Irma
Diaz Gutierrez, egresada de la carrera en Educación Musical
de la Facultad de Música de la Universidad Veracruzana (UV),
fue elegida por la CONALMEX y la UNESCO para participar en un documental
que se realizará a finales de octubre y que registrará
historias de vida de mujeres que han superado adversidades de su condición
de género y etnia, logrando hacer aportes a sus comunidades
y sociedad.
Irma estará al lado de otras cuatro profesionistas seleccionadas
para el documental que se editará y será distribuido
a Centros de Documentación e instancias de investigación
dedicadas a estudios de equidad de género.
En agosto del año en curso, el IV Comité Regional de
la Comisión Mexicana de Cooperación con la UNESCO lanzó
la convocatoria “Mujeres Indígenas: historias de vida”,
en los siete estados que conforman la región Sur-sureste del
país, por lo cual la UV fue invitada a proponer a una de sus
estudiantes. La Unidad de Apoyo para Estudiantes Indígenas
(UNAPEI) expuso el caso de Irma debido a su destacada colaboración
durante los cuatro años en que fue parte del programa de la
Unidad. |
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Quién
es Irma
Irma Diaz Gutierrez nació en la comunidad de Santa María
Tlahuitoltepec Mixe, Oaxaca, ubicada al noreste del estado, a más
de 2 mil 500 metros sobre el nivel del mar. Tlahuitoltepec es una
de las principales comunidades del pueblo mixe, quienes se llaman
a sí mismos Ayuukjä’äy.
La lengua que habla es ayuuk y en su comunidad aún se rigen
por usos y costumbres: las autoridades tradicionales constituyen el
gobierno indígena, encabezado por el Consejo de Ancianos que
desempeña varias funciones en la comunidad: buscar a las personas
que no han prestado servicios al pueblo, mediar en los litigios de
tierra, vigilar la buena conducta de la gente, etcétera.
Irma es la mayor de seis hermanos y realizó sus estudios de
primaria en Tlahuitoltepec. Durante esos años también
inició su aprendizaje en la escuela de música de la
comunidad. Ella y su hermana ingresaron a la escoleta municipal, pero
al ser las únicas niñas, los demás no las aceptaban.
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Al lado de su hermana y otras cuatro niñas, fueron las primeras
en formar parte de las bandas de música de su pueblo y las
que de cierta forma abrieron camino para las demás. Con los
años, se han dedicado profesionalmente a la música
y, lo más importante, todas han regresado a Tlahui para transmitir
los conocimientos adquiridos con el fin de engrandecer su música
y danzas.
A partir de diciembre de 1997, durante sus vacaciones Irma ha organizado
cursos de danza y música a los niños y jóvenes
de la comunidad, quienes fueron su motivación para decidirse
a estudiar la Licenciatura en Educación Musical.
Entre los obstáculos que Irma ha enfrentado se encuentran
el machismo, la falta de recursos económicos, la difícil
situación familiar que vivió durante años,
la falta de conocimiento (al principio) de la idiosincrasia urbana,
y los problemas de salud que sufrió. No obstante, ella misma
ha expresado: “Los obstáculos los tomo como retos o
metas a superar y así he logrado muchas cosas, ante todo
la perseverancia para alcanzar las metas propuestas”.
Actualmente labora en su comunidad dentro de la institución
que la inició en la música, el CECAM, donde funge
como asesora musical y dancística. Participa además
constantemente con la banda de Don Brígido de Santa María
de Tlayacapan, Morelos, a la que ha apoyado en diversos eventos
a nivel nacional, y en asesorías musicales de dirección
de banda y formación musical.
Asimismo, lucha para que la danza sea valorada como un elemento
importante dentro de la cultura tradicional mixe, pues le preocupa
que los coreógrafos tradicionales de la comunidad son de
edad avanzada y algunos ya han fallecido, con lo que van desapareciendo
algunas danzas. A la par tiene funcionando desde hace un año
el taller libre de danza folclórica, al cual asisten niños
desde cuatro años de edad en adelante sin límites
de edad, ni capacidades.
Tomar la música como una carrera profesional y orientar a
las niñas de la comunidad al respecto, puede tomarse como
una aportación muy importante por parte de Irma. A través
de ésta no sólo les ofrece otra forma ver el mundo,
mediante la música y lo que representa, sino también
las hace reflexionar sobre sus derechos como mujeres y la facultad
de poder ejercer el oficio que ellas elijan “lo cual no significa
que dejen a un lado la forma de vida de su comunidad, sino que con
el oficio que elijan, la engrandezcan”, ha dicho. |