Espacios de Comunicación Multimodal en Transmedios con Aplicación en la Educación Abierta by Rodolfo Calderón Vivar is licensed under a Creative Commons Attribution-NonCommercial-NoDerivs 3.0 Unported License.
Ponencia presentada en salón virtual durante a Conferencia Mundial de la Educación en línea, organizada por la Global Education Conference, en noviembre de 2010 |
En un mundo transformado por la creciente integración de redes tecnológicas que realmente convierten al planeta en una aldea global, como advertía Mc Luhan[1] en los años sesentas, el principal obstáculo para el mejor aprovechamiento de las nuevas herramientas de comunicación por Internet, no es de índole técnico sino de transformaciones institucionales audaces de las escuelas, para eliminar la brecha entre lo que los estudiantes hacen dentro de la escuela y lo que cotidianamente realizan fuera de ella.
Hoy, el uso cotidiano de las redes sociales, de la televisión por Internet y de las aplicaciones de socialización con artefactos generados en sitios Web 2.0 se popularizan de manera creciente en ciertos sectores de nuestras sociedades, en tanto muchas de las universidades latinoamericanas, aunque hacen uso de plataformas tecnológicas desarrolladas por sus propios equipos de diseñadores, insisten en mantener circuitos cerrados de acceso para la conexión de sus usuarios, sin explorar los entornos digitales personales de sus propios estudiantes como una extensión posible y asequible para proporcionar distribución de contenidos educativos.
Sin deslindarnos de los espacios de plataformas cerradas y restringidas con los que cuenta la Universidad Veracruzana, proponemos la posibilidad de combinar usos y aplicaciones con plataformas abiertas o semiabiertas existentes en diferentes sitios de la Internet, en cuyas áreas los usuarios colocan sus propios entornos digitales personales de comunicación y conocimiento. Muchas universidades en el mundo utilizan, aparte de sus canales institucionales, otras opciones como youtube, livestream, i tunes u, Facebook , Twister, diigo, PBWorks, myspace, etc. [2]
El uso esos espacios, fuera del marco de los medios institucionales, por parte de las principales universidades del mundo tiene dos finalidades, una: marcar una presencia de identidad institucional en círculos de comunicación de alta trafico de usuarios en el mundo, y dos: experimental medialmente con la extensión y la difusión de sus cursos, productos, investigaciones y miembros destacados a través de nuevos canales de comunicación. Se trata de desacralizar y a la vez socializar el conocimiento emanado de las universidades.
Sin demérito de la calidad de los contenidos, regulada en el proceso de la planeación, diseño, producción y postproducción de los mismos, con la participación un equipo académico de nuestra universidad, asignado por descarga académica o participación sobre puntaje de productividad; el intercambio de emisiones tanto en entornos institucionales como sociales de la WEB, posibilitará la presencia de la Universidad Veracruzana en diferentes niveles de cobertura espacial de la Internet en el mundo.
Pero además abrirá nuevos horizontes de investigación del fenómeno expansivo de la tecnología informática en red, como soporte de proyectos de innovación educativa, que permitirá a nuestros investigadores analizar audiencias, evaluar impactos, aportar soluciones mediante la utilización de las redes conectadas a distintos canales generadores de conocimiento formal e informal. Se trata de generar equipos de personas capaces de producir para generar aprendizajes a través de un mundo conectado en redes.
Como afirma Diego Leal:
En un mundo conectado, como el que muchos de nosotros estamos viviendo en la actualidad, la posibilidad de disparar nuestro potencial de aprendizaje depende de dos tipos de click: Uno interno, que nos permita transformar de manera permanente nuestra comprensión sobre las nuevas dinámicas existentes y la forma en la cual podemos participar en ellas, y uno externo, reflejado en el uso que hacemos de la tecnología para aprovechar tales dinámicas mediante la participación. En un mundo conectado, necesitamos hacer click para poder aprender, y hacer click para poder participar.[3]
En esta propuesta estamos incluyendo el concepto de transmedios que originalmente es utilizado en los ámbitos de la cultura y las artes, pero dada la convergencia producida por las tecnologías de la información y la comunicación a través de Internet podría ser extrapolado hacia el campo de la educación multimodal[4], otro concepto que es un neologismo reciente en los ámbitos de la enseñanza aprendizaje mundiales.
