Universidad Veracruzana

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Autores atareados

Por Virginia Collera

La autoedición puede ser muy rentable para las editoriales porque es el autor quien asume el riesgo.

«Tú. Sí, tú. Tú controlas la era de la información. Bienvenido a tu mundo”. En diciembre de 2006 la revista Time nombraba personajes del año a los internautas. A los millones de personas anónimas que alimentaban sitios como Wikipedia, YouTube, MySpace, blogs y enriquecían la web. Por esa época, Ángel María Herrera tenía junto a otros socios una pequeña editorial. “Publicábamos dos libros al mes, pero nos llegaban alrededor de trescientos. Había muchas obras que se estaban dejando de publicar y pensamos ¿quiénes somos nosotros para decir qué es bueno y qué es malo? Por eso decidimos crear un lugar donde se publicase todo y fuera el gran público quien decidiera. La decisión tuvo mucho que ver con esa portada de Time”. La plataforma de autoedición de libros en formato físico y electrónico Bubok nació en 2008. “Por entonces éramos un bicho bastante raro. Las editoriales nos achacaban todas las pestes: que no había calidad, que publicaba cualquiera, que las nuevas tecnologías amenazaban con romper el modelo. Pero hemos experimentado un cambio bestial: hemos pasado del rechazo a la aceptación de hoy, cuando vemos a gigantes como Pearson comprar Author Solutions porque son conscientes de que hay que entrar en ese mercado”.

El pasado verano, el grupo Pearson desembolsó 116 millones de dólares por la compañía de servicios de autoedición Author Solutions para, adujeron, que Penguin participase “en el área de mayor crecimiento de la economía editorial” y fuese más competitiva en la “adquisición de clientes y la analítica de datos, puesto que ambas serán vitales para nuestro futuro”. “Las empresas del mundo del libro se han dado cuenta de que la autoedición es un negocio muy rentable porque es el autor el que asume el riesgo. Antes se arriesgaba el editor, ahora lo hace el creador, pero tiene su recompensa: tradicionalmente se llevaba, como mucho, un 10% del precio de venta al público y con la autopublicación de sus obras se puede embolsar hasta un 70% u 80% de los beneficios. En el mundo anglosajón las editoriales están apostando por la autoedición porque les permite tener otro caladero de autores, una nueva vía de ingresos y, sobre todo, una relación directa con el lector”, asegura Javier Celaya, socio fundador de la consultora editorial Dosdoce.com.

Cincuenta sombras de Grey de E. L. James es el tanto más rotundo que se ha apuntado la autoedición

Una noche, de guardia, el policía Esteban Navarro aprovechó un rato muerto para navegar por Internet. Había oído hablar de Amazon, pero no de Kindle Direct Publishing, su servicio de autopublicación. Hizo clic. Él llevaba 15 años escribiendo relatos y novelas y lo había intentado todo —concursos, envío de manuscritos a editoriales—, así que ¿por qué no probar? “Vi que era muy sencillo y subí el archivo de El buen padre, le puse un precio de 0,99 euros y ahí lo dejé”, explica. Se olvidó durante un par de semanas, hasta que Amazon le envió un correo comunicándole que su libro había sido descargado 10 veces, tres de ellas en Estados Unidos. “Entonces me animé y en enero de 2012 subí una novela que había escrito 12 años atrás, La casa de enfrente. Misteriosamente, en 15 días se colocó entre los 10 primeros”. Al cabo de un mes y medio recibió una llamada de Ediciones B. Querían editar en papel La casa de enfrente. “No han pasado ni dos años y mira qué cambio: ahora me publican y me leen”. Aún no da crédito: una editorial tradicional ha comprado los derechos de sus novelas, ha sido finalista de la última edición del Premio Nadal, es integrante de la llamada generación Kindle —denominación que él mismo acuñó— y protagonista del Mes del Libro en Amazon.es. “A nosotros mismos nos ha sorprendido positivamente la buena acogida de nuestro servicio de autoedición”, insiste Koro Castellano, directora de Kindle España. “Tiene una fórmula de éxito imbatible porque tú tienes control total sobre el diseño de la portada, el precio, las correcciones, los países de venta… Es más ventajoso que la edición tradicional, que supone un proceso más largo. Con Kindle Direct Publishing en un par de días puedes ser global de una forma rápida, fácil y gratuita”.

