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La
importancia de las manchas de sangre en la escena del crimen
Carolina
Cruz |
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muy común en México que la policía o los familiares
de una víctima contaminen los indicios de sangre de la escena
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Veracruz,
Ver.- La investigación de manchas de sangre continúa
siendo en criminalística uno de los recursos más confiables
con que cuentan los peritos de la escena del crimen, afirma Hermila
Durán Rivas, académica de la Universidad Autónoma
de Tamaulipas, quien tuvo a su cargo el “Taller de Manchas de
Sangre” en el I Congreso Internacional de Histopatología
y Embalsamamiento, que organizó el Instituto de Medicina Forense
en la USBI de esta región.
El lugar preferente que ocupa en criminalística se debe, dice
la experta, a que es el principal indicio biológico cuando
hay violencia. La sangre no se borra tan fácilmente y es común
que haya un intercambio entre víctima y victimario; aunque
éste lleve guantes o se esmere en limpiar el escenario existen
químicos que revelan fácilmente vestigios de sangre.
Aunque el más conocido es el Luminol, existen otras sustancias
como el Piramidón y la Fenolftaleína que se pueden
usar con el fin de determinar la sensibilidad e interferencia de la
sangre frente a diferentes condiciones de soporte, temperatura, tiempo
y ambiente.
“Actualmente – informa la académica–, existe
una nueva sustancia llamada Bluestar, que ha demostrado su eficacia
para identificar residuos de sangre muy añejos, que datan de
hace 100 años”.
La criminóloga asegura que el sistema de investigación
tradicional ha venido perfeccionándose e incluye el análisis
de diversos residuos biológicos para la emisión del
diagnóstico, entre ellos uñas, piel, cabellos, semen,
orina, excrementos y saliva. Pero la sangre sigue siendo el
recurso más socorrido: “Es fácil de analizar y
en 15 minutos se tienen los resultados”.
El hematólogo forense lo primero que hace es identificar si
la mancha efectivamente es de sangre, lo que corrobora con reactivos
especiales: si la muestra adquiere una coloración morada “indudablemente
estamos ante un hallazgo de sangre”, luego hay que descartar
que sea sangre de animal.
”Establecer su origen y grupo sanguíneo aporta información
útil en el proceso de inclusión o exclusión de
sospechosos o víctimas, una vez que comprobamos que se trata
de sangre humana, se tipifican su grupo sanguíneo: A, B u O,
y si el (factor) rH es negativo o positivo. ”Pero la prueba
que nos va a dar una especificad más certera es la del ADN”,
dice la también química farmacobióloga.
El hematólogo forense debe conservar ciertas reglas en la escena
del crimen para evitar que el producto se contamine, por ejemplo,
explica Durán Vargas: “Lo primero que se debe cuidar
es el embalaje, la manera de recogerla y luego transportarla al laboratorio”,
lo cual se hace con un hisopo que es preservado en una solución
salina estéril hasta su llegada al laboratorio; antes, la muestra
debió haber sido fijada y fotografiada.
Según la especialista, el principal problema que tienen que
enfrentar los peritos hematólogos es la contaminación,
una situación –se lamenta–, muy común
en México: “La contaminación se da desde el principio,
cuando los policías o los mismos familiares entran en
la escena del hecho; con sólo pisarla están alterando
su esencia”.
Hay varios tipos de contaminación, revela: “La que se
da con otro material biológico humano ajeno al propio indicio,
que produce como resultado la mezcla de perfiles genéticos;
la contaminación biológica no humana (por microorganismos)
y la química que se origina cuando la muestra se trata con
productos químicos que causan su alteración”.
Por otra parte destaca la protección del personal que recoge
las muestras: “Las muestras biológicas pueden potencialmente
contener agentes patógenos, por eso se tiene mucho cuidado
en evitar el contacto con la muestra mediante uso de guantes, mascarilla
y bata”. Ella recomienda que el personal que trabaje con este
tipo de muestras esté siempre vacunado contra “todo lo
posible”.
La especialista, con maestría en criminología, recomienda
aislar y proteger lo más rápidamente posible la escena
del delito; recoger, si es posible, los indicios biológicos,
usar guantes limpios que deben cambiarse con frecuencia; evitar hablar
o estornudar sobre las muestras; usar mascarilla y bata u otro tipo
de ropa protectora; utilizar material desechable siempre que sea posible;
no añadir conservantes a las muestras; dejar secar a temperatura
ambiente previamente a ser empaquetadas; empaquetar por separado las
muestras en bolsas de papel o cartón evitando las de plástico
que condensan la humedad y favorecen la proliferación de bacterias
que degradan el ADN y, finalmente, eliminar todo el material desechable
empleado en la recogida de muestras. Por supuesto, está prohibido
comer, beber o fumar durante el proceso de recolección. |
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