Universidad Veracruzana

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Redescubriendo El abanderado, de Eusebio Ruvalcaba

Por: Sergio López** 

Desde los clásicos a los modernos, el cuento es un acto deleitable que al releerse, provoca nuevas percepciones sobre los detalles, personajes y moralejas.

Eusebio Ruvalcaba, escritor nacido en Guadalajara en 1951, tiene fama de poeta y ensayista, pero como cuentista nos deja algunas enseñanzas que, sin importar cuanto tiempo transcurra, siguen acoplándose a la vida cotidiana de cualquier mexicano promedio.

El abanderado historia publicada en su antología Cuentos pétreos, de 1994, es una exhibición de ello. Una pequeña historia que con gran estilo habla de la devastación moral que padece el mexicano desde muy temprana edad.

Narrando la vida de un niño que ha sido elegido para portar la bandera en un acto patrio en su escuela, Ruvalcaba nos lleva a confrontar la anodina existencia de un mexicano más entre millones; que acude a la escuela, resuelve sus tareas, se mantiene al margen de conflictos y como muchos, sabe que no hay nada bueno en la tierra que lo vio nacer, y sólo espera la oportunidad para abandonarla.

Con una madre común y corriente, y un padre consternado por la guerra de Chiapas entre zapatistas y ejército, el niño es elegido para portar la bandera dado su excelente comportamiento. En su encomienda se le unen otros compañeros de su salón, quienes no tienen ningún talento o aspiración en la vida, más que existir. Todo parece indicar que será un lunes como cualquier otro, excepto que el día del homenaje, el abanderado comete un acto casi involuntario y poco convencional, que si bien podría contener matices patrióticos, es inaceptable para la institución educativa.

Al terminar el cuento, el lector comprenderá el aforismo principal: un mexicano que nunca se salga del molde es siempre el más ejemplar; o mejor aun, ser un mexicano que no contribuya en nada y que sepa permanecer en el anonimato, es una posición demasiado cómoda para darle la espalda.

Lo importante es que la moraleja, tan simple como parece, está cubierta de una gran similitud con nuestra realidad.

A más de 20 años de ser publicado, el cuento sigue transpirando la esencia de una típica escuela pública de nuestro país, llena de típicos estudiantes con un típico comportamiento.

La intención del autor no fue mostrar esta realidad como algo inevitable, a lo que nos debamos de acostumbrar; por el contrario, es una denuncia que por dos décadas ha ido cobrando más fuerza para hacernos reflexionar que un país donde las instituciones educativas no permiten la libertad de pensamiento entre sus estudiantes, está condenado al fracaso.

Este y otros cuentos de Ruvalcaba contienen alegorías parecidas, que valen la pena leerse y releerse.

**Especialista en Promoción de la Lectura