¿Por qué hablar de uso de transmedios en la aplicación de la multimodalidad? Werner Wolf, citado por Maeseneer y Mercado, habla en un principio del concepto de medio definiéndolo así:
Sin pretender entrar en detalles, propongo usar el concepto de medio en un sentido amplio, no en el sentido de un canal técnico o institucional de comunicación, sino como una forma o exprensión convencionalmente distinta, caracterizada no solo por utilizar canales particulares (o un canal) para enviar o recibir mensajes, sino también por el uso de uno o más sistemas semióticos[5]
Entonces, Wolf define lo que es la intermediality (traducido por Maeseneer y Mercado como transmedialidad, por su mejor precisión semántica en nuestro contexto) declarando lo siguiente:
De forma similar a lo que ocurre con la intertextualidad en el sentido convencional, no descontruccionista del término, concibo la trasmedialidad como un fenómeno particular observable en artefactos o grupos de artefactos específicos: si la intertexualidad designa la conexión verificable con otro texto verbal, un pre texto verbal dado, la transmedialidad se concibe en forma similar. La diferencia reside en que la conexión no ocurre entre un texto y otro pre texto, sino entre (por lo menos) dos medios convencionalmente distintos.[6]
Más específicos en cuanto al concepto de multimodalidad, autores como Kress y Van Leeuven, retomados por Rodney Williamson, según cita Sanchez Vences, lo asocian como la definición de la multimedia, aunque Sorokina la define como mensajes de diversas semiosis. Y todos estos autores coinciden en que es la Internet el medio que hace posible la convergencia de todos esos medios, en la multimodalidad, de tal manera que trastoca la forma de educación mundial. Dice Sánchez Vences:
Internet, finalmente, representa un cambio en la formación: la educación ya no es más enseñar, favorecido en gran medida por la intertextualidad, hoy es enseñar a aprender. Gracias a que en la red existe una casi infinita de información, todo aquél que así lo desee, puede acceder a las ideas vertidas por personas de todo el mundo de casi todos los tiempos[7].
Mas allá de indagar más del estado del arte de lo que son los transmedios en nuestra cultura postmoderna, intuitivamente, y quizás empíricamente, podemos darnos cuenta de que la transmedialidad en una característica importante del uso convergente de los medios a través del Internet. Los blogs, las redes sociales, las plataformas tecnológicas con uso multimedial, los contenidos educativos en objetos de aprendizaje y su distribución en repositorios al alcance de estudiantes, profesores y público en general, nos muestran que la transmedialidad es un hecho acostumbrado en múltiples procesos de interacción e interactividad de los usuarios de esos servicios informáticos en red.
Aunque gran parte de los planteamientos sobre multimedios, multimodalidad, hipertextualidad y digitalización por Internet no de dejan de tener algunas posturas míticas, se debe reconocer que el uso de los medios se ha potencializado mediante el uso de las tecnología informática soportada en red. Su dispersada accesibilidad para diferentes sociedades y culturas en el mundo, permite que cada región en diversos continentes pueda apropiarse del manejo de los medios en función de sus propias necesidades y metodologías. Manuel Castells, entrevistado en 2005 por la Radio y Televisión Portuguesa, advertía de entrada:
“(…)Es muy importante entender que de la misma manera que hubo sociedad industrial de varios tipos, la sociedad red no es un modelo único. Cada país encuentra sus formas distintas de desarrollar las redes de comunicación y de la tecnología avanzada como una nuevas formas de producir y de vivir (…)”[8]
Para nuestra sociedad inmediata, este proyecto propone el promover el uso de los medios, a través de Internet, en dos sentidos como medios de reprodución y como medios de producción, participando todos los actores posibles que están inmersos en los espacios educativos universitarios, tanto profesores, como estudiante, e incluso administrativos. Combinando también la utilización de plataformas tecnológicas abiertas, restringidas y cerradas que existen tanto en el ámbito de lo institucional como de lo social. Y con intervenciones emanadas, e interactuantes, de los entornos digitales personales, grupales e institucionales de todos esos actores ya mencionados para hacer posible la distribución social del conocimiento, a través de diversos medios de comunicación convergentes en la red.
