Ciencia

Experimentación con cannabinoides requiere de seguimiento cuidadoso: especialista

  • Omar Francisco Carrasco, de la UNAM, reconoció la elogiable apertura de la UV en este contexto 

Omar Francisco Carrasco Ortega, durante su conferencia “Investigación preclínica y clínica con cannabinoides en universidades”

Jorge Vázquez Pacheco 

10/10/2019, Xalapa, Ver. Omar Francisco Carrasco Ortega, del Centro de Investigación en Políticas, Población y Salud (CIPPS) de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), ofreció la ponencia Investigación preclínica y clínica con cannabinoides en universidades” en el Auditorio “Jesús Morales Fernández” de la Unidad de Humanidades de la Universidad Veracruzana (UV). 

El investigador reconoció la apertura de la UV en torno de este tema: además, realizó un recuento de los renglones que el CIPPS trabaja sobre los derivados de cannabis, en una investigación que registra los efectos positivos sin dejar de lado los posibles efectos nocivos. 

Reportó los resultados sobre el análisis de mil 38 productos sobre mil 223 participantes y sus efectos sobre la analgesia y como antinflamatorios, antioxidantes, ansiolíticos, anticonvulsivos y citotóxicos. Sus estudios revelaron disminución en la severidad y frecuencia de convulsiones epilépticas, así como sus efectos benéficos en tratamientos contra esquizofrenia y trastornos de bipolaridad, disminución en rechazo orgánico de injerto y disminución en síndromes de abstinencia, aunque no demostró efectos de mejoría en casos de hígado graso, diabetes y enfermedad de Crohn.  

“Se ejerció especial cuidado en la exposición de los sujetos y la seguridad durante el proceso experimental, mismo que incluyó cuatro fases: Seguridad cinética, Seguridad cinética en dosis efectivas, Registro de seguridad de eficacia y Registro de población”, indicó Carrasco Ortega. 

“Una vez que se procedió a la exposición de sujetos sanos, pasamos a la fase con enfermos y bajo vigilancia intensiva por parte del sector salud, ya que son diferentes las reacciones entre ambos grupos de pacientes.” 

Recordó que hacia el año 2000 y durante la cuarta fase, un inhibidor para tratamiento de dolor crónico agudo debió ser excluido del mercado porque incrementaba considerablemente el riesgo de infarto al miocardio, al alterar sensiblemente el ritmo cardiovascular entre mayores de 60 años. También fueron retirados los medicamentos que compartían el mismo mecanismo de acción. 

“No existe actualmente una casuística de muertes relacionadas con la aplicación de cannabis, y no estamos en su búsqueda”, añadió. Remarcó el especial cuidado que se ejerce en el proceso de investigación clínica.  

Existe la Asociación Mexicana de Investigación en Cannabinoides, que trata de sondear y reconocer los esfuerzos en este sentido. En México se enfrenta el problema de la escasez institucional de recursos, a diferencia de otros países que registran avances notables en este renglón.” 

La conferencia se ofreció como parte del primer Simposio Universitario de Medicina Cannabinoide, organizado por la Comisión de Seminarios del Instituto de Investigaciones Biológicas de la UV.

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