Hace poco leía en un tuit el comentario de una colega, quien se comunicaba con la comunidad de usuarios de ese microblogging para pedir alguna sugerencia sobre una aplicación que le organizara sus días. Así que solidario, ni tardo ni perezoso, le propuse un par de aplicaciones que en mi experiencia, pudieran serle útiles, no sin apuntar que al final del día, estos recursos son alimentados por nosotros, por lo que era imprescindible que se entendiera que la organización y disciplina para cumplir con una agenda diaria era nuestra y no de alguna tecnología en especial, por más IA que supusiera.
Comentaba esto porque si bien las tecnologías, desde las análogas a las digitales han estado al servicio del quehacer humano, lo cierto es que -al final del día- quien decide cumplir o no con un compromiso, es la persona y no la tecnología. Y ahí, sí tenemos que ser claros: las prácticas y los hábitos que definen nuestra vida diaria, se acompañan de una disciplina y responsabilidad como actitudes frente a la vida y sus compromisos, para que vayamos aprendiendo a reconocer cuándo las cosas son prioritarias, son importantes o urgentes.
En ese contexto, a algunos colegas les llama la atención el tiempo, la disposición y la disciplina con que suelo enfrentar diariamente mis compromisos como docente e investigador universitario, siendo que les llama la atención la manera en que suelo cumplir con compromisos no en el tiempo estipulado, sino que asumo como principio, cerrar compromisos con algunos días de anticipación.
Lo regularmente comento es que no suelo tener tiempos muertos en mi jornada laboral, lo que me lleva a tener poca interacción de carácter social entre pares y colegas, lo que involucra que, cuando un estudiante o colega quiere visitarme, suelo pedirle agendemos la reunión para evitar desaguisados al llegar de sorpresa y me encuentre ocupado; lo que me impide dedicar un tiempo de calidad para escuchar o poder atender al estudiante o profesor que me visite.
De allí que cuando me llega -por ejemplo- una invitación para responder algún formulario en línea, si en ese momento dispongo de unos minutos, lo respondo; si me llega una invitación para dictaminar algún trabajo académico, en ese momento ingreso a la plataforma y valoro si puedo. Hecho eso, si acepto, descargo el trabajo y hago una primera lectura exploratoria del documento. O bien, si hay alguna convocatoria para participar en algún evento académico o publicación periódica, si dispongo de unos 30 minutos realiza una primera versión de trabajo de lo que quiero escribir. En fin, al mal tiempo darle prisa, dirían algunos. Cuestión de disciplina, según lo veo.
Esto conlleva el celo con que pido sea reconocido mi horario laboral, pues una vez cubierto, lo que sigue son tiempos familiares, algo que también vigilo, de allí que únicamente en ocasiones extraordinarias acepte disponer de un tiempo más allá del laboral para realizar alguna actividad extraordinaria.
Algo que si se piensa, es singularmente simple, sin embargo, hay quienes me ha invitado a impartir un tallercito para hablar de cómo debe organizarse la vida de un académico universitario, ese que tiene actividades de docencia, de investigación, de vinculación, de tutorías; para después sumar otras ligadas a la familia y las responsabilidades que esto acarrea; cuando todo debiera reducirse a no dejes para después lo que ya pueden hacer en ese momento.


Comentarios
Estimado Doctor Genaro, me parece muy importante lo que menciona, ya que lo veo diario con compañeros de la universidad, llegan tarde, no tienen tiempo para desayunar, hacer tareas y realizar otras actividades y siempre les digo lo mismo: «deben organizarse» y desde pequeño mis padres siempre me inculcaron eso y es una habilidad que es indispensable formar en los jóvenes y en los más pequeños.
Estimado doctor Genaro, me parece de suma importancia reconocer que es cierto esto que ha comentado. La disciplina y la organización de los tiempos son indispensables para poder atender diferentes pendientes y me parece que en mi experiencia cercana a su trabajo he podido constatar que parece ser clave para hacerle frente a las actividades y compromisos que vamos adquiriendo.
Saludos.
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