Universidad Veracruzana

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Enrique Salmerón destacó riqueza musical del México independiente

  • El guitarrista ofreció una charla y un concierto en la Facultad de Música de la UV

Susana Castillo Lagos

A la par del movimiento de Independencia, durante el Virreinato y los primeros años del siglo XX, en México se gestaron obras musicales que enriquecieron la historia de este arte a nivel mundial, aseguró el guitarrista Enrique Salmerón.

Previo al concierto que ofreció en el auditorio de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV), la tarde del miércoles 17 de noviembre, Salmerón compartió una semblanza contextual del estado que guardaba la música a finales del periodo virreinal y de los primeros años de la década de 1900.

Al final del Virreinato, explicó, las ciudades que tuvieron un desarrollo importante fueron México, Guadalajara, Durango, Oaxaca, Puebla y Zacatecas; en la actualidad, sus archivos de música son los que delinean la historia musical del país.

Agregó que las dos vertientes musicales que imperaban en el siglo XVIII eran la instrumental –con piezas para órgano, violín o guitarra barroca– y la secular o religiosa. Las principales obras de este último género eran misas, motetes y villancicos (de corte sacro o popular).

El guitarrista Enrique Salmerón

El guitarrista Enrique Salmerón

“Lo que más caracterizó a esa etapa fue la riqueza polifónica. En el siglo XVIII, en nuestro país se escribían grandes obras corales y misas, mientras que en Europa se componían grandes óperas”, dijo.

Relató que los dos últimos maestros de la Catedral de México fueron Manuel de Zumaya e Ignacio de Jerusalem; el primero se caracterizó porque que compuso la primera ópera que se ejecutó en toda América del Norte, el 1 de mayo de 1711. Con Jerusalem, explicó, terminó “una rica etapa de la música polifónica vocal de nuestro país”.

Salmerón compartió que en el siglo XVIII, a la par de la música instrumental surgieron piezas compuestas para guitarra. De ello dan cuenta el Códice Saldívar número 4 de Santiago de Murcia y el Tratado de Antonio Vargas y Guzmán, fechado en el puerto de Veracruz en 1776.

El primero “contiene danzas españolas y mexicanas, danzas y bailes de corte y nuevos tipos de danza posiblemente teatrales, así como bailes de origen español y europeo”.

Aseguró que las obras del Tratado de Vargas y Guzmán son muy importantes para la historia de la música –y la guitarra en particular– pues se trata de sonatas bitemáticas, “escritas al estilo de las que hizo Domenico Scarlatti”, compositor italiano de música barroca.

Señaló que las sonatas “son los primeros ejemplos de este tipo de obra en el repertorio mundial de la guitarra, no se habían escrito antes. Podrán sonar muy simples pero tienen un gran valor histórico”.

Agregó que el texto de Vargas y Guzmán contiene una metodología detallada con la finalidad de que quien lo tuviera a su alcance se convirtiera en guitarrista autodidacta.

Tras la muerte de Jerusalem inició el clasicismo o modo galante, punto intermedio entre el Virreinato y el periodo romántico de finales del siglo XIX.

Esta etapa, comentó Salmerón, abarcó de 1769 a 1840; sus características estilísticas fueron “el alejamiento de la música antigua y eclesiástica, había una menor exigencia temática, la música es más melódica y menos compleja en su polifonía”.

Los compositores representativos del periodo fueron los mexicanos José Manuel Aldana, José María Bustamante y Mariano Elízaga, así como el español Manuel Antonio del Corral.

La charla concluyó con un breve concierto de guitarra romántica y violín, en el que se tocaron piezas de Bustamante, Aldana y Corral. Para ello Enrique Salmerón estuvo acompañado de Rosario Gutiérrez, en el violín, y Gustavo Castro, en la guitarra.

Fuente: Universo

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