Universidad Veracruzana

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Justificación

México es uno de los países cuya cultura agraria es de mayor antigüedad a nivel planetario. Se estima que desde hace unos 10 mil años, nuestros ancestros se dieron a la gran tarea de domesticar un número muy importante de plantas y de cultivar lo que hoy es la tierra mexicana, al seleccionar de manera cuidadosa y cariñosa las semillas que dieron origen a la milpa en todas sus variantes y compartir sus cultivos con el resto de la humanidad. Los pueblos indígenas y comunidades campesinas del país desarrollaron así prácticas y conocimientos fundamentales para producir, procesar y consumir sus propios alimentos de manera sustentable y soberana. Todo esto pese a los recientes esfuerzos de más de medio siglo de querer suplantar estos saberes y prácticas con fórmulas y sustancias químicas foráneas y dañinas, impulsadas por la Revolución Verde. Dicho modelo se basó en la búsqueda de lucro, sobreponiéndose al derecho legítimo de los pueblos y comunidades de alimentarse soberanamente y de permanecer en sus territorios, así como el derecho de otros seres no-humanos de continuar habitándolos. Modelo que también ha perpetuado la violencia hacia las mujeres e invisibilizando su trabajo productivo y de cuidados de la vida.

Irónicamente, son a menudo los mismos actores que impusieron dicho modelo (particularmente las empresas transnacionales), quienes desean impulsar ahora algunas adecuaciones técno-productivas para etiquetar, de ese modo, sus mismas prácticas dañinas pero nombrándolas como “Agroecología”. No es lo mismo exportar productos orgánicos de monocultivo, con un intenso consumo de bio-insumos y paquetes tecnológicos comerciales, que diseñar sistemas agroalimentarios locales y regionales sostenibles, basados en la creatividad colectiva, en la imaginación social, en los saberes bioculturales, en la ayuda mutua y en la soberanía y autonomía.

De hecho, los procesos sociales de difusión y escalamiento de la Agroecología son muy diferentes a las estrategias jerárquicas establecidas por los mecanismos de desarrollo rural promovidos por la Revolución Verde a lo largo y ancho del país. Los primeros, esto es los agroecológicos, funcionan incentivando la recuperación e intercambio de saberes locales, la creación común de nuevos conocimientos y tecnologías en el mismo lugar en donde ocurren los problemas, lo cual suele implementarse mediante pedagogías críticas horizontales sustentadas en la experiencia campesina y en el diálogo de saberes con otros actores como son los técnicos y científicos, por ejemplo. De ahí que, en la coyuntura actual y más que nunca, resulta necesario aclarar las bases filosóficas y éticas sobre la cuales se tendrían que construir políticas públicas inclusivas que fomenten la ampliación agroecológica y su escalonamiento, sin que dichas políticas creen dependencias de los programas y proyectos públicos, y más bien catalicen procesos en curso, y abran otros nuevos. 

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Última actualización

Fecha: 16 marzo, 2021 Responsable: Plan Nacional de Transición Agroecológica Contacto: mescalona@uv.mx