Cultura

Creadores teatrales de la UV y de Chile intercambiaron metodologías 

 

  • De ello compartieron Fernando Iralda y Álvaro López 
  • Trabajaron lo que implica ser artista en Latinoamérica, por ejemplo, pero también abordaron el neoliberalismo, las hegemonías, la historia individual y como sociedad 

 

Los directores del rally: Álvaro López y Fernando Iralda

 

Karina de la Paz Reyes Díaz 

12/11/2021, Xalapa, Ver.- El Primer Rally Teatral Universitario México-Chile-México, que se desarrolló en el marco del 30 Festival de Teatro Universitario (FTU) de la Universidad Veracruzana (UV), puso en diálogo metodologías distintas y a creadores de dos puntos muy distantes del contienen, destacó el director de teatro chileno Álvaro López. 

El 30 FTU se desarrolló, en versión virtual, del 5 al 13 de noviembre. El primer día de actividades dos equipos de actores y actrices (cuatro mujeres y cuatro hombres en cada uno) de la UV y de la Universidad Finis Terrae, de Chile, conocieron al que sería su director durante una semana. 

El mexicano Fernando Iralda fue el director del equipo chileno, mientras el chileno Álvaro López hizo lo propio con el de México. Ambos trabajaron a contrarreloj y en modalidad virtual para presentar una videoproducción en la clausura del festival, el 13 de noviembre. 

A decir de Álvaro López, independientemente de la distancia geográfica entre ambos países, hay aspectos que les tienen conectados: el pertenecer a Latinoamérica y la historia misma de cada nación. 

El rally también lo tomó como un ejercicio que inicia el camino de las nuevas metodologías de creación. Una suerte de “autoría mixta latinoamericana, transdisciplinar, transgeneracional”. 

La propuesta que preparó el joven director chileno para la agrupación mexicana era muy abierta y a disposición del trabajo colectivo. Así, planteó encargos y obtuvo respuestas que escaparon a su imaginario, “insospechadas, bellísimas, con mucha profundidad”. 

Trabajaron lo que implica ser artista en Latinoamérica, por ejemplo, pero también pusieron en evidencia temas más allá del ámbito artístico: el neoliberalismo, las hegemonías, la historia individual y como sociedad. 

Esos ejercicios de reflexión y creación los llevaron a varios de los puntos de conexión entre México y Chile: los pueblos originarios, las migraciones, las dictaduras, las desapariciones, las deudas. “Hay algo ahí que ha sido una especie de condición común”. 

Al mismo tiempo, encontraron los espejos, las contradicciones a esto: las resistencias, el trabajo colectivo, el hacer comunidad, la defensa de los territorios. 

Eso es una muestra de que las artes escénicas permiten movilidad y vinculación con el presente y la realidad, enfatizó animado. “Se inmiscuye, se mete por espacios que no están tan resueltos ni tan categorizados, incluso”. 

De ahí la importancia de que ejercicios como este rally deban repetirse, al tratarse de “un experimento entretenido y necesario”, opinó. Este experimento ha permitido el diálogo entre dos regiones distantes y a la vez muy parecidas, así como materializar y concretar la idea de la interculturalidad. 

Ambos directores fueron entrevistados el día siete del rally, con el proceso de edición a cuestas. Trabajaban con el material logrado, que debían seleccionar y organizar en alrededor de 20 minutos. Pero tan sólo Álvaro López comentó que reunieron grabaciones incluso para una trilogía, a manera de dar cuenta del cúmulo de creación obtenido. 

En ese momento, compartió el director chileno que estaban en la búsqueda del nombre de la producción, misma que versaba sobre “una bitácora extraviada de un futuro incierto”, lo cual abarcaba desde lo individual a lo colectivo, de la región latinoamericana a la intimidad de cada quien, del porvenir, la nostalgia, las ruinas en que de pronto nos movemos, en el paso del tiempo mismo. 

 

En Chile, el discurso político lo traen tatuado 

Varias fueron también las vivencias del director mexicano Fernando Iralda con el equipo chileno. De inicio, citó que desde 1990 participó en el FTU de la UV, dejó incluso el programa educativo de Administración de Empresas para dedicar su vida al teatro, en términos profesionales y académicos. 

Para el rally, Iralda estructuró una propuesta que le planteó al equipo de la Universidad Finis Terrae y lo que éste resolvió le resultó “increíble”. Tan es así que la propuesta original se modificó a partir de las propuestas de quienes conformaban el equipo. 

En su plan, el viernes 5, cuando se conocieron, les explicaría la dinámica; domingo y lunes se grabaría, y los días siguientes afinarían detalles de algunos videos en específico, para el jueves tenerlo completo. Como era de esperarse, hubo algunas complicaciones, sin dejar de lado la diferencia de horario entre los países. 

“Se trató de una muy rica experiencia, incluso podemos hablar del discurso que ellos traen muy tatuado en su piel, muy inmerso en su alma. Lo político es la sangre que corre por sus venas, es increíble. Ha sido una experiencia, un diálogo bastante interesante, muy bello”, expuso el director mexicano. 

Iralda tenía presente el contexto político de Chile, sobre todo los movimientos de la población joven, pero al trabajar con un grupo de teatro de allá no le quedó la menor duda de la efervescencia que se vive en el país del sur. “De los ocho, no hay uno sólo que se desprenda de esa situación, todos están involucrados”. 

Así, aunque el director mexicano no quería imponer la voz política, ésta inevitablemente emergió de cada actor y actriz. Otra era la propuesta, pero desde el primer momento se diluyó. 

De inicio, les planteó los ejes temáticos a desarrollar y les sugirió igual número de textos, para que de manera intertextual relacionaran la mirada ensayística, un palimpsesto –la deconstrucción de un texto para la construcción de uno nuevo. 

Los ejes que les planteó fueron: incertidumbre, duelo y nostalgia. Mientras las obras fueron: Esperando a Godot, Samuel Beckett; Antígona (en la versión de José Watanabe), y Nostalgia 2175, de Anja Hilling. De ahí surgieron las premisas. “Lo que cambió un poco fue la estructura”, insistió. 

Además, crearon poemas y uno de ellos es el que da título al dispositivo: Reinicio. Variaciones sobre la nostalgia. “¡El problema que tenemos es que son más de 20 minutos!”, dijo enfático. 

El FTU se desarrolló por segunda ocasión de manera virtual y en ambas (2020 y 2021) participó Iralda, lo cual dijo tenerlo muy contento, porque se trata de una reconexión con su alma máter. 

Calificó como “increíble” la vivencia en este rally pues le permitió conocer a su homólogo de Chile, Álvaro López, “joven e increíble director, con una visión impresionante sobre el teatro contemporáneo”; haber trabajado con estudiantes de un nivel intelectual y compromiso social, y con esta bella arte, muy fuerte. “Todo ha sido maravilloso. Y lo más importante, seguir vinculado con este FTU, que fue donde yo empecé hace 31 años”. 

Las funciones del 30 FTU se transmitieron a través del Facebook Festival de Teatro Universitario UV-Oficial (@festivaldeteatrouv). 

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