Esa es la razón de aplicar ahora la denominación de Espacios de Comunicación Multimodal en Transmedios a este proyecto educativo. Sus programas derivados son cuatro:
1.- Canales de Televisión por Internet mediante estrategias de Video desde la Base y usando modelos de distribución en WEB 2.0 y plataformas tecnológicas de la Universidad Veracruzana
2,. Canales de Radio por Internet mediante estrategias de audio desde la Base y usando modelos de distribución en WEB 2.0 y plataformas tecnológicas de la Universidad Veracruzana
2.- Redes Sociales de Entornos Digitales Personales e Institucionales del Conocimiento, a través de plataformas abiertas y restringidas por internet
4.- Repositorio de Recursos Educativos Abiertos del Sistema Educativo Multimodal de la Universidad Veracruzana
Todos estos programas se fundamentan en el uso de diversos medios convergentes en plataformas tecnológicas abiertas, restringidas y cerradas tanto externas como internas en nuestra universidad. Vinculan la participación de miembros de nuestras comunidades académico administrativa en la construcción colaborativa de una gran red transmedial de distribución social del conocimiento a través de sus entornos digitales personales, grupales e institucionales en los que se conectan y conectarán , en la internet, todos esos participantes de proyectos educativos multimodales.
La ventaja de estas nuevas tareas de grupos de personas relacionadas con la recreación y recreación de conocimiento en distintos perfiles profesionales, es que la base del proyecto será eminentemente un esfuerzo de eslabonamiento de saberes utilizando herramientas ya existentes en la universidad, solo que aplicadas con una perspectiva teleológica global y procurando incrementar las habilidades de comunicación multimodal de nuestros profesores y estudiantes en la sociedad del conocimiento mundial.
No es un proyecto de preminencia tecnológica. Los “fierros” ocupan un lugar secundario, importante pero no determinante. No obliga a los usuarios al dominio total de herramientas tecnológicas complejas. Es una propuesta inclusiva y no excluyente porque trata de no separar a las personas en los rubros discriminatorios de analfabetas digitales y expertos digitales. No se trata de alfabetizar sino de integrar multimodalmente diferentes tipos de interacciones y artefactos con un solo propósito: comunicar conocimiento.
Es una propuesta conectivista dentro del marco de una construcción de sistematización multimodal en una universidad pública latinoamericana. Ejercita un reconocimiento del papel que juegan los ambientes personales de aprendizaje de cada actor involucrado en el quehacer de formación e información de las entidades académicas universitarias, vinculándolos a los ambientes institucionales que se edifican sobre espacios presenciales, semipresenciales y no presenciales.
En el marco de ese ejercicio actoral de los individuos inmersos en los procesos de enseñanza aprendizaje de nuestras universidades, podemos percibir los roles anunciados hace tiempo por Yolanda Gayol que refiere la existencia de cuando menos de cuatro tipos génericos que socialmente se ubican, en relación con la tecnología informática en red, como los excluidos[9], los ldesconectados, los inmigrantes digitales y los nativos digitales. Ahí radica el punto medular de una lucha interna en las organizaciones universitarias en relación resistencias, alejamientos, indiferencias, acercamientos al desarrollo de la tecnología educativa informacional.
Ahora es necesario establecer la red neuronal que ligue a excluidos, desconectados, inmigrantes digitales y nativos digitales, en un mismo propósito educativo: la distribución social del conocimiento, pero sin necesidad de homogeneizar su nivel de control de uso del medio. Por ejemplo, hoy en cualquier producción televisiva mundial se combina personal que bien puede cumplir un papel sobre la línea y otro tanto de personal que asume el rol de bajo la línea. El referido como sobre la línea ofrece el talento frente a cámara, no necesariamente debe dominar el aspecto técnico para realizar un ejercicio de comunicación. El personal bajo la línea domina las habilidades técnicas y el manejo de las herramientas de producción.
Las redes de difusión televisiva tienen sostén en la amplitud de su cobertura para popularizar sus contenidos. También así debería funcionar la red neuronal que ligue a excluidos, desconectados, inmigrantes digitales y nativos digitales en la estructura denominada espacios de comunicación multimodal en trasmedios que propicie la verdadera distribución popular del conocimiento.
La popularización es una característica notable del uso de las Tecnologías de la Comunicación y la información, que inciden en principios de la democratización y el stakeholder, y debe extenderse en la estructura funcional de las universidades públicas latinoamericanas en esa tónica de la distribución social del conocimiento. No es posible que ante la gran demanda de educación de nuestras sociedades latinoamericanas, nuestras universidades cierren las puertas no solo por falta de financiamiento externo para poder ampliar la cobertura de matrícula, sino también por falta de imaginación para reorientar sus recursos, buscar otras fuentes de financiamiento y no desarrollar vertientes de conocimiento abierto a la población, con un sentido de empresa social, y procurando ampliar su gama de stakeholders relacionados a su organización.
