Por Winston Manrique Sabogal
¿Qué haríamos sin poesía? Mejor ni lo pienso, prefiero recordar lo que de ella han dicho algunos poetas, hoy Día Mundial de la Poesía, empezando por Thomas Stearns Eliot: «La poesía no es una liberación de las emociones, sino la escapatoria de ellas; no es una expresión de la personalidad, sino una evasión de dicha personalidad». Así se acerca Eliot a ese misterio de la imaginación hecho de las emociones y sueños y convertido en voces,imágenes o palabras que todas las personas en un momento dado creamos y que nos hace sentir especiales.
Muchos son los poetas, narradores y personas que han intentado definir, describir o explicar lo que es la poesía y quizás todos tengan o tengamos razón. Es la suma de todo eso porque es lo que cada uno quiere que sea. Ahí reside parte de su milagro. Al fin y al cabo, como dijo Victor Hugo, «un poeta es un mundo encerrado en un hombre».
¿Pero cómo reconocerla? Federico García Lorca lo intenta con un juego de palabras que añade más misterio: «Todas las cosas tienen su misterio, y la poesía es el misterio que tiene todas las cosas».
Pero ¡cuidado!, suena fácil, pero es una trampa. Y Walt Whitman lo advierte cuando nos susurra que «un gran poema no no es el fin para un hombre o para una mujer, sino más bien el principio».
Entonces, la voz de Gabriel Celaya, de quien este año se conmemora el centenario de su nacimiento, hace su aparición con una clave: «La poesía es un arma cargada de futuro».
Revolotean sus palabras hasta que Derek Walcott trata de resolver el misterio vistiéndolo de enigma, ironía y lo que cada uno quiera ver: «Un poema es un debate con Dios, y me imagino que Él entiende esto».
Tomado de: http://blogs.elpais.com
«Descuiden, no lo voy a encender», dice Javier Marías con un cigarrillo en la mano. El escritor madrileño, de 59 años, acudió al Círculo de Bellas Artes para presentar a Los enamoramientos, su nueva novela. Como el resto de sus libros publicados por Alfaguara, también este está disponible desde hoy en versión electrónica. Ante un grupo de periodistas repasó las claves de una obra cuya salida coincide con la reedición de Los dominios del lobo -su primera novela, publicada hace ahora 40 años- y con la publicación en Reino de Redonda, la editorial del propio Marías, de El coronel Chabert, una novela corta de Balzac de la que se habla en su propio libro. Si, además del de bellas artes, hubiese algún círculo que cerrar, lo cerraría el hecho de que la traducción de la obra balzaquiana se debe a Mercedes López-Ballesteros, una de las dos personas a las que está dedicada Los enamoramientos. He aquí algunas de las claves de la novela según su autor.
Como un náufrago que se agarra a una tabla flotante aun sin saber si será la de su salvación o la que prolongue cruelmente su agonía, así se nos presenta George Steiner (1929) en su ensayo titulado El silencio de los libros (Siruela), cuya traducción española acaba de publicarse junto con otro de Michel Crépu (Étampes, 1954), que se titula Ese vicio todavía impune, formando ambos parte de un mismo libro. La edición original conjunta de estos dos escritos es de 2006, pero el segundo es una continuación o réplica del primero, un dato interesante, porque, abordando un mismo tema, Crépu es un cuarto de siglo más joven que Steiner.
