877. 

Valoró que cada historia está ambientada en una época diferente. La primera se sitúa en la época moderna, mostrando la historia de Felicidad, empleada de una familia burguesa característica de ese periodo; la segunda muestra la vida de Julián, un hombre medieval que es una mezcla de santo y caballero andante; la última historia cuenta un suceso de la vida de Herodes Antipas, y las causas que llevaran a la muerte a Jaocanán, también conocido como San Juan Bautista. 

Flaubert nunca consideró que estos cuentos que escribió en su juventud eran dignos de publicación, pero nunca los destruyó, y a finales del siglo XX e inicios del XXI se publicaron como textos útiles para los especialistas en ese autor. Esos cuentos son rabia e impotencia, pasión y virtud, títulos típicos del primer romanticismo, terminaron siendo una muestra de sabiduría en la narrativa breve. 

Cuando murió en 1880, Flauber escribía Bouvard y Pécuchet, publicada póstumamente en 1881 por la editorial Lemerre; “Flaubert consideraba que ésta sería su obra maestra, por tanto Tres cuentos fue el último libro que publicó y es el que mejor recepción tuvo, fue casi unánime la admiración y el aplauso que obtuvo por el acertado manejo del estilo, la eficaz armazón de las intrigas, por ese sobrio equilibrio que los cuentos –a pesar de que se refieren a épocas diversas– guardan entre sí, y esto lo ha reconocido la crítica, son un testamento literario, la plena expresión de una poética”. 

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