La caída de una opción formativa profesional

Fue en el XXXV Encuentro Nacional e Internacional de la Asociación Mexicana de Investigadores de la Comunicación (AMIC), que se celebrara en Puebla del 9 al 11 de octubre de 2024, cuando en el panel «Presente y futuro de la AMIC», en el que participaran algunos de los fundadores de esta organización mexicana, cuando Carmen de la Peza Casares, al tomar la palabra dijo que ella no iba a emplear el tiempo que se le había asignado para su disertación, pues apenas y emplearía algunos segundos. Dicho esto, solo se preguntó -palabras más, palabras menos- «¿Cuál es la razón del porqué la matrícula para estudiar Ciencias de la Comunicación se ha caído?

Nadie en el panel ni tampoco entre la mayoría de quienes la escuchaban, les llamó la atención esta pregunta. Recuerdo que con quien me encontraba sentado, le dije: ¡Mira, es una inquietud sobre la que hemos venido hablando desde hace algunos años! Y sí, tiene por lo menos un lustro que vengo observando la disminución en la matrícula en una licenciatura que cuando a mí me tocó hacer el examen de admisión a la universidad, éramos más del millar de quienes estábamos interesados en ingresar a la carrera de Comunicación.

Si bien es cierto, hacia el 2013 se decía que las carreras de comunicación y periodismo eran de las de mayor demanda y matrícula en México, ya para 2017, el entonces director de la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación (FACICO) de la UV, en su informe de labores observaba que la matrícula en la carrera se había constreñido. Una de sus variables -manejada entonces- era la violencia que se vivía en el Estado de Veracruz, razón por la cual -planteó- había hecho que los jóvenes prefirieran otras carreras. Un lustro después, la crisis se extiende al periodismo y se confirma en torno a Ciencias de la Comunicación.

Si bien es cierto que en la FACICO de la UV, el fenómeno de la deserción escolar ha sido alarmante desde hace muchos años, lo cierto es que después de la pandemia hemos observado una falta de interés entre los jóvenes para cursar una licenciatura que, en la lectura y construcción de lo contemporáneo (sea desde lo disciplinar o profesional), ha sido clave. Sin embargo, pareciera que con el desarrollo de la tecnología y la Inteligencia Artificial, este campo formativo vive acechado y amenazado con todo lo que hoy se dispone para planear, diseñar, producir, incluso entender cómo se produce y articula el paisaje o ecosistema mediático, así como problemáticas o fenómenos que requieren ser explicados desde la mirada comunicativa.

Y esto, ha sido algo que me ha preocupado y que he tenido ocasión de conversar con algunos colegas, no obstante, pareciera ser que, como comunidad docente e investigadora, no alcanzamos a vislumbrar que estamos pasando por unos años aciagos, críticos, de alto riesgo para esta disciplina, en donde la cantidad de medios y recursos tecnológicos digitales disponibles, no únicamente facilitan la producción sonora, gráfica, audiovisual y textual, sino también para autoemplearse, capacitarse y vivir una experiencia formativa que -en algunas ocasiones- es gratuita; lo que lleva a que muchos potenciales candidatos a cursar Ciencias de la Comunicación, declinen estudiar una carrera que -históricamente-, por encima de lo teórico-disciplinar, se ha priorizado en lo práctico, sea propia del periodismo o la producción audiovisual.

Hoy que estamos iniciando un nuevo periodo escolar, hemos tenido conocimiento de lo drástico que ha sido la caída de la matrícula, pues no solamente hubo los corrimientos acostumbrados para ofertar algunos lugares, sino que llegaron a estar disponibles una treintena de lugares del total del cupo esperado, de los que se alcanzaron a cubrir 25. Es decir, tuvimos que convocar a estudiantes que quisieron ingresar a otros programas educativos en la UV, para cursar nuestro programa. Aún así, nos faltaron 10. Y no es que este sea un fenómeno privativo de Ciencias de la Comunicación, pues sé que en otras carreras, incluso de ciencias de la salud de la UV región Veracruz, les preocupa que, por primera vez, les quedó un lugar vacante; lo que ha llevado a que -formalmente- se dialogue y se estén vislumbrando decisiones para atender este problema.

Si a lo anterior sumamos que según el portal de la UV, el puntaje mínimo con derecho a inscripción en el Comunicación-SEA en la oferta 2025 fue de 29.20 y solicitaron 64 estudiantes para cubrir 63 lugares, por lo tanto, hubo un 98% de posibilidad de ingreso; mientras que en el sistema escolarizado, los solicitantes fueron 193, para cubrir 168 lugares, la probabilidad de ingresar fue de 87%, para que el puntaje mínimo para ingresar fuera de 37.12, las cosas no pintan bien.

