Universidad Veracruzana

Blog de Lectores y Lecturas

Literatura, lectura, lectores, escritores famosos



La fuente que no cesa

Carlos Fuentes

Carlos Fuentes
Heredero directo de Balzac, Dos Passos y Faulkner, mexicano Carlos Fuentes es autor de una obra total. Maestro del dialogo interior, escritor profuso y cosmopolita, su literatura busca desentrañar la mexicanidad y situarla en un mundo moderno y complejo. EI otrora ganador del Cervantes llega a la Feria Internacional del Libro para continuar con los homenajes a sus 80 años de vida y 50 años de la publicación de La región mas transparente. Carlos Fuentes tiene una historia de vida excepcional para ser contada. Nació por azares del destino en Panamá, ya que su padre Rafael se encontraba en aquel país en calidad de diplomático. Su vida ha sido un eterno viaje, desde niño vivió en diferentes ciudades acompañado con las lecturas del Quijote.

Estudió en Suiza y Estados Unidos. En su adolescencia regresó a México, luego escribió sus primeras novelas: La región mas transparente (1959); y La muerte de Artemio Cruz (1962), que lo proyectó como una de las figuras centrales del llamado «boom» de la novela latinoamericana.

Fuentes es un periplo itinerante: lo mismo vive durante algunas temporadas en París que enseña en Harvard, Columbia y Cambridge. De Fuentes se ha dicho mucho: que el mismo promociona su trabajo,que esta dentro de los escritores que han utilizado a las grandes editoriales y a los medios de comunicación para promocionarse. Le critican que no ha cambiado la forma de utilizar las estructuras y los recursos narrativos, ni la utilización del lenguaje, ni la concepción de la historia. EntreLa región mas transparente y la ultima obra llamada La voluntad y la fortuna median 50 años, pero sigue con las mismas técnicas donde interconecta el realismo y el mito, los destinos individuales y la historia, lo local y lo universal. Dicen algunos que abusa de la intertextualidad.

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Escribir en un mundo loco

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António Lobo Antunes

António Lobo Antunes recibirá el Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2008. Su obra explora el inconsciente y las profundidades -a veces malignas- del ser humano. Ningún personaje es demasiado perturbador y ninguna geografía es lejana para este obseso del estilo. «Es necesario vivir para escribir», dice

El lisboeta… y todo lo demás es silencio.

Antonio Lobo Antunez

Es considerado una de las voces más creativas de la literatura contemporánea. Sus experiencias en el campo de la psiquiatría y el haber participado por más de un año en la guerra de Angola como médico militar le han servido de inspiración al escribir sus obras. Es autor de más de una veintena de libros y siempre ha dicho que «escribir es muy difícil y cada vez me resulta más complicado hacerlo». Es el portugués António Lobo Antunes, Premio FIL de Literatura en Lenguas Romances 2008, quien al saberse ganador expresó: «Seis premios este año, hasta septiembre, es demasiado. Qué divertido. No se lo digas a esa gente, pero el mundo está loco, yo sólo escribo. Qué raro es todo».

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La muñeca triste y otros muertos del 2 de octubre

Por Marina Álamo Bryan

Primera parte de tres

El asombro ante el retrato de la muerte es posiblemente universal. La manera como se congela el fin de una vida tiende a reproducirse de manera casi alquímica en la plata de la fotografía; graba cada detalle, guarda cada arruga y mancha, a veces incluso guarda la verdad de los últimos instantes. Por eso es importante aprender a mirar a los muertos, reconocerles aunque sea con la mirada, evitar replegarnos, aunque nos duela y nos recuerde a la maldad humana, porque el rostro de los muertos siempre es el más sincero y nos enseña mucho más que el de los vivos las más de las veces. Los muertos poseen una calma imprevisible. En ocasiones su rostro refleja el terror de su asesinato, pero resulta más tenebroso cuando esto no es así. La contradicción embebida en su calma se vuelve paradoja atosigante. Eso pasa con la imagen que aquí presento, una que he dado en llamar la muñeca triste.

La imagen post-mortem de la primera víctima oficialmente reconocida después de la matanza del 2 de octubre en la Plaza de las Tres Culturas. Su nombre, Ana María Regina Teuscher Kruger, fue el primero en publicarse en diarios y noticias, incluso reconociéndosele en la esquela conmemorativa que se encuentra hoy en Tlatelolco. Esta imagen fue vista públicamente por primera vez en el mismo año de 1968, en la revista Siempre! Sin embargo, durante los subsecuentes 40 años, la última imagen de esta dama cayó dentro del confuso torbellino de la secrecía. Su muerte misma causó cierto revuelo, se supo su nombre, se supo su injusticia; pero luego todos hicieron de cuenta como si no supieran. Hace seis años se volvió a publicar la imagen, en El Universal, acompañada de otras 11 más, del fotógrafo Manuel Rojas, quien tuvo la astucia de resguardarlas de las manos del poder. Las imágenes se presentaban como un triunfo, como un secreto que por primera vez veía la luz. La sociedad se escandalizó y se sorprendió de nuevo ante la crueldad del 68, omitiendo el hecho de que la imagen incluso apareció en la portada de la primera edición de un libro publicado en 1987. (Ante la inmundicia inherente a las falsedades incluidas en dicha publicación, ni siquiera me quiero dignar a mencionar su nombre, los que lo conocen lo conocerán). El punto es que la muñeca triste no es nueva, lleva gritando su propio nombre por 40 años, pero al parecer hemos elegido ignorarla en más de una ocasión.

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El francés Jean-Marie Le Clézio, Nobel de Literatura

«Escribir no es sólo estar sentado en tu mesa contigo mismo, es escuchar el ruido del mundo», señala el escritor.

 

«Novelista de la ruptura, de la aventura poética y de la sensualidad extasiada, investigador de una humanidad fuera y debajo de la civilización reinante», así califica la Academia Sueca la obra del nuevo premio Nobel de Literatura, el francés Jean-Marie Le Clézio (Niza, 1940). En 45 años de oficio, Le Clézio, un gran viajero fascinado por los mundos primarios, ha escrito una cincuentena de libros cargados de una gran humanidad, señalan los medios franceses. «Como todos los premios literarios, [el Nobel] significa ganar tiempo, resurgir, tener más ganas de escribir», ha declarado en la radio France Inter Le Clézio antes de saberse premiado.

El autor considera que el galardón es «una respuesta» y señala que «escribe para ser leído y ser respondido». Le Clézio sonríe cuando se le insinúa que este premio le inscribirá con mayor presencia en la historia de la Literatura: «Todo eso es relativo, no hagamos de esto algo demasiado grande». En cuanto a su hipotético discurso de aceptación del premio, Le Clézio asegura que le gustaría que versara sobre las dificultades que tienen los jóvenes para que les publiquen, o las que tiene un autor que escribe en lengua criolla para traducir su pensamiento al francés y encontrar un editor fuera de su isla. «Por qué todo es tan difícil cuando uno vive lejos de un país grande, de un país con dinero», se preguntaba el Nobel minutos antes de saber que iba a ser premiado.

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