Año 7 • No. 271 • junio 18 de 2007 Xalapa • Veracruz • México
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  Religión en AL, aislada
del debate científico
David Sandoval
Teóricos norteamericanos desconocen las investigaciones realizadas en Latinoamérica en torno a los movimientos religiosos
La mezcla de religión con política ha impulsado un número creciente de investigaciones sobre el papel de la religión en la actualidad; no obstante, los estudios de América Latina (AL) son relegados del debate internacional, manifestó David Knowlton, académico de la Universidad de UTAH.


En las esferas académicas de vanguardia no se considera el aporte de pensadores latinoamericanos al tema de religión, dijo David Knowlton
Los estudios latinoamericanos tienen mucho que aportar ya que presentan una realidad con distintos planteamientos, explicó Knowlton, quien impartió el seminario “Mercado, religión y consumo”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales (IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV) y el Centro de Investigaciones y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) región Golfo.

“El problema político del Medio Oriente ha hecho que Latinoamérica haya sido desatendida por los teóricos norteamericanos, esto tiene impacto en los estudios ya que los jóvenes no se dedican al tema”, detalló el académico, “yo quiero que eso cambie y precisamente estoy comenzando desde la perspectiva economista para abrirla al ámbito de las ciencias sociales”.

En los estudios religiosos actuales el tema de la elección racional de religión es una ola de investigación dominante que incorpora conceptos de la economía, como es el de mercado, y esto ha generando críticas en los círculos humanísticos.

La competencia religiosa es como un mercado; sin embargo, el énfasis entre los términos utilizados por economistas y los de algunos sociólogos norteamericanos es que para los primeros la definición parte del intercambio de la mercancía y para los segundos es utilizado como una metáfora; esta diferencia es la que cuestiona su validez, explicó Knowlton.

El desconocimiento de los estudios latinoamericanos sobre el tema se debe, planteó el ponente, a que los economistas y teóricos de la religión trabajan con datos recopilados, con grandes cantidades de información que puede ser manipulada, “generando reducciones burdas donde hay mucho más que se tiene que considerar”.

No obstante, la metáfora de mercado no tiene nada de esencial que la separe de otros procesos sociales, precisó el académico; aplicarla en las ciencias sociales implica su universalización al abordar el tema de modo que no distinga a la religión de otros comportamientos humanos.

De acuerdo con esta nueva tendencia propuesta por economistas, la incorporación a una religión o secta es una elección individual, “por eso estudiar Latinoamérica es complicado; es interesante por la presencia del catolicismo, pero no fue el catolicismo eclesial tanto como el catolicismo popular que ha ahondado más en Latinoamérica”, subrayó el entrevistado.

Al parecer en esta región se profesa una religión social, de individuos donde la Iglesia, desde fines del siglo XIX, ha querido acaparar espacios, ha querido racionalizar, obligar a los católicos a ir a misa, a participar; eso ha sido un cambio, una modernización en cierto sentido, dijo Knowlton.

La Iglesia en América Latina tiene la necesidad de luchar contra el pluralismo religioso y ha luchado contra el protestantismo para mantener su campo; los sociólogos dirán que esta competencia levanta el grado de participación, y de ser así en México debería haber más participación religiosa, observó el académico.

Por el contrario, la modernización en Europa genera un decrecimiento de la religión, mientras que el norteamericano es religioso por excelencia; los teóricos arguyen que Europa es una excepción, opinó Knowlton: “Están diciendo que la modernidad está llevando a nuevas religiosidades, creo que todavía no sabemos, tenemos que definir muy bien a cuál religiosidad nos estamos refiriendo”.