No obstante esta tendencia y sus números, pareciera ser que en la FACICO no tenemos en el radar que con la industrialización, muchos oficios terminaron por desaparecer a finales del S. XIX. Incluso que con la primera avanzada tecnológica, oficios y empleos desaparecieron; lo que hoy podemos comenzar a observar, siendo que en julio pasado, un informe de Microsoft Research, analizó la forma en que la IA representa una amenaza para el mercado laboral de algunas profesiones. En la lista, aparecen, entre otras: historiadores, escritores, locutores de radio, periodistas y reporteros, correctores de estilos, editores de textos, agentes publicitarios, desarrolladores Web, analistas de mercado. En ese tenor, también se habla de diseñadores gráficos, desarrolladores de software, músicos, productores.

En este contexto, no perdamos de vista que hace poco el cine y la TV en EE. UU. se fueron a la huelga, entre cuyas demandas estaba la amenaza que ya representa la IA, al respecto del desarrollo del trabajo que hoy hacen los guionistas. Puesta la atención en estas profesiones amenazadas por la IA, es fácilmente distinguible que, en el ámbito periodístico, publicitario y de producción audiovisual, hay una amenaza, siendo como han sido desde siempre, ámbitos de desarrollo profesional donde el egresado de comunicación solía incorporarse.

Lo que no deja de sorprender en mi comunidad académica, es que pareciera que no estamos leyendo tales tendencias de deterioro de las expectativas para estudiar nuestra profesión, en particular para reconocer que está siendo amenazada por la IA, preocupados como solemos estar por intereses más allá de lo académico y la responsabilidad que tenemos para preparar a los profesionales del futuro. Lo que también llama la atención es el silencio o acaso la ceguera como para seguir viendo pasar y no comenzar a tomar decisiones para generar un diálogo colegiado en el que analicemos lo que esto representa para la disciplina, la profesión y el propio futuro de la carrera y poder tomar decisión al respecto.

Así las cosas, según las tendencias, esto es irreversible. Ya no hace falta estudiar 4 años para aprender a producir radio, TV o contenidos digitales, hay muchas opciones en el mercado como para que eso lo resuelven los jóvenes a muy temprana edad y en un tris. Incluso, hay aplicaciones gratuitas para que en segundos se produzca un video, un recurso sonoro, se planee y diseñe una campaña política o publicitaria, para que haga una nota periodística, una crónica, una reseña, un reportaje sobre el tema que se quiera. Únicamente hace falta identificar el software o la aplicación que lo permita, aprender a emplearlo y listo. De allí que muchos productores en TikTok, hoy se avoquen a exponer a sus seguidores y usuarios muchas herramientas de IA que pueden emplear para hacer trabajos, incluso para engañar a los profesores universitarios, haciéndoles creer que ellos han elaborado «X» tarea o porducto.

Digo esto pensando en que -en más de una ocasión- en el proceso de renovación de nuestro plan de estudio, llamé la atención sobre apostar por una propuesta que fuera sensible a las demandas del mercado, las expectativas de las nuevas generaciones, antes que a nuestros intereses. Después de todo, les llegué a comentar, nosotros ya tenemos una seguridad laboral, no así nuestros estudiantes. Los oídos no fueron los esperados.

Así las cosas: la profesión que yo estudié, parece que -cada vez más pocos- piensan cursar, después de todo, quieren ser influencers, youtuber, tiktokers, instagramers y, para eso, no se necesita invertir 4 años en estudiar Ciencias de la Comunicación; expectativas y percepciones que también se ligan a lo inútil que, para una parte de la actual generación, ya resulta la educación formal. Sin dejar de destacar que en México, según reporta un informe de recién aparición: quienes estudian una licenciatura y algún programa de posgrado, corren el riesgo de ser desempleados, incluso por encima de aquellos que solo se quedan con la secundaria. Y ahí se las dejo, como dice una youtuber que suele seguir y a quien admiro.

Comentarios
  • Anónimo
    2025-09-16 11:40 AM

    Así es Lalo. Esperemos haya amplitud de miras para poder decidir que se puede hacer y no ser testigos de la debacle de este programa educativo

  • Eduardo Gabriel Barrios Pérez
    2025-09-16 10:44 AM

    Esperemos que esto lleve a un diálogo académico serio y de altura que permita redireccionar el timón si se quiere apostar por un proyecto en común por encima de intereses que pueden no resultar ser los de mayor relevancia para la comunidad académica que refiere, doctor.
    Saludos.

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