Por Eduardo Monte verde
Enrollada en un ovillo
de casa deshabitada
huele a paso digital
por una cadencia sin palabras.
Nos miramos tanto
al pasar por la reja colegial
de tu uniforme.
Repetimos palma con palma
el gerundio atigrado de los versos
y recorrí el declive de tu frente
hasta tocar el horror entumido en la hiedra
cuando me despedí de ti
frente a tu casa.
Tomado de: Poemas para un poeta que dejó la poesia. Antología de Eusebio Rubalcaba. Ed. El Financiero.