Visualizar los stakeholders, o partes interesadas respecto a nuestra organización educativa, para conectarlas a nuestros flujos de información y conocimiento, mediante el correcto aprovechamiento de redes digitales, es una tarea obligada en una sociedad global que parte desde los entornos más próximos a los más lejanos, globales. Debemos aprender a comunicarnos de manera institucionalmente endógenas con proyecciones macrosistémicos exógenas. Todo lo que nos rodea como institución es un potencial ente comunicador y comunicado. Un mapa somero de esas partes interesadas, planteado como territorio de nuestros contactos a impactar en nuestra dinámica organizacional nos daría pautas estratégicas para activar realmente nuestros sistemas de comunicación hacia públicos objetivos plenamente identificados.
Este mapeo rompe con la idea de que únicamente deben ser considerados como stakeholders de una organización educativa, los potenciales financiadores de sus planes y programas; están otros grupos de intereses y sus individuos agrupados que son afectados por el desenvolvimiento de las actividades de una institución escolar. La existencia de departamentos de comunicación y de relaciones públicas en las universidades parte de esa idea. Sus mensajes son dirigidos para crear climas favorables en ciertos sectores de la opinión pública. Directa o indirectamente a un muchos grupos sociales les interesa que sucede con una universidad. Finalmente se trata de una organización y si atendemos a Freeman los stakeholders son “aquellos grupos o individuos que pueden afectar o ser afectados por el logro de los objetivos de una organización”[10]
La paradoja es que uno de los segmentos stakeholder, correspondiente los estudiantes rechazados en una universidad pública, constituye una mayoría que no se atiende en entidades que finalmente son sostenidas por los impuestos derivados de esas mayorías desdeñadas. Otro sector de stakeholders, los profesores que no usan la tecnología pero acumulan capital humano de experiencia y experiencia en su disciplina profesional, son marginados paulatinamente por las políticas internas de nuestras universidades están empeñadas en que todo personal académico debe combinar funciones tanto de personal sobre la línea como bajo la línea, es decir tener conocimientos disciplinares y a la vez habilidades técnicas para dominar las nuevas herramientas informáticas aplicadas a la educación.
¿No son ambas políticas organizacionales excluyentes en universidades públicas mexicanas? No resulta extraño que las opiniones contrarias a una universidad pública excluyente se manifiesten en la sociedad externa cuando miles de aspirantes a ingresar a sus aulas son rechazados sin ninguna alternativa. Aún más, el rechazo a la innovación tecnológica o el uso de las TICs en una buena parte de su profesorado, también es una respuesta contra políticas directivas excluyentes para desarrollar programas institucionales y sistémicos donde no caben más que profesores con competencias digitales de alto perfil multifuncional. Ambos, los aspirantes rechazados y los profesores excluidos en el desarrollo de los nuevos programas educativos son actores (externos e internos) afectados, en diferentes grados, por los objetivos de una organización educativa, y ambos tienen las tres cualidades de un stakeholder, según Mitchel (1994) ya que poseen poder, legimitidad y urgencia.[11]
¿Cómo involucrar a los stakeholders antes mencionados, y a otros que también tienen interés en una universidad, y que en cierta forma pudieran estar siendo excluidos de sus logros, o efectos, como organización? Pienso que una respuesta está en el uso del Internet, potencializando dos de sus características intrínsecas: su cariz democratizador y su estructuración por capas, en la dinámica funcional de los programas educativos, pero construyendo amarres sistémicos que lo vinculen realmente con sus ambientes presenciales, semipresenciales y no presenciales. Por analogía, incluso, la descripción de la estructuración por capas del Internet, tiene su símil en el mundo real de una organización educativa. Veamos, la primera capa, referida a la infraestructura de la tecnología, tiene su símil en la infraestructura de espacios educativos de una organización escolar; la segunda capa, denominada lógica y que alude al uso de códigos para construir software, es el equivalente al lenguaje especializado de cada disciplina o rama de la ciencia involucrada en la construcción de un metalenguaje por campo de conocimiento estudiado; y la tercera capa, que en Internet se relaciona con los contenidos, se asocia en el ámbito universitarios con el conjunto de conocimientos.
