Universidad Veracruzana

Lengua Escrita y Matemática Básica

Línea de investigación



Eréndira: La asesoría técnica a la escuela

La asesoría técnica a la escuela de Rosa Oralia Bonilla Pedroza

La práctica docente se desenvuelve en un panorama de grandes cambios que plantean múltiples dificultades para su realización. En el contexto mexicano la autora distingue principalmente dos tipos de presiones a las que la escuela se ve sometida: la gran expectativa de que en ella se resuelvan las múltiples problemáticas sociales y las políticas que se han implementado en la escuela.

Por un lado, en una sociedad consumista, la escuela se vuelve una mercancía más y los individuos compiten entre sí, desde muy pequeños, en una lucha por el desarrollo de competencias que serán luego sometidas a una formación continua, lo cual representa un desafío profesional también para los docentes. Por el otro, las presiones sociales generan reacciones de repercusiones educativas y se generan políticas paliativas que desembocan en soluciones improvisadas, mal planeadas que generan poco beneficio real al alumno y una sobrecarga de trabajo para los maestros, restando importancia así a los procesos de enseñanza y de aprendizaje.

En este contexto Bonilla nos plantea la pregunta fundamental de cuáles son los fines y funciones de la educación, con miras a recordarnos que las escuelas nos son las únicas responsables de educar y enseñar, y que por lo tanto, no se puede seguir atribuyendo a las escuelas un sinfín de cargas adicionales al currículum. Desde una orientación basada en el desarrollo de competencias, el nuevo currículum establece que los estudiantes deben ser capaces de seguir aprendiendo a lo largo de la vida, adaptando sus conocimientos y habilidades a diferentes situaciones, así que el reto para el maestro no puede ser otro más que hacer del aprendizaje su forma de vida, especialmente para su desempeño profesional, es decir, desarrollar un profesionalismo reflexivo.

Es en la búsqueda de ese profesionalismo reflexivo que la asesoría técnica se vuelve clave para apoyar a maestros que en servicio a alcanzar su desarrollo profesional puesto que dada la cantidad de trabajo que ya tienen, sería demasiado esperar de ellos que puedan llevar a cabo esa tarea solos. Sin embargo, a pesar de la importancia que reviste la función del asesor técnico pedagógico, éste no tiene un ámbito de influencia bien definido ni un plan de trabajo que establezca las formas de acción y su relación con las escuelas, por lo tanto su trabajo carece de una fundamentación teórica que lo legitime a ojos tanto del sistema educativo como de la sociedad. Si a esta problemática aunamos el hecho de que muchas veces se espera poca o nula participación de los maestros comisionados a estas funciones con respecto a las problemáticas escolares, so pena de ser calificados como subversivos y verse ante el peligro de ser desprestigiados ante sus compañeros al regresarlos a sus lugares originales de trabajo, el asesor técnico pedagógico parece más una figura trágica víctima de los usos y costumbres de un sistema educativo conservador.

A través de diferentes testimonios registrados por la autora nos damos cuenta de que la situación vivida por los ATPS es muy compleja y su manejo requiere la participación activa de todos los actores del sistema educativo para que se pueda delimitar qué problemática que aqueja a las escuelas puede ser atendida por un ATP y actuar con base en ésta. Es necesario entonces dejar claro que a pesar de la mucha presión social y la urgencia de producir políticas para resolverlas, el tiempo dedicado a la reflexión es decisivo para el diseño de una alternativa de solución adecuada.

Comentario

Este texto retrata de manera realista la difícil situación en la que se encuentra hoy la figura del ATP y resalta su importancia de su función para el sistema educativo. ¿Cómo puede un ATP llevar a cabo su trabajo si sus funciones no están bien definidas ni hay parámetros para la evaluación de su trabajo? Es necesario legitimar sus funciones para que no se confundan sus funciones con las del personal administrativo o termine siento un simple asistente para el supervisor como muchas veces ha sido constatado. El trabajo del ATP puede ser muy enriquecedor en beneficio de maestros y alumnos si se le da una capacitación adecuada y se le deja además un margen de acción efectivo al interior de la escuela.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *