Ana Adylene Sánchez Hernández
Estudiante de Maestria en Ciencia Sociales, IIH-S
México
El golpe de Estado en Guatemala de 1954 fue un acontecimiento determinante en los movimientos antiimperialistas latinoamericanos de la segunda mitad del siglo XX. En medio del contexto de Guerra Fría los acores desarrollaron una orientación ideológica nacionalista en contraposición a la intervención estadounidense en la política de algunos países latinoamericanos. Uno de los sectores críticos participantes en torno a la política diplomática de Estados Unidos fueron los intelectuales (escritores, artistas, periodistas, editores).
La participación intelectual estuvo presente en el terreno de la política, la cultura y las ideas. Algunos colaboradores del gobierno guatemalteco de Jacobo Arbenz (1951-1954); fundaron revistas y escribieron publicaciones periódicas nacionales e internacionales, integraron centros culturales, pero particularmente alimentaron una red (intelectual) con sus homólogos latinoamericanos, por medio de la cual compartieron trabajos editoriales, ideas, correspondencia, proyectos culturales y políticos. En este contexto México sería uno de esos espacios de intercambio, muestra de ello fue la creación de la Sociedad de Amigos de Guatemala integrada, entre otros, por Diego Rivera y Lázaro Cárdenas.
La Revista de Guatemala (1945-1960), fundada por Luis Cardoza y Aragón es uno de los principales documentos para identificar a los colaboradores mexicanos que siguieron de cerca lo ocurrido en Guatemala. No obstante, otras publicaciones periódicas también fueron lienzo para quienes se mantuvieron pendientes del “caso Guatemala”, figuran las revistas Cuadernos Americanos, Repertorio Americano, el semanario Siempre! y México en la Cultura; o bien algunas publicaciones periódicas simpatizaron con el golpe de Estado, tales como fueron El Imparcial y Excélsior.
