Universidad Veracruzana

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La investigación del internet desde la etnografía

Corre, lee y dile

 

Por Germán Martínez Aceves

En la década de los 90 del siglo XX, una innovación tecnológica cambiaría los usos y costumbres de la población mundial: el internet. Si bien las computadoras, con su pantalla negra y sus letras verdes, sustituían las caducas máquinas de escribir en las oficinas, en las escuelas y en los hogares, acceder a la gran red de comunicación a través de la dirección electrónica que iniciaba con www (World Wide Wibe) permitiría tener a la mano, a tiro de tecla reflejado en la pantalla, una gran cantidad de información, de imágenes, de videos, de películas, de música, de juegos, de negocios, en fin, toda una nueva experiencia que traería consigo otras formas de comunicación.

Varios estudiosos de la sociedad y de la cultura comenzaron a hacerse varias preguntas: ¿Internet nos convertiría en ciudadanos mejor informados? ¿Cómo nos cambió la vida? ¿Acabaría con las desigualdades en el mundo o aparecían nuevos y pequeños grupos de élite con más privilegios? ¿Se fortalecería el sentido de comunidad? ¿Habría nuevas identidades? ¿El mundo sería más solidario?

Estas y más preguntas se hicieron investigadores sociales, entre ellas la británica Christine Hine, quien se dio a la tarea de abordar el tema con rigurosidad científica y acudió a la etnografía como herramienta metodológica

Profesora titular en la Universidad de Surrey, ha combinado sus estudios superiores en biología, sociología y tecnología para entender el rol de las nuevas tecnologías en el proceso de construcción del conocimiento.

Preocupada por los cambios vertiginosos que provocó el uso de internet, aplicó la etnografía porque “se precia de ser un método para llegar al corazón del significado y permite entender, en conjunto y a profundidad, cómo la gente le da sentido a su vida”.

Así como los antropólogos estudian a los grupos sociales para interpretar culturas, valores, creencias y formas de vida, Christine Hide le interesó cómo la gente vive y adopta las nuevas tecnologías, cómo se conforman las estructuras sociales, qué desafíos y qué redes de comunicación se generan.

Los primeros resultados de este planteamiento metodológico los publicó en el libro Ethnography for the Internet: Embedded, Embodied and Everyday, dado a conocer en 2015 por Bloomsbury Academic del Reino Unido. Este texto que se ha convertido en consulta obligada ahora aparece bajo el sello de la Editorial de la Universidad Veracruzana, en su colección Biblioteca, con traducción de Ricardo Rubio.

Como observa la doctora Hide, el internet está integrado en nuestra vida diaria, es una forma corriente de llevar a cabo nuestras interacciones con los demás. Los ejemplos están a la vista, no hay momento en que no consultemos una página web o que hagamos uso de la multiplicidad de redes sociales como WhatsApp, Twitter, Facebook, Instagram, YouTube, más las que se acumulen con el tiempo,

Christine Hide apunta que el uso de internet se ha aceptado como una forma de estar presente en el mundo. “En consecuencia, los etnógrafos de estas sociedades contemporáneas infundidas en Internet se encuentran frente a serios dilemas metodológicos: ¿A dónde deben ir, ¿qué deben hacer allí y cómo pueden adquirir un conocimiento sólido sobre lo que la gente hace en, a través y con Internet?

El libro presenta los desafíos que enfrentan los etnógrafos que desean comprender las actividades que involucran internet que, para Hide es incorporado, personificado y cotidiano. En seis capítulos desarrolla estrategias novedosas y principios metodológicos fundamentales para estudios de caso, así como la propuesta de tener estrategias adaptables que ayuden “a aclarar los acomodos contemporáneos que surgen en y en torno del internet”

Sin duda, el internet es un fenómeno de masas y como tal es un objeto cultural que genera interacciones sociales que puede ser analizado desde la etnografía, como lo plantea la doctora Hide para investigar el significado de “nuestras nociones contemporáneas de subjetividad, personalidad y socialidad”.

Hacia el final, la autora aboga por tener a la etnografía como una herramienta metodológica ágil y flexible. Ni duda cabe, el ejemplo lo tenemos en los cambios vertiginosos de las nuevas tecnologías y sus usos como los vivimos en la reciente pandemia, donde el encierro obligatorio nos llevó a generar nuevas prácticas sociales gracias a internet.

Etnografía para el internet: incorporado, personificado y cotidiano, de Christine Hine, colección Biblioteca de la Editorial de la Universidad Veracruzana, 318 páginas, 2022. Se puede adquirir en Xalapa en la librería Hyperión, cuenta con envíos a todo el país.

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Última actualización

Fecha: 3 mayo, 2024 Responsable: Editorial Contacto: direccioneditorial@uv.mx