En esos documentos se demuestran “toda clase de acciones ilegales llevadas a cabo por la CIA” en el mundo digital, desde la supuesta interferencia en cualquier smartphone o PC (incluyendo su apagado en remoto) hasta el espionaje de las comunicaciones móviles, incluyendo aquellas con cifrado de extremo a extremo (como WhatsApp).

Las acusaciones de Assange llegan en un momento muy peliagudo para Wikileaks, tras las duras y preocupantes palabras de Mike Pompeo, nuevo director de la CIA durante esta Administración Trump. Pompeo calificó la semana pasada de “agencia de inteligencia no estatal y hostil” a Wikileaks, una peculiar definición que permitiría al gobierno anular la protección que la Primera Enmienda de su Constitución proporciona a esta web para publicar libremente su información. “Ya no podemos permitir que Assange y sus colegas usen los valores de la libertad de expresión en nuestra contra. Darles el espacio necesario para aplastarnos con secretos apropiados de forma indebida es una perversión de lo que significa nuestra Constitución”.

Recordemos que Julian Assange se encuentra recluido en la embajada de Ecuador en Londres desde 2012, donde solicitó asilo político para evitar su deportación a Estados Unidos. Por ello, la amenaza de Mike Pompeo no deja claro si la CIA se plantea alguna medida más radical (e ilegal) para acabar con el fundador de Wikileaks. “¿Cómo pretende silenciarme por fin? Él no lo ha dicho. Pero la CIA sólo se dedica a la recolección de información, el secuestro de personas y el asesinato de gente. Por tanto, es una declaración amenazante que debe aclarar”, indica Assange en declaraciones recogidas por IBT.