Por Jorge Ricardo
«El primer efecto de este premio ha sido convertirme en un hombre que gatea por mi casa». Alfredo Bryce Echenique (Lima, 1939) hablaba todavía descalabrado. El jurado del Premio de la Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2012 le informó hace tres días que había ganado e inmediatamente después se cayó y se abrió la cabeza.
Ayer por la noche estaba en una clínica, lejos de Lima. Ahí recibió la llamada. «Me han puesto unas costuras, tengo muchos problemas de equilibrio, derrame cerebral, conmoción y el médico me ha dicho que no camine, o sea que estoy gateando por mi casa».
El jurado le dijo otra cosa: que no hablara hasta que se anunciara el premio. Y él se quedó callado. Un poco porque se le podía escapar –«era la alegría más grande»–, y un poco porque le dolía la cabeza. «A lo mejor por eso me caí, para perder la memoria».
Pero ayer a mediodía en Guadalajara se hizo el anuncio oficial: Echenique se ha unido a los ganadores del FIL de Literatura en Lenguas Romances por el conjunto de su obra, en un listado que inicia en 1991 con Nicanor Parra y que sigue con autores como Juan José Arreola, Julio Ramón Ribeyro, Augusto Monterroso, Olga Orozco, Sergio Pitol, Juan Gelman, Juan García Ponce, Rubem Fonseca, António Lobo Antunes o Fernando Vallejo.
«Este premio es más de lo que yo aspiraba de la vida, de mi vida como escritor, es algo que agradezco, que me abruma incluso, pero que me produce una gran alegría», dijo el peruano.
Su vida como escritor inició en 1968, con la publicación de Huerto cerrado, su primer libro de cuentos que dejaba cancelada la intención de su padre de convertirlo en el director de su banco. Un destino del que Bryce Echenique huyó a los 25 años. En 1964 se fue a Francia.
«La literatura es para mí todo lo que yo quise hacer de mi vida, lo cual era ir en contra todos, ir en contra de mi padre, de mi madre, contra todo mundo, bueno, contra mi madre no, porque ella me ayudó a escapar».
El más reciente libro que ha escrito se titula Dándole pena a la tristeza (2102), una novela que ya salió en Perú y que será editada en Hispanoamérica próximamente. Es una frase de la nana de tres generaciones de su familia. «Yo vivía en Europa y le llamaba siempre: ‘Mamá Rosa, ¿cómo está?’, y una vez ella, ya muy vieja, me contesta: ‘Pues estoy aquí, Alfredito, dándole pena a la tristeza'».
«Y yo pensé -dice Echenique- esto ni César Vallejo pudo haberlo escrito tan bien y tan duro».
Eso fue hace 40 años. El autor de novelas como Un mundo para Julius o La vida exagerada de Martín Romaña y ganador del Premio Planeta 2002, decía ayer: «Me tardé 40 años con la historia en la cabeza».
Es un ejercicio de memoria importante, dijo. Su mamá perdió la memoria en la vejez y eso le preocupa de alguna forma. «Yo espero que todo esto de escribir sea un paliativo, un freno, y que escribir sea explotar la memoria y a partir de ahí pensar y pensar, darle un doble vuelo a la memoria, ser un freno del olvido».
El Premio FIL 2012 es de 150 mil dólares, una cantidad muy grande o muy poca para el hijo de banquero. Sin embargo, ayer en la conferencia de prensa en Guadalajara dijo: «Es una suma muy considerable, trataré de gastarla lo más considerablemente posible».
Ayer mismo, apenas iniciaron las preguntas, le preguntaron sobre las acusaciones de plagio en sus artículos periodísticos, denuncias que él ha rechazado y que en 2007 el gallego José María Pérez Álvarez, uno de los primeros presuntos plagiados comentó en el periódico El País de esta manera: «Me siento halagado: debe gustarle mi estilo». Echenique dijo que va ganando todos los juicios.
El galardón se entregará el 24 de noviembre. Echenique ya se prepara. Lo que le preocupa es el hecho de que él se define como «un solitario que vive en excelente compañía, y un pesimista que quiere que todo salga bien». A eso añadió en esta entrevista: «Soy un tímido que tiene la necesidad de hablar».
Pero supone que va a hablar sobre su vida. Le gustaría ser recordado de la siguiente manera: «Como un buen amigo que escribió entre no escritores, ninguno de mis amigos se convirtieron en escritores, algunos ni siquiera saben que les dediqué algún libro».
ASÍ LO DIJO
«En Guadalajara saldrá la timidez que hay en mí, me tomaré un par de tequilas o lo que sea que me echen y voy a agradecer lo que me han dado, que me llena de alegría, pero claro, no puedo quitar el temblor de las manos y esas cosa».
«Ya publiqué dos tomos de mis antimemorias, voy por el tercero que se llamará ‘Arrabal de senectud’, pero como es arrabal y como es de senectud, debo dejar que pasen unos añitos más».
«México está difícil, con su sendero del narcotráfico, con grandes guerras y muertos y heridos, algo que se contradice con mi visión afectuosa y agradecida del país».
Tomado de: http://www.reforma.com