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Adelantos

tordos sobre lilas

La piña*

Magali Velasco Vargas

*Cuento incluido en Tordos sobre lilas, Ficción Breve, 2009, 118
páginas
.

Magali Velasco Vargas es una de las hacedoras de letras jóvenes veracruzanas que ingresan al catálogo de la Editorial de la Universidad Veracruzana para refrescar las propuestas narrativas. A partir del destino de los miles de migrantes que van en busca del sueño americano, Magali asienta sus narraciones en dos de los lugares en los que ha vivido: el estado de Veracruz y Ciudad Juárez.

El viaje inicia aquí, con el camión estacionado a un lado del parque. El viaje debería terminar también aquí, cuando regrese con el dinero sufciente para dejar de rentar mi tierra, y entonces sí, a darle con todo. Pero de ese aquí al otro allá… está cabrón. Se trata de tomar decisiones, uno no debería de permitir que se te vayan los años en lamentos. Lo he visto en mi familia, con mis amigos y los ejidatarios, no se qui- tan el “antes” de la boca. Antes había hasta para tirar, antes, ¡uy!, los gringos hasta te rogaban por la tierra y daban el oro por las haciendas; Tlacotalpan no dormía y Loma Bonita era un hormiguero de gente. De a tiro no se dan cuenta que estamos con el antes desde sabrá Dios cuándo.

Mi contacto está en Ciudad Juárez y para allá voy. Dicen que hace un chingo de todo: un chingo de calor y de frío y de viento y que cuando llueve parece que los están castigando porque se dejan caer unas tormentotas, eso es lo que me cuentan, ya lo veré, de todas formas ya estoy aclimatado, ni que no se ahogara aquí uno del bochorno que está tantito peor, y con las inundaciones, que son noticia vieja.

Ya merito es la hora, diez para las cinco, está fresca la mañana y presiento que se pondrá más cabrón el frío conforme vayamos subiendo, a ver si esta chamarra me aguanta el invierno. Mi madre, mi hermana, mi hermano el Concho, mi abuelito, Rocío mi novia, todos vinieron y siguen despidiéndome ondeando la mano, persignándose una y mil veces, mandando besos y cruces y bendiciones. Mi madre llora y no deja de repetirme que me cuide, que regrese yo, que mejor ni me vaya, que le llame y que ay de mí si no voy a la iglesia en cuanto llegue a la frontera. Sus ojos hinchados, los de Rocío con el rimel corrido, mi hermana abrazada del Lalo, el más chico de nosotros; sólo mi abuelo se quedó recargado en un árbol, de lejos clava sus diminutos ojos en mí, como diciéndome: “hijo de la chingada, te vas portando bien; abusado, cabrón”. Casi siento el zape en la nuca. Cuando era niño fue mi abuelo el que me crió, el que me formó y por él ahora estoy trepado en este ADO.

Mi madre me deja aturdido, muy mareado y como con náusea nada más de verla tan desencajada. Sólo espero que no se le ocurra hacerme de esos rezos que le hicieron a mi prima Sofía, la de Austin, que no se quería regresar. Llevaba ocho años sin tocar el pueblo, muy contenta que habrá estado. Entre mi tía y mi madre y otras viejas le estuvieron rece y rece con el Nene, el brujo de Santiago, para que dejara todo y volviera. Parece que a mi tía le metieron en la cabeza que su hija andaba en concubinato, en pecado mortal de inces- to con otro primo que igual jaló con ella. A saber si funcionó, pero por ésta y la virgen del Carmen, que a los meses de tanta mentada brujería, Sofía llamó. Ya se había cumplido el año en que sólo les mandaba dinero, pero ni una carta, ni una llamada por teléfono en Navidad o en los cumpleaños, nada de nada. Sofía se comunicó y ahí acabó todo porque soltó la sopa y bien feo, las mandó —a mi tía y a la suya— muy a chingar su madre. Que ella ni loca para regresar, que tenía casa, que estaba embarazada y que el padre, en efecto, era el primo, y que se dejaran de pendejadas, porque eso sí, los dólares bien que los agarraban, a esos no les rezaban para que se volvieran con los gringos. Cómo supo mi prima lo del Nene y las sesiones de los viernes, quién sabe, yo ni abrí el pico, pero se me hace que una amiga de ella que siempre le tuvo envidia, fue la que le chismeó, ni modo que la Sofía hubiera escuchado voces.