Hemos dejado en segundo lugar la discusión acerca de la característica democratizadora de la Internet porque desde su desarrollo y expansión es un factor que posibilita que muchos, millones, en diferentes partes del mundo logren conectarse a la información y el conocimiento de una manera libre y gratuita, pese a diversas parcelas de control e intentos de regulación siempre latentes en planes de algunos gobiernos.
¿Por qué se controlan ciertos servicios en Internet? Generalmente por dos razones: la instancia política por establecer controles y afán de lucro. Versacelli agrega otra razón: la presión social, cuando afirma:
“(…)La codificación de las normas sociales es mucho más oculta, profunda y eficaz, que la visible codificación jurídica. Por ello, las normas sociales son piezas fundamentales en las estrategias que componen el diseño de las mediaciones técnico regulativas del ciberespacio. (…)
“(…)El regulador normas sociales esta siempre oculto, es invisible, no se manifiesta más que por sus resultados finales y por ello, las normas sociales pueden definirse como codificaciones criptográficas. Bajo la dinámica de este regulador se ubica la lenta e irreflexiva optimización de las invariantes históricas que signan a la tradición con una violencia simbólica específica fundada en la dualidad pertenecer-no pertenecer, tan típica de las normas sociales. (…)”[12]
Con el advenimiento del uso de las plataformas tecnológicas virtuales para uso educativo, las regulaciones fueron una constante de control en todo servicio ofrecido por una institución escolar, generalmente universidades. Se formaron empresas que establecían regulación de arquitectura y de lucro sobre el uso de sus plataformas para cursos virtuales. El concepto de plataforma cerrada en organizaciones de educación adquirió una dimensión contraria a lo que pudiera ser un uso democrático de la distribución social del conocimiento. El uso de Blackboard y WEBCT fue el común denominador de plataformas educativas cerradas más característico. Después, ante el desarrollo de programas de código abierto y licencia libre, como moodle, se dio pauta a un poco más de apertura, pero manteniendo la opción siguiente la plataforma restringida educativa como una alternativa de control de acceso a la educación.
La asombrosa decisión de muchas universidades prestigiadas en el mundo occidental al poner a disposición de usuarios del mundo algunas de sus plataformas de manera abierta, como la Open University con su Labspace, o la UNED con el espacio ALF Innova, o los recursos educativos abiertos del Massachusetts Institute of Technology, nos indican que un giro fenomenal se está propiciando en los ámbitos de la educación superior en el mundo. El cambio propiciado por la diseminación de la WEB 2.0 y la WEB 3.0 también es otro factor importante. Estamos ahora si ante la puerta abierta de una generación de sociedad del conocimiento real y no simulada, en donde lo social adquiere su connotación principal; socializar es reconocernos y compartir de manera simétrica, entre iguales, mensajes de interés común. Se trata de integrar redes de conocimiento
Sin embargo, la integración en redes tiene sus dificultades relacionadas con la aculturación en el propósito de uso de las TICs en los ámbitos académicos. Son formas nuevas de comunicación que aún no incluyen el trasiego de lo académico como hábito común de nuestros profesores. No obstante que organismos como la UNESCO, desde hace años, han advertido que las formas, estructuras y funciones de las organizaciones educativas, incluyendo su manera de usar los medios, deben cambiar conforme a las necesidades de la ciudanía moderna. Todavía persistimos en una lucha entre el tradicionalismo pedagógico resistente y la adaptación de la innovación a los quehaceres docentes. La cultura que debe introyectarse es en el sentido de reconocer el compromiso de las universidades con sus entorno sociales, para distribuir conocimiento.
Martin Hopenhayn afirma:
“Para esto se precisan activos que las personas tendrán que adquirir mediante distintas fuentes de producción y difusión de conocimientos. Combinaciones variables entre la educación formal y la industria cultural deberán constituir la oferta para promover disposiciones útiles en la sociedad de la información y la sociedad mediática: capacidad para expresar demandas y opiniones en medios de comunicación y aprovechar la creciente flexibilidad de éstos, iniciativa personal,disposición al cambio y capacidad de adaptarse a nuevosdesafíos, manejo de racionalidades múltiples, espíritu crítico en la selección y el procesamiento de mensajes, capacidad de traducir información en aprendizaje y otros”[13].
