Estamos acostumbrados a las filtraciones de información clave que han puesto contra las cuerdas a gobiernos, empresarios y líderes de opinión de todo el mundo. Anonymous se ha convertido en una figura clave en esta particular batalla por la transparencia, pero bajo esta bandera han surgido todo un sinfín de grupos con intereses más o menos justos a la hora de provocar brechas de seguridad.

El último gran escándalo que hemos conocido lo protagoniza Fancy Bear, un grupo de hackers rusos que se autodefinen como parte de Anonymous y que, en el pasado, han sido asociados a ataques a las elecciones presidenciales de EEUU, entre otras acciones polémicas. Ahora, bajo el hashtag #OpOlympics, estos sujetoshan expuesto documentos por doquier en los que se demostraría el dopaje de al menos 160 futbolistas durante el año 2015 y otros 200 en 2016. A ellos debemos sumar otros 25 jugadores que disputaron la Copa del Mundo de 2010 y que, supuestamente, también habrían consumido sustancias prohibidas que no solo comprenden elementos para la mejora del rendimiento deportivo, sino también otras de uso recreativo, como la cocaína o el éxtasis.

Juan Sebastián Verón, Diego Milito, Walter Samuel o Mario Gómez figuran en este polémico listado, junto a otros como Carlos Tevez, Dirk Kuyt y Gabriel Heinze quienes recibieron exenciones de uso terapéutico para su consumo de dopantes. En el caso de España, al menos cuatro tests a jugadores del Real Madrid y otros cinco a futbolistas del FC Barcelona dieron positivo y fueron ‘tapados’ por la organización. Además, en dos de los casos culés, la sustancia encontrada no sería otra que cannabis.

Toda esta información procede de una brecha de seguridad sufrida por la Agencia Mundial Antidopaje (AMA) en septiembre de 2016 a manos del grupo ruso Tsar Team (APT28), más conocido como ‘Fancy Bear’.  Estos mismos ciberdelincuentes ya desvelaron hace meses que Serena y Venus Williams y la gimnasta Simone Biles consumían sustancias ilegales con permiso de las autoridades competentes.

“Jugadores y directivos de fútbol afirman unánimemente que este deporte está libre de doping. Nuestro grupo entendió estas numerosas declaraciones como un reto y ahora vamos a demostrar que están mintiendo”, explican los hackers de Fancy Bear en su peculiar comunicado. Por su parte, la FIFA ya ha condenado esta filtración, la cual califican como “una clara violación de la privacidad de los atletas que pone en riesgo la lucha en curso contra el dopaje”.