Cultura

México y Japón poseen paralelismos culturales y pasado en común

  • Claro ejemplo de ello son los budas en piedra del país oriental y las cabezas olmecas mexicanas

 

Investigadores dialogaron sobre las similitudes entre el Buda en Piedra y las cabezas olmecas

 

Carlos Hugo Hermida Rosales

17/04/18, Xalapa, Ver.- Roberto Lunagómez, curador del Acervo Olmeca del Museo de Antropología de Xalapa (MAX) de la Universidad Veracruzana (UV), destacó el pasado en común y los paralelismos culturales que tienen México y Japón, a pesar de las diferencias temporales, de distancia, étnicas y lingüísticas que los separan.

“Ambos son pueblos con una larga tradición histórica, un claro ejemplo de paralelismo cultural entre ellos son los budas en piedra del país nipón, y las cabezas olmecas de la nación mexicana”, explicó en la mesa redonda “La escultura Olmeca y el Buda en piedra de Japón”, que se realizó el 13 de abril en el Auditorio “Alfonso Medellín Zenil” del MAX.

En el evento también estuvieron presentes Soutaro Sato, fotógrafo e investigador del Buda en Piedra, y Amaury García Rodríguez, investigador del Centro de Estudios de Asia y África de El Colegio de México (Colmex).

El curador explicó que la similitud de las esculturas de Buda con las olmecas no sólo radica en la técnica de esculpido, sino en la temática, rasgos, y particularmente en la connotación cultural y simbólica que lleva consigo la presencia de Buda y un hombre jaguar olmeca.

 

Soutaro Sato

 

Añadió que otra similitud es la tradición religiosa de carácter animista en relación a elementos como la tierra, el aire, el agua y el cielo.

Al respecto, Soutaro Sato manifestó que su primera reacción al observar una cabeza olmeca fue de sorpresa ya que es impresionante que esta cultura haya desarrollado un trabajo tan emergente e importante en el 1000 a.C.

Afirmó que aunque el proceso de creación de esas esculturas monumentales es desconocido, aún al día de hoy se logra percibir la energía y espiritualidad que sus autores imprimieron en ellas. “No puedo imaginar cuánto tiempo fue necesario para crear las cabezas olmecas, pero es palpable la energía inyectada en esas obras”, expresó.

El investigador comentó que al fotografiar tanto esculturas de Buda en Piedra como cabezas olmecas, no lo realiza como un acto mecánico, ya que le agrada permanecer al costado de estas creaciones y percibir su energía.

 

Roberto Lunagómez Reyes

 

“Acostumbro empujar estas grandes rocas, y por medio de este acto sentir su inmensidad”, compartió.

Amaury García mencionó que una de las particularidades del budismo en Japón es que éste interactúa con las creencias y lo que ocurre en ese país.

“Cuando hablamos de esta doctrina filosófica, una cuestión que resalta de ella es cómo esta sincretizada con componentes populares de su entorno”, enunció.

En la mesa redonda los participantes también estuvieron acompañados por Ryuichi Yahagi, académico del Instituto de Artes Plásticas (IAP) de la UV, y el escultor Hiroyuki Okumura.

Esta actividad se realizó previo a la inauguración de La belleza de Seki-Butsu; Buda en Piedra de Japón, muestra fotográfica que puede admirarse en la Sala de Exposiciones Temporales del MAX, de la autoría de Soutaro Sato.

 

Amaury García Rodríguez

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