Pensar y repensar el uso de los nuevos medios en las universidades latinoamericanas es una responsabilidad obligada de los profesores universitarios sobretodo, actuando a la inversa de lo que pudiera creerse, de los profesores de más experiencia y edad en el ejercicio de la docencia y la investigación. Por el contrario, un aura de exclusión parece marcar el destino de los profesores de mayor edad en el ámbito de las tecnologías digitales en las escuelas de nivel superior. Toda una pléyade de técnicos en informática o en educación virtual, la mayoría jóvenes cuasi nativos digitales, dirigen el navío de la aplicación educativa de los fierros por caminos que no acaban de llegar a algún lado, y puentes inacabados entre la innovación y la experiencia académica. El problema de los nativos digitales es que exageran el potencial de las herramientas tecnológicas en su influencia sobre la calidad educativa. La calidad se reduce a un asunto de un mejor diseño y aplicación tecnológica. Ponen en un segundo término el verdadero sentido de la educación: su rol de culturización de nuestra sociedades.
Al respecto, Hopenhayn dice que el rol cultural de la educación es la base desde la cual se puede repensar críticamente la realidad, idear nuevos proyectos colectivos y aprender a vivir en un mundo multicultural. El aprendizaje de la diferencia o de la pluralidad no debe entenderse como una materia más (al estilo de la geografía, la historia o la antropología). Se trata de reformular la articulación o el cruce entre el currículo que viene desde arriba y las identidades culturales que llegan desde abajo, o entre materias de aprendizaje y sujetos de aprendizaje.[14]
Se ha establecido una brecha digital inconcebible entre los profesores antiguos que no dominan todas las habilidades informáticas requeridas para el uso de las nuevas tecnologías, pero que tienen la sabiduría producto de una experiencia de años ejerciendo su labor docente y de investigación, frente a una nueva generación de profesores, algunos de ellos más proclives al dominio informático que al disciplinar, que dominan el panorama de la innovación y la dirección de programas educativos, sin la suficiente experiencia en el área de conocimientos de las facultades.
Es preciso que nuevos aires corran por los pasillos universitarios en relación al uso de las nuevas tecnologías convergentes. Se debe aprender a convivir en la diferencia. Buscar mecanismos de inclusión de profesores en programas innovadores que aprovechen sus saberes y experiencia, sin forzarlos a dominar totalmente las nuevas herramientas disponibles en la educación. Se debe pues desvincular el temor al uso de las TICs estableciendo espacios relativos de apropiación de las mismas. Incluso hay que establecer la figura de estudiantes en servicio social de apoyo al docente en el uso de la tecnología, para mediar su aproximación al uso de los artefactos.
Roxana Cabello, et al (2007) señala que esa coordinación profesor-estudiante, en el uso de la tecnología, está establecida ya como una costumbre en las aulas escolares, según una investigación realizada en las mismas, en la que describe:
“En cuanto a los usos de los medios informáticos en los procesos de enseñanza y aprendizaje, se pudo caracterizar este uso en dos tipos: educativo (cuando el docente utiliza estos medios para su propia práctica) y el uso didáctico (cuando involucra al alumno en ese uso). Los niveles para cada uno de esos tipos de uso (bajo, medio y alto) se vincularon con la calidad, la frecuencia e intensidad en el consumo. Los resultados de las investigaciones muestran que, de manera global, ambos tipos de uso es de nivel medio-bajo, pero es más bajo aún para el caso del uso educativo. Es decir, es más factible encontrar docentes que soliciten a sus alumnos la utilización de medios informáticos para el abordaje de alguna actividad curricular, que el uso que el profesor realice para sus propias actividades.”[15]
Pero estos nuevos aires que corren por nuestras universidades tienen que ver también con un sentido de competencia marcado para ubicarse, como entidades recreadoras y creadoras del conocimiento, en la vanguardia de la mejor presencia académica a través de la WEB. Pasado ya el espejismo de pensar que las mejores universidades en la WEB lo son porque tienen el mejor diseño gráfico de portales (ilusión propiciada por sus diseñadores informáticos), hoy se tiene la certeza de que son mejores porque han demostrado tener nuevas maneras de generar, distribuir y consumir el conocimiento científico, técnico, cultural y artístico. Y en esa demostración conllevan a la idea de que sus usuarios son impactados por el beneficio de ese flujo de sabiduría conectado con fines democráticos y sociales.