La edición de bolsillo de La casa de enfrente se puso a la venta el 14 de noviembre de 2012. Al día siguiente Navarro se acercó a la librería más grande de Huesca, donde vide, y vio su novela junto a Cincuenta sombras de Grey de E. L. James, el tanto más rotundo que se ha apuntado la autoedición. La británica subió una primera versión de la historia, por entonces titulada Master of the Universe, a fanfiction.net en agosto de 2009. En diciembre de 2010 trasladó la narración a su propia web, 50shades.com, y en mayo de 2011 una pequeña editorial australiana publicó el primer volumen de la trilogía. El entusiasmo digital llevó a los estudios de Hollywood a interesarse por la obra y a James a buscarse una agente literaria que le ayudaría a negociar un contrato multimillonario con Vintage Books (Random House). La escritora ha declarado que no tiene ninguna intención de autopublicar —aunque con la estrategia adecuada podría embolsarse más dinero—, sus próximos libros pertenecerán al catálogo de Vintage.

Salvando las distancias, Navarro también prefiere contar con el respaldo de una editorial convencional. “Hay que pensar a largo plazo. Amazon te ingresa suculentos royalties y el anticipo de Ediciones B está por debajo de lo que yo cobraba con ellos, pero ¿cuánto tiempo van a estar mis libros en el top? Una editorial me asegura una expansión más allá de Amazon: presencia en librerías físicas y en otras plataformas como Fnac o Casa del Libro”, reflexiona Navarro, quien asegura ceder de buena gana el “control total” sobre sus novelas. “Ellos deciden el precio, la portada, etcétera, pero en este mundo no se puede ir en solitario. Si tengo que diseñar la portada, ocuparme de las ventas, del stock, ¿cuándo escribo?”.

Como Esteban Navarro, Bruno Nievas, Eva García Sáenz o Eloy Moreno también acabaron fichando por editoriales. “Las plataformas de autoedición se están convirtiendo en caladeros de nuevos talentos”, asegura Celaya. El descubrimiento de nuevas voces es uno de los principales objetivos de comunidades de escritores y lectores como Book Country de Penguin o Authonomy de HarperCollins. Hay otro, tanto o más importante. “Normalmente detrás de un escritor, bueno o malo, hay siempre un buen lector, de ahí la apuesta de todas esas grandes compañías. Para ellas esas comunidades son un gran canal de captación de talento y de marketing porque los editores no solo pueden rescatar lo que vean interesante, también vender el resto de libros de su catálogo”, señala Celaya. En realidad, no son solo un filón para los editores, también pueden serlo para los escritores. Véase el caso de J. K. Rowling y Pottermore, un ecosistema creado para los fans del mago y el único lugar donde pueden comprarse los ebooks de la saga. “Eso es autoedición, lo que pasa es que muy poca gente lo ve así, y yo insisto a los editores en que ahí está el verdadero peligro. Que autores que hasta ahora iban por el canal tradicional de repente digan ‘ya no necesito esos intermediarios’. Eso es lo que ha hecho la señora Rowling, que ahora tiene una base de datos de millones de usuarios a los que poder enviar boletines, promociones de merchandising de Harry Potter o de cualquier otro de sus proyectos. Ese es el gran potencial, no tanto el margen económico porque, aunque seguro que su porcentaje sobre venta ha aumentado, ha eliminado a unos intermediarios, pero ahora tiene a otros, como Sony, su socio tecnológico”.

Articulo completo en: http://cultura.elpais.com

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Fecha: 21 octubre, 2021 Responsable: Lectores y Lecturas – Programa Universitario Contacto: mirimorales@uv.mx