En
las esferas académicas de vanguardia no se considera el aporte
de pensadores latinoamericanos al tema de religión, dijo
David Knowlton |
Los
estudios latinoamericanos tienen mucho que aportar ya que presentan
una realidad con distintos planteamientos, explicó Knowlton,
quien impartió el seminario “Mercado, religión
y consumo”, organizado por el Instituto de Investigaciones Histórico-Sociales
(IIH-S) de la Universidad Veracruzana (UV) y el Centro de Investigaciones
y Estudios Superiores en Antropología Social (CIESAS) región
Golfo.
“El problema político del Medio Oriente ha hecho que
Latinoamérica haya sido desatendida por los teóricos
norteamericanos, esto tiene impacto en los estudios ya que los jóvenes
no se dedican al tema”, detalló el académico,
“yo quiero que eso cambie y precisamente estoy comenzando desde
la perspectiva economista para abrirla al ámbito de las ciencias
sociales”. |
En
los estudios religiosos actuales el tema de la elección racional
de religión es una ola de investigación dominante
que incorpora conceptos de la economía, como es el de mercado,
y esto ha generando críticas en los círculos humanísticos.
La competencia religiosa es como un mercado; sin embargo, el énfasis
entre los términos utilizados por economistas y los de algunos
sociólogos norteamericanos es que para los primeros la definición
parte del intercambio de la mercancía y para los segundos
es utilizado como una metáfora; esta diferencia es la que
cuestiona su validez, explicó Knowlton.
El desconocimiento de los estudios latinoamericanos sobre el tema
se debe, planteó el ponente, a que los economistas y teóricos
de la religión trabajan con datos recopilados, con grandes
cantidades de información que puede ser manipulada, “generando
reducciones burdas donde hay mucho más que se tiene que considerar”.
No obstante, la metáfora de mercado no tiene nada de esencial
que la separe de otros procesos sociales, precisó el académico;
aplicarla en las ciencias sociales implica su universalización
al abordar el tema de modo que no distinga a la religión
de otros comportamientos humanos.
De acuerdo con esta nueva tendencia propuesta por economistas, la
incorporación a una religión o secta es una elección
individual, “por eso estudiar Latinoamérica es complicado;
es interesante por la presencia del catolicismo, pero no fue el
catolicismo eclesial tanto como el catolicismo popular que ha ahondado
más en Latinoamérica”, subrayó el entrevistado.
Al parecer en esta región se profesa una religión
social, de individuos donde la Iglesia, desde fines del siglo XIX,
ha querido acaparar espacios, ha querido racionalizar, obligar a
los católicos a ir a misa, a participar; eso ha sido un cambio,
una modernización en cierto sentido, dijo Knowlton.
La Iglesia en América Latina tiene la necesidad de luchar
contra el pluralismo religioso y ha luchado contra el protestantismo
para mantener su campo; los sociólogos dirán que esta
competencia levanta el grado de participación, y de ser así
en México debería haber más participación
religiosa, observó el académico.
Por el contrario, la modernización en Europa genera un decrecimiento
de la religión, mientras que el norteamericano es religioso
por excelencia; los teóricos arguyen que Europa es una excepción,
opinó Knowlton: “Están diciendo que la modernidad
está llevando a nuevas religiosidades, creo que todavía
no sabemos, tenemos que definir muy bien a cuál religiosidad
nos estamos refiriendo”. |