Entonces, se debe posibilitar un sistema de educación multimodal en esa perspectiva de atención para todas las partes interesadas en los servicios de su organización, conectándolos con espacios formales e informales, presenciales y no presenciales, con plataformas restringidas y abiertas, recursos educativos internos y recursos educativos abiertos, tiempos flexibles para el aprendizaje, vinculación al aprendizaje combinado, etc.
En el mundo universitario internacional ya muchas universidades de prestigio, incluso de tipo privado, abren sus plataformas tecnológicas en tres maneras: cerradas, restringidas y abiertas. La opción de lucro en la educación superior sigue manteniendo el uso de plataformas educativas cerradas, con cupo sujeto a pago de cuotas de inscripción con finalidades de relación inversión-servicio-ganancia. Sus estudiantes forman parte de la matrícula interna de sus centros escolares. Se certifican conforme al pago correspondiente del curso terminado.
Sin embargo, en varias universidades mundiales el uso de plataformas abiertas a todo tipo de usuario, en donde materiales educativos de calidad, los mismos incluso que utilizan en sus cursos, son puestos a disposición de usuarios externos, son una muestra de democratización educativa y apertura democrática a la población interesada sobre contenidos disciplinares. Otras escuelas, incluyen contenidos casi completos, con todos los objetivos y unidades que integran un curso.
¿Por qué no hacer lo mismo en nuestras universidades públicas? ¿No es la educación uno de los principales servicios que debe proporcionarse en una sociedad democrática? ¿Acaso el principio de distribución social del conocimiento es excluyente y elitista, y solo atañe a ciertas capas poblacionales de nuestros países, los que tienen para pagar la educación universitaria? ¿No es el Internet un medio de acceso democrático en donde el entretenimiento ocupa una gran cantidad de espacios de gran éxito? ¿Por qué no utilizarlo también para ampliar el repertorio de servicios ofrecidos por la universidad pública? Aun más allá, ¿por qué no la educación se debe mezclar con el entretenimiento?
En un mundo conectado, clave fundamental de la teoría del aprendizaje denominado conectivismo, la universidad pública, en muchos aspectos prefiere mantenerse concentrada, formal y rígida, austera y limitada al saber garantizado por el cónclave de la academia. A mayor abundamiento, los nuevos proyectos educativos en educación no convencional se constriñen a esos mismos encuadres formales, digeridos, enlatados e inertes de ofrecer contenidos a través de cursos replicados de la escuela tradicional.
El mundo de afuera, el del contexto social inmediato, y el del entramado virtual que dan las tecnologías informacionales ya no es más lineal, ni absoluto en sus saberes. Todo es relativo y conectable. Las fuentes del saber provienen de contextos distantes y se aplican en situaciones completamente distintas de donde fueron creadas. ¿Por que no asirnos a ese complejo sistema neuronal derivado de la red digital de comunicación para impactar los conocimientos en nuestros entornos personales: los míos, los suyos, los nuestros.?
En las universidades no solo tenemos que recibir conocimientos, tambien debemos recrearlos y una etapa final, crear conocimiento. ¿Por qué no vulgarizar, en el buen sentido de la palabra, dicha etapa de creación de conocimiento? Si la red digital puede servir para ello, es entonces que debemos ser capaces de usar todos los entornos digitales personales, grupales e institucionales para ello, en el entendido de que, finalmente, podemos seguir diferenciando lo que será privado y público.
Un primer paso, en ese sentido, se puede dar en la Universidad Veracruzana, en donde se está dando inicio al Sistema de Educación Multimodal, al que defino como un sistema de educación multimodal es un proceso de apertura de los servicios de una institución educativa, en donde todos sus espacios son abiertos al aprendizaje, usando varios medios de comunicación para recrear y crear conocimiento, y en los que el estudiante escoge el tiempo de su trayectoria escolar, seleccionado cargas curriculares en ambientes presenciales, semipresenciales y no presenciales.
Una estrategia para la consolidación de ese sistema sería la integración de todos los espacios de comunicación multimodal posibles en los ambientes personales, grupales e institucionales de todos los actores, y stakeholders, vinculados a la universidad mediante el proyecto que ahora proponemos en nuestra universidad pública. Para construirlo, bastaría tan solo con recurrir al imaginario de conjuntar todo aquello que ya existe, de manera formal e informal, en las formas de comunicación que convergen en el internet y que podemos resumir en el siguiente gráfico.
