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proceso de federalización de la educación, que inició
en 1992, ha planteado nuevos retos al Sistema Educativo Nacional
(SEN), en el que la participación activa de los estados y
la administración de los recursos son temas cruciales, coincidieron
en afirmar Alberto Arnaut Salgado, investigador del Colegio de México
(Colmex) y Olac Fuentes Molinar, consultor independiente que fungió
como subsecretario de Educación Básica y Normal de
la Secretaría de Educación Pública (SEP).
Ambos investigadores fueron invitados por el Instituto de Investigaciones
en Educación (IIE) de la Universidad Veracruzana (UV) para
abordar el tema del federalismo en la educación pública
dentro de la mesa redonda Vigencia del federalismo educativo, donde
ambos ofrecieron argumentos en los temas señalados.
A partir de la federalización del SEN fueron los estados
quienes debieron gestionar cómo se administraban las escuelas:
“Consistió básicamente en una redistribución
de la responsabilidad en la gestión del sistema, entre el
gobierno federal y los estados”, precisó Alberto Arnaut.
Posteriormente nació una nueva relación entre la administración
federal con la estatal, mucho más copartícipes y con
otro tipo de necesidades como el financiamiento. “Encontramos
estados que prácticamente no contribuyen con nada y estados
que contribuyen con 20, 30 y hasta 40 por ciento del financiamiento
de sus respectivos sistemas educativos”.
Veracruz siempre ha estado presente en la tradición pedagógica
del país, algunos de los grandes pedagogos –desde antes
de la Revolución– han sido veracruzanos y el peso específico
que tiene el subsistema educativo de la entidad es grande, aunado
a la tradición federalista de Veracruz, opinó el académico
del Colmex.
Hace falta una reforma mucho más radical en la gestión,
más cercana de la escuela para garantizar el acompañamiento,
la conducción y la normalidad mínima en el funcionamiento
de las escuelas, sobre todo en las zonas más rezagadas donde
está la población indígena, más pobre
y marginada de cada una de las entidades.
Descentralización
incompleta de la educación
Con la descentralización del sistema educativo realizado
en 1992 inicia lo que se denomina el federalismo educativo, que
permite a los estados conferir otro tipo de responsabilidades; no
obstante, los problemas fundamentales se relacionan con la confluencia
en la política educativa federal y estatal, detalló
Olac Fuentes Molinar.
Desde que inició la descentralización hasta la fecha
se ha logrado un incremento de un punto porcentual; sin embargo,
no es posible observar el impacto pues gran parte de este recurso
es para pagar una nómina de docentes cada vez más
amplia.
La política de Estado tiene que ser más cuidadosa
con sus prioridades, entre las cuales debe tenerse presente a la
educación, buscando formas para generar recursos orientados
a este sector y, principalmente, administrarla con criterios más
exigentes.
Fuentes Molinar señaló que un punto poco atendido
involucra los recursos destinados a la educación: “Es
posible que nos estemos acercando a un punto en que no se podrá
avanzar en el gasto público destinado a la educación;
5.5 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) se destina a la
educación, se agrega el gasto de las escuelas particulares
y se alcanza 6.5 por ciento del PIB”.
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