A mi tía le pegó el azúcar. Quería ir a Austin para traerse de las greñas a la hija. Hasta adelgazó, yo creo del enojo, como que se desinfó de la cara, yo dije pobre tía, ya se le colgaron los cachetes y la papada, o sea que sí se veía desmejorada, pero luego luego se compuso. Ya más apaciguada le dijo a mi mamá que por favor le pasara todos los giros que había cobrado a su nombre, que era de cristianos perdonar, venía de confesarse con el padre y él le había dicho que Sofía no estaba en pecado, al fn y al cabo era su hija y como abuela responsable mejor ahorraba para estar lista el día del parto y poder estar con ellos.

Mi madre le dio los giros correspondientes a tres meses, ni fue tanta la mohína. Mi tía no juntó dinero, no intentó tramitar papeles ni nada porque Sofía ya nunca le habló. A la gente le dijo que había cancelado su viaje a Estados Unidos por órdenes del doctor, que no estaba todavía en condiciones de viajar y que en dos meses nacía su quinto nieto, así que era preferible esperar a la hija pródiga, a la hija más amada, la que nunca se ha olvidado de su madre, no como la otra bola de tales por cuales que viviendo en el mismo pueblo, se olvidaban de la que los parió: (y aquí mi tía hacía la voz grave) yo, que los saqué por el mismo hoyo por donde meo.

Ahora que esté por allá sabré por qué se van y no regresan. No tengo forma de agarrar 70 mil, extiendo la mano y se me llena de yerbas. Don Jesús se va a quedar de a seis cuando le ponga sobre su mesa el fajo de dólares y le diga que mi tierra ya no está en renta para su mentado ganado. Luego a chapear y a sembrar. La piña en almíbar fue un buen negocio. Mi abuelo me cuenta que él fue caporal de la Hacienda de Loma Bonita y que, cuando la Segunda Guerra, los gringos se acarrearon toneladas de piña, entonces abrieron las enlatadoras y aquello se fue al cielo, hubo para todos. A veces las guerras joden a unos pero a otros… se acabó aquel jelengue y como llegaron se fueron; dice mi abuelo que la piña ahora la sacan de Puerto Rico y de Hawai y de otros países de Asia. Lo bueno, creo yo, es que dejaron, como quien dice, la veredita trazada, y sobre esa voy a seguir, ahora voy por los dólares y aunque esto sea un pinche volado, ni madres que me quedo allá, no sea que el Nene mande por mí.

 

 

Y asi por el estilo

Y así por el estilo

Joseph Brodsky

Fuera de Colección, 2009, 250 páginas. Edición bilingüe
Traducción de José Luis Rivas
.

Joseph Brodsky nació en San Petersburgo. Vivió bajo el férreo dominio soviético. Con la visión propia de los regímenes estalinistas, se le consideró un parásito social y se le confnó a un campo de trabajo. Brodsky logró el exilio y obtuvo la nacionalidad estadounidense pero, sobre todo, la libertad para hacer de su poesía la palabra precisa del espíritu que lo llevó a obtener el Premio Nobel de Literatura en 1987. Con traducción y re-creación de José Luis Rivas, Brodsky se suma al catálogo de la Editorial de la Universidad Veracruzana.

Canción

Ojalá estuvieras aquí, querida;
ojalá estuvieras aquí.
Ojalá estuvieras sentada
junto a mí, en el sofá.
Tuyo fuera el pañuelo,
mía la lágrima, camino del mentón.
Aunque podría, desde luego,
ser más bien al revés.

Ojalá estuvieras aquí, querida;
ojalá estuvieras aquí.
Ojalá estuvieras en mi coche
y cambiaras de marcha.
Nos hallaríamos en otra parte,
en una playa virgen,
o bien, iríamos
adonde ya hemos estado antes.

Ojalá estuvieras aquí, querida;
ojalá estuvieras aquí.
Ojalá no supiera astronomía
cuando asoman las estrellas,
cuando la luna rasa el agua,
que cambia de postura, suspirando entre sueños.
Ojalá todavía quedara un cuarto de dólar
para marcar tu número.

Ojalá estuvieras aquí, querida,
en este hemisferio,
mientras estoy sentado en la terraza
bebiendo a sorbos una cerveza.
Es en la tarde; el sol se está ocultando,
gritan los niños y rechinan las gaviotas.
¿De qué sirve el olvido
si lo sigue la muerte?

