Corre, lee y dile
Por Germán Martínez Aceves
León Trotsky fue un personaje fundamental de la Revolución rusa que terminó con la hegemonía de los zares. Creador del Ejército Rojo y de la Cuarta Internacional, fue un férreo opositor de José Stalin, el dictador que encabezó la Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas. Su antagonismo lo obligó al exilio. Después de su periplo por Turquía y Francia, las gestiones de Digo Rivera y Octavio Fernández Vilchis ante el gobierno de Lázaro Cárdenas, hicieron que se instalara en nuestro país,
El brazo fuerte del stalinismo lo siguió hasta México. Primero sufrió el atentado perpetrado por un comando en el que participó David Alfaro Siqueiros y después, un asesino solitario, Ramón Mercader, entraría a la casa que habitaba Trotsky en Coyoacán y lo asesinaría con un piolet.
Esta tragedia del revolucionario ruso es llevada a escena por el dramaturgo Flavio González Mello (Ciudad de México, 1967) quien aborda un momento de la historia nacional e internacional que no es muy recordado a pesar de las implicaciones que traía consigo eliminar a un líder político del peso de Trotsky.
La URSS se consolidaba bajo el gobierno de hierro de Stalin y México institucionalizaba la Revolución. En el contexto, las corrientes de izquierda chocaban y se imbricaban en la política, el arte y, por qué no decirlo, en el delito para defender las banderas rojas.
Drama, sin duda. ¿Cómo resolverlo en el escenario teatral? Es aquí donde entra en juego el talento de Flavio González Mello con su oficio de escritor, guionista, investigador y director de cine. Y decide por algo poco convencional: la obra musical. Trotsky. El Hombre en la encrucijada.
El libreto es publicado por la Editorial de la Universidad Veracruzana en su colección Ficción. La historia, en la que participan más de 40 personajes, se divide en tres actos: Objetivo, Subjetivo e Inconcluso.
Apunta el autor: “La idea que originó esta obra se me ocurrió en una época en la que andaba un tanto obsesionado con las teorías de Bertolt Brecht. Imaginé utilizar los inverosímiles recursos de la ópera para representar la muerte de un revolucionario marxista como León Trotsky y conseguir un doble efecto de distanciamiento, tanto de los lugares comunes del melodrama burgués como de su apropiación por parte del teatro panfletario”.
Flavio González Mello concibió su creación como una comedia musical con el estilo operístico y el music hall (hasta con hip hop como epílogo) pasando por la espectacularidad del teatro épico.
La apuesta del dramaturgo es osada: tomar como base para la escenificación el mural El hombre en la encrucijada de Diego Rivera, obra inconclusa en el Rockefeller Center, en Nueva York que después la volvería a hacer en el,Palacio de Bellas Artes con el título El hombre controlador del universo. Para la musicalización contó con la colaboración de Leoncio Lara quien les dio forma a los textos en las partituras.
Del mural se desprenden los personajes en una estructura escénica entre andamios. Así aparecen León Trotsky, Ramón Mercader, Frida Kahlo (qué, como espejo, se representa con dos Fridas), Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, José Clemente Orozco, Rodolfo
Usigli, Salvador Novo, André Bretón, Alfonso Quiroz Cuarón, reporteros, policías y diversos personajes más.
Dentro de todo el entramado hay una participación fundamental para que Trotsky. El hombre en la encrucijada no solo estuviera impreso en un libro, sino que también fuera llevada a escena, el lugar que aspira cada dramaturgo para que su obra cobre vida. Este apoyo fue de Luis Mario Moncada, director de la Organización Teatral de la Universidad Veracruzana, quien, como buen gestor y conocedor profundo del teatro, logró llevar a escena la propuesta con toda la compañía universitaria y un grupo de excelentes músicos. Dato curioso, la Orteuv ya había montado otra obra basada en el drama de Trotsky, se trató de Rompecabezas, de Sabina Berman.
La historia empieza por el final, es decir, con el asesinato de León Trotsky a manos de Ramón Mercader y en retrospectiva se desarrolla la obra teatral musical a través de las etapas que vivió el creador de la Cuarta Internacional. En un juego de espejos, de contra puestos de las realidades, finalmente hay dos hombres en la encrucijada: Mercader y Trotsky.
La maestría en el libreto y en la puesta en escena, nos hace comprender porqué Flavio González Mello ha obtenido a lo largo de su carrera el Premio Ariel 2006 de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas por el mediometraje Domingo siete, el Premio de Dramaturgia Juan Ruiz de Alarcón 2011, por la solidez de sus obras teatrales y el Danzante de Oro en la Sección Iberoamericana del 37º Festival de Cine de Huesca, España por el cortometraje 40 grados a la sombra.
Trotsky. El hombre en la encrucijada, de Flavio González Mello, es de la colección Ficción de la Editorial de la Universidad Veracruzanas, 222 páginas, 2022. Se puede adquirir en la librería Hyperión con envíos a todo el país.