Al solo visualizarlo, todos nosotros estamos en posibilidad de proponer interpretaciones, nuevas conexiones, capas de soporte y construcción, sentido teleológico de aplicación educativa, formas de financiamiento, impacto de aplicación, alternativas de recomposición. Es en suma, desde su parte esquematizada un proyecto de corte conectivista, en vías de construirse de acuerdo al imaginario colectivo y a las necesidades sociales de nuestra universidad pública.
Pero si lo dimensionáramos en su aplicación real, este sistema de comunicación multimodal en transmedios, podriamos avizorarlo como una red de atención para las personas que requieran de servicios y accesos a la educación superior a través de sistemas multimodales, principalmente en el ámbito de la educación abierta
[1] Mc Luhan, Marshall en “La comprensión de los medios como extensiones del hombre”. Editorial Diana. México, 1969
[2] Ver lista de universidades en el mundo que usan redes colaborativas y sociales informales en Internet, en el sitio: http://www.edustyle.net/gallery_other.php
[3] Leal, Diego en Aprendizaje en “Un mundo conectado: cuando participar (y aprender) es hacer click”, publicado en sitio de blog: http://www.diegoleal.org/social/blog/blogs/index.php/2009/12/03/aprendizaje-en-un-mundo-conectado-la-his?blog=2
[4] Nota del Editor: Una definición tentativa de un sistema de educación multimodal podría ser el enunciarlo como un proceso de apertura de los servicios de una institución educativa, en donde todos sus espacios son abiertos al aprendizaje, usando varios medios de comunicación para recrear y crear conocimiento, y en los que el estudiante escoge el tiempo de su trayectoria escolar, seleccionado cargas curriculares en ambientes presenciales, semipresenciales y no presenciales
[5] Maeseneer, Rita y Mercado Rodriguez Salvador, en Ocho veces Luis Rafael Sánchez. Edit. Verbum, publicado con la ayuda de la Universidad de Denver. Primera edición. Madrid, 2008
[6] Ibid.
[7] Sánchez Vences, Alfonso en “La narrativa (literaria y periodística) en el medio hipertextual”. Artículo públicado en el fascículo 15 Discursos Mediáticos e Imaginarios Sociales, de la Revista Versión. Edición de la Biblioteca Digital de la UAM Xochimilco. México 2005. Sitio en: http://bidi.xoc.uam.mx/tabla_contenido_fasciculo.php?id_fasciculo=126
[8] Ver entrevista a Manuel Castell, 2005, en el sitio: http://campusuniv.campusred.net/siremedia/Videos-asx/Castells/adsl_entrevista.asp?prefix=ft_&isLinux=false&pos=0/
[9] Gayol, Yolanda en “La educación a distancia y las tecnologías de la información y la comunicación en la promoción del desarrollo comunitario sostenible” Publicado en Revista de la Educación Superior, Número 135, Vol. XXXIV (3) Julio-Septiembre de 2005. Edita: ANUIES. México.
[10] Citado en Cabellero Fernández, G.; García Vázquez J.M y Quintas Correidora M.A. La importancia de los stakeholders de la organización; un análisis empírico aplicado a la empleabilidad de la universidad española”, publicado en Revista de Investigaciones Europeas de Dirección y Economía de Empresas. Vol.13, núm. 2, p-p 13-32 Site: http://dialnet.unirioja.es/servlet/fichero_articulo?codigo=2356643&orden=0
[11] Ibid
[12] Ver Vercelli Ariel en “La Conquista Silenciosa del Ciberespacio: Creative Commons y el Diseño de Entornos Digitales Como Nuevo Arte Regulativo en Internet”. Libro Electrónico, autoeditado por el autor. Licence. http://creativecommons.org/licenses/by-nc/2.0/ Buenos Aires, Argentina. 2004
[13] Ver Hopenhayn en” Educación, comunicación y cultura en la sociedad de la información: una perspectiva latinoamericana” publicado en Revista de la CEPAL, núm. 81. sito en http://www.eclac.cl/publicaciones/xml/7/19407/lcg2216e-Hopenhayn.pdf
[14] Ibid.
[15] Ver Cabello, Roxana, et al en “La incorporación de medios informáticos en la enseñanza: políticas y propuestas para la formación docente”, Artículo publicado en la revista electrónica “La Razón y la Palabra” Núm. 52, 2010.