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Integración de diferentes saberes, camino de la academia: Juliana Merçon

 

  • Para Juliana Merçon, ante la crisis que vivimos como humanidad, la responsabilidad social de la universidad es una necesidad

 

El 21 de marzo el GIASE desarrollará un conversatorio sobre diversidad ontológica, vía Facebook

 

Karina de la Paz Reyes Díaz

Fotos: Luis Fernando Fernández Carrillo y Grupo de Investigación Acción Socio-Ecológica

03/03/2022, Xalapa, Ver.- La masiva extinción de especies y culturas en las últimas décadas nos coloca como humanidad en un periodo histórico “alarmante”, al cual es necesario responder de manera “clara y efectiva”. Para eso está la transdisciplina, que integra saberes científicos y de otros tipos, “creando el camino que debería seguir la academia”, planteó Juliana Merçon, adscrita al Instituto de Investigaciones en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV).

En ese contexto, habló del Grupo de Investigación Acción Socio-Ecológica (GIASE) vigente desde 2014 y cuya coordinación está a su cargo. En él participan, principalmente, estudiantes de la Maestría en Educación para la Interculturalidad y la Sustentabilidad (MEIS) y del Doctorado en Investigaciones Tropicales, ambos de la UV, así como del Doctorado en Ciencias de la Sostenibilidad de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad Campesina e Indígena en Red (UCI-Red).

Su vínculo más directo es con el cuerpo académico (CA) Territorio, Comunidad, Aprendizaje y Acción Colectiva –del IIE– y con la MEIS; también tienen colaboración con la UV-Intercultural, asociaciones civiles, cooperativas, redes de huertos, universidades del país y del extranjero, otros grupos de trabajo, sociedades científicas y observatorios.

“La conformación del grupo nace de una necesidad de cultivar al interior de la academia un espacio de aprendizaje mutuo, orientado a fortalecer nuestras prácticas de investigación-acción transdisciplinaria”, expuso la académica.

En otros países, así como las ciencias exactas tienen sus laboratorios, las ciencias sociales o las humanidades tienen sus semilleros o grupos de investigación, de ahí se inspiraron para integrarse como GIASE y en su portal precisan el objetivo: “Fortalecer procesos de aprendizaje colectivo y gestión participativa para la transformación socioecológica y el cuidado de los bienes comunes”.

En palabras de Juliana Merçon, “la razón de ser del GIASE es colaborar y co-construir desde la reflexión y la acción los cambios que queremos ver en nuestros territorios”. Por ello sus tres vertientes: Aprendizaje social y territorialidades; Agroecología y soberanía alimentaria; e Interculturalidad, sustentabilidad y buen vivir.

Actividades del GIASE para este semestre

El GIASE tiene planeada una serie de actividades y conversatorios abiertos al público en general, el primero de éstos será el 21 de marzo y lleva como título “(Re)conociendo la diversidad ontológica. Experiencias de colaboración para la transformación”.

Los demás conversatorios tendrán como temas el arte y la comunicación comunitaria, agroecologías y soberanía alimentaria, y economía solidaria. Algunos serán coorganizados con semilleros de investigación de la Universidad del Cauca, Colombia. Las fechas irán dándose a conocer en su página oficial y el Facebook: Grupo de Investigación Acción Socio-Ecológica, por el cual también se transmitirán tales ejercicios académicos.

Cabe decir que desde su creación el GIASE realiza tequios –palabra derivada del náhuatl que hace referencia al trabajo en beneficio colectivo– generalmente cada mes, en los territorios donde desarrollan procesos de investigación-acción.

Un mundo en crisis requiere transdisciplina

Al preguntarle de los retos de hacer investigación-acción, la también integrante del Comité Ejecutivo del Programa Nacional Estratégico sobre Sistemas Socioecológicos y Sustentabilidad del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt), citó el “loable” cambio que éste ha realizado, dándole una nueva orientación a la investigación al incluir objetivos de incidencia.

“Se trata de fortalecer, desde la academia y los procesos colaborativos, las pautas de cambio social y ambiental.”

En su opinión, antes se criticaba la investigación-acción y la vinculación entre la investigación y la incidencia, porque se decía que le restaba objetividad y neutralidad al quehacer científico, pero tal visión está siendo superada.

El quehacer científico orientado al cambio socioambiental es fundamental, remarcó la académica: “Es cada vez más evidente que somos un mundo en crisis. Lo que hemos perdido en las últimas siete décadas en cuanto a diversidad biológica y cultural es alarmante. Es una gravedad que nos convoca a conocer sus causas complejas y a actuar en colectivo para cuidar la vida en su diversidad”.

En sus palabras, la responsabilidad social de la universidad debe verse como una necesidad y la investigación puede aportar enormemente, porque el proceso reflexivo y de construcción de aprendizajes y conocimientos permite actuar de manera “mucho más clara y efectiva.”

De ahí que Juliana Merçon haga hincapié en la transdisciplina, lo cual no implica ni significa la anulación de las disciplinas ni la alta especialización, “pero ya no es posible únicamente generar saberes disciplinares y especializados”.

Es necesario conjuntar esfuerzos entre academia y otros grupos no académicos, que también generan conocimientos válidos y legítimos, para “resolver problemas urgentes, a todas las escalas”.

En ese tenor, hizo un llamado a la UV para promover procesos internos que permitan fortalecer estos vínculos con la sociedad civil, así como favorecer la convergencia de estudiantes de diferentes programas educativos en la producción de conocimientos y acciones transformadoras con otras comunidades de práctica no académica.

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