1989

flecha

 
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José Luis Rivas Vélez fue designado Premio Nacional de Ciencia y Artes 2009 que obtuvo en el área de Lingüística y Literatura junto con Carlos Montemayor y Hugo Hiriart.
El maestro Rivas también es traductor, editor y fungió como director de la Editorial de la UV durante 14 años. Ha escrito Tierra nativa (1982), La transparencia del deseo (1986), Luz de mar abierto (1992), Ante un cálido norte (poesía reunida 1993-2003) y Un navío, un amor (2005); fue ganador del Premio Nacional de Poesía Aguascalientes (1986) y también del Xavier Villaurrutia en 1990. Recientemente la Editorial de la UV
Entre los galardonados se encuentre también la doctora Blanca Jiménez Cisneros, en el área de Tecnología y Diseño y Arturo Márquez en el área de Bellas Artes, ambos han sido homenajeados en la Feria Internacional del Libro Universitario.

Hernán Lara Zavala obtuvo el Premio Iberoamericano de Novela Elena Poniatowska que se entrega en el marco de la Feria Internacional del Libro en el Zócalo de la Ciudad de México por su obra Península, península. El jurado estuvo integrado por la escritora catalana Rosa Regás, el novelista mexicano Alberto Ruy Sánchez y el escritor mexicano Álvaro Uribe quien decidió otorgar el galardón de manera unánime. El premio está dotado de 500 mil pesos y lo recibió de manos del Jefe de Gobierno Marcelo Ebrard.
Felicitamos a nuestro buen amigo Hernán Lara Zavala, quien fue jurado del Premio Latinoamericano a Primera Novela Sergio Galindo en su primera versión. Próximamente saldrá un libro de su autoría bajo el sello de la Editorial de la UV.

De nueva cuenta la Editorial de la UV tendrá una participación destacada en la FIL de Guadalajara con tres presentaciones de libros y un stand en el área de las editoriales de instituciones de educación superior. La fiesta del libro más importante de América Latina se realizará del 27 de noviembre al 6 de diciembre y tendrá como ciudad invitada a Los Ángeles, California con la literatura y amplia cultura de esa zona multicultural.
La Editorial de la UV dará a conocer la colección Narrativa de Sergio Galindo, que recopilará las obras del escritor xalapeño. La recopilación iniciará con La comparsa y Declive y serán presentadas por José Luis Martínez Morales, Godofredo Olivares, Víctor Hugo Vásquez Rentería y Agustín del Moral Tejeda. La presentación será el sábado 28 de noviembre a las 18:00 horas en el Salón Alfredo R. Placencia.
El domingo 29 de noviembre a las 12:00 horas, en el mismo lugar se presentará Y así por el estilo, de Joseph Brodsky, obra traducida por José Luis Rivas. Los comentarios estarán a cargo de Ramón Aguirre, Agustín del Moral Tejeda y el propio ganador del Premio Nacional de Ciencias y Artes 2009.
El lunes 30 de noviembre se presentarán los títulos recientes de la colección Sergio Pitol traductor con los comentarios de Darío Jaramillo, Rodolfo Mendoza y el maestro Pitol. La actividad se desarrollará a las 19:30 horas en el Salón Antonio Alatorre.

Herta Müller, escritora alemana nacida en Rumania, fue ganadora del premio Nobel de Literatura 2009. Desde comienzos de los 90 y con la traducción de sus obras a más de 20 idiomas, Müller se ha consolidado como una de las autoras más importantes del panorama literario internacional.
Nació el 17 de agosto de 1954 en Nitzkydorf, en el distrito rumano de Temeshwar. Debido a la censura en la publicación de su primer libro y al espionaje a la que fue sometida, Müller abandonó su patria en 1987 y se instaló en Berlín occidental. Tres años antes se había publicado ya en occidente su colección de relatos En tierras bajas (Niederungen)

Cinco meses después de su publicación en inglés, salió a la venta en español la única biografía "tolerada" del Gabo: Gabriel García Márquez: una vida, escrita por el británico Gerald Martin.
El trabajo de Martin reúne más de 300 entrevistas -entre familiares, políticos como Fidel Castro o Felipe González y escritores como Mario Vargas Llosa o Carlos Fuentes- y encuentros con García Márquez a lo largo de casi dos décadas.
Los funerales de la Mamá Grande fue el primer libro de García Márquez editado en México y se dio a conocer a través de la Editorial de la UV.

El 12 de noviembre es el Día Nacional del Libro. La celebración se instauró por decreto presidencial en 1979 para conmemorar el nacimiento de Sor Juana Inés de la Cruz acaecido en 1651 y con el propósito de divulgar el libro y